Venetica

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La idea de poder moverse entre dos mundos no es nueva, pues vimos algo muy parecido (por no decir igual) en el clásico de principios de siglo “Soul Reaver”. En este caso, debido a la naturaleza en principio desconocida para la protagonista pero que no tardaremos en descubrir, dicha posibilidad se convierte en una parte importante del reto que nos propone “Venetica”, una aventura de rol y acción en la que lo que empieza como una historia de venganza oculta mucho más…

Ambientado en una Venecia fantástica de aspecto renacentista, el juego nos invita a controlar a la joven Scarlett, huérfana y forastera que vive en una aldea próxima a la ciudad que ve como de repente todos sus sueños se quiebran al perder a su amado durante un ataque. En ese mismo instante, el sentimiento de venganza nace en ella aunque pronto descubriremos que podremos moldear el destino de la joven en base a cómo nos comportemos con quienes nos rodean, lo que por supuesto también influirá en la manera en la que se nos verá y que, si bien no afecta al desarrollo de la historia, sí que hace que el final sea uno u otro dependiendo de nuestra moralidad y actos previos.

Por lo que respecta a las mecánicas de juego, “Venetica” no se diferencia mucho de otros juegos de rol. Nuestro personaje, al que solo podremos modificar estéticamente con los atuendos y armaduras que vayamos adquiriendo, irá subiendo de nivel a medida que avancemos. En cada subida se nos otorgará una cantidad determinada de puntos que deberemos distribuir en los diferentes apartados, según como queramos que sea, si más enfocado al combate físico o hacia el uso de su poder místico. Por otro lado será posible también ir desbloqueando ciertas habilidades adicionales que también se podrán subir de nivel para hacer más daño. Podremos asignar diferentes teclas o, en el caso de utilizar un gamepad, la cruceta direccional para acceder directamente a ellas y al resto de objetos del inventario sin tener que abrirlo cada vez que lo necesitemos.

El juego utiliza la vista en tercera persona, con la cámara siempre detrás de Scarlett, aunque en según qué acciones esta se moverá automáticamente para buscar el mejor ángulo posible. Hay ocasiones en las que esto puede jugar alguna mala pasada pero es raro que eso ocurra a no ser que estemos en un rincón y siempre será posible moverla libremente para solucionarlo. Los controles responden perfectamente a cada acción pero conviene aclarar que no estamos ante un juego en el que haya que machacar repetidamente el botón de ataque, sino que la forma correcta de hacer uso de las cadenas de golpes se basa en la pulsación pausada entre uno y otro. Lo digo para evitar la frustración que quienes no se percaten de esto puedan sentir al ver que no son capaces de avanzar en el juego y evitar así que lo abandonen a las primeras de cambio por este motivo.

Son muchas las tareas que tendremos que ir haciendo en nuestro periplo pero no podremos acceder a todas ellas, ya que una buena parte provendrán de las facciones que existen en Venecia y, a diferencia de otros juegos, en este solo se nos permitirá entrar en una de ellas, quedando el resto vedadas. Esto invita al usuario a rejugar el juego para descubrir aquello que no pudo disfrutar la vez anterior pero, si os soy sincero, creo (aunque no estoy seguro) que existe la opción de abandonar la facción en la que estemos para ir a otra. Esto será algo que tendré que mirar en un futuro, cuando vuelva a ponerme a jugar con él. Solo añadiré que no esperéis encontrar, como pasa a veces, una facción de “buenos”, otra de “malos” y otras neutrales. En “Venetica” está todo el mundo podrido y corrompido, y las facciones y sus miembros no son una excepción.

Hay secretos y cosas por descubrir que, si tenéis paciencia y no vais a saco, os harán ver que “Venetica” es mucho más de lo que parece a simple vista. Pero ya es hora de centrarme en los apartados técnicos del juego y, como siempre, comenzaré por los gráficos diciendo que, en conjunto, no destacan pero sí son sólidos y no presentan fallos a la hora de dibujarse en pantalla ni otros problemas como el clásico de atravesar paredes u otros objetos. Sí es cierto que se pueden producir ralentizaciones, en especial en los momentos en los que hay muchos personajes al mismo tiempo junto a la protagonista, pero nunca serán graves por lo que, en lo que se refiere a lo visual, el juego cumple de sobras.

Y en lo referente al sonido tampoco nada destaca especialmente aunque hay que mencionar que, por fortuna, el juego viene completamente en español, lo cuál es de agradecer. El doblaje está en mi opinión bastante bien para un juego que en absoluto pretende ser una película como otros. Todos los hombres, mujeres y niños que cuentan con diálogos, y en especial la propia Scarlett, transmiten sus emociones al jugador de una manera correcta y ayudan a identificarse con ellos, sea para bien o para mal.

No quiero alargarme mucho más con este análisis, así que solo me resta invitaros a jugar a “Venetica” si no lo habéis hecho antes y os gusta el género de los RPG de acción porque creo que no os defraudará. O tal vez sí, quien sabe, pero dado el tiempo que ha pasado desde que salió y lo fácil que, en términos de dinero, es ahora mismo hacerse con él, tampoco será una inversión muy costosa. En el peor de los casos solo habréis perdido unos pocos euros y algo de tiempo, mucho menos del que emplearéis si por contra os gusta y lo jugáis hasta acabarlo como ya he hecho yo más de una vez. Probadlo y ya nos contaréis lo que os ha parecido…

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