Horizon Zero Dawn

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Hace unos cuantos meses me dio por adquirir en una tienda de segunda mano el “Horizon Zero Dawn”, juego exclusivo como sabéis de PlayStation 4 hasta hace muy poco que fue anunciada su próxima versión para PC, con la que Sony parece que seguirá los pasos de Microsoft en lo que se refiere a acercar los exclusivos de su consola al usuario de ordenador. La verdad es que mi primera toma de contacto no fue buena y ni siquiera llegué a completar el tutorial. Estaba ante un título técnicamente brutal pero cuyo manejo y ciertos problemas con la cámara me impidieron disfrutarlo. Por fortuna, y después de que yo mismo se lo pidiera a un amigo para darle una segunda oportunidad, mi percepción del mismo ha cambiado

Ahora estoy enganchado a este universo creado por el estudio de desarrollo Guerrilla Games, responsables de la saga “Killzone”, con el que sorprendieron a todo el mundo. Y no es para menos, dada la magnitud del juego y sus enormes posibilidades. Un mundo abierto y libre en el que solo nosotros decidimos cómo y cuándo guiar a Aloy, su protagonista, en su búsqueda de respuestas al tiempo que luchamos contra todas las amenazas que encontraremos, que no serán pocas…

Como juego en sí y dado su carácter de mundo abierto, podremos movernos libremente sin más barreras que las impuestas por su argumento, que poco a poco se irán abriendo, y las propias de la orografía de un terreno por otro lado sembrado de caminos y senderos que conducen a los diversos enclaves que visitaremos a lo largo de la aventura. Por supuesto, una vez hallados, podremos volver a ellos siempre que queramos de una forma rápida, si bien para ello habrá que disponer de “paquetes de viaje rápido” que se pueden adquirir de múltiples formas.

Los que me seguís ya conocéis la importancia que doy al control en un videojuego, pues es el medio con el que vamos a interactuar con el mismo y debe por tanto funcionar bien para que la experiencia sea placentera. En el caso de “Horizon Zero Dawn” todo funciona como cabría esperar, y todas nuestras acciones se ejecutan de manera inmediata. ¿Por qué he hablado entonces del hecho de que fuera esto precisamente lo que me echó para atrás la primera vez? Pues fue, sinceramente, más una mala percepción mía que una realidad tangible, y es que me preocupó mucho que además de disponer de un montón de funciones, asignadas a cada botón del mando y que me sobrepasaron en un primer momento, el hecho de que para poder correr hubiera que pulsar la palanca analógica izquierda (L3) me resultaba ciertamente incómodo y eso, unido a una cámara que a menudo cambia de perspectiva pasando de centrar a Aloy a un lado o a otro en función de lo que se muestra en pantalla terminó por hacerme desistir de seguir jugando. Ahora, sin embargo, me alegro de haberme equivocado…

Aloy dispone de una serie de habilidades que iremos adquiriendo a medida que subamos de nivel y ganemos puntos extra al completar determinadas misiones. Al principio es complicado elegir qué habilidad mejorar puesto que desconocemos lo que nos depara el mundo pero, a medida que vayamos mejorando, sabremos encauzar nuestras preferencias en base al estilo de juego que tengamos, es decir, si nos gusta más o se nos da mejor pasar desapercibidos o, por contra, decidimos ir siempre de frente haciendo uso de la fuerza bruta. También con el tiempo aprenderemos a sabotear las máquinas, algo que resulta muy útil no solo para que no nos ataquen sino para que nos defiendan e incluso cabalgar sobre algunas de ellas. Por otra parte también iremos mejorando nuestro inventario (atuendo, armas, munición y pociones) con los recursos que vayamos encontrando por el camino o los que compremos a los comerciantes.

Podría profundizar en cada apartado pero eso alargaría demasiado el artículo. Además, siempre será mejor que cada uno vaya descubriendo, al igual que lo he ido haciendo yo poco a poco, cómo funciona todo así que dejaré el tema de la jugabilidad para centrarme en los aspectos técnicos del juego, que también merecen en este caso suma atención.

Lo lógico y normal es empezar por lo que primero nos llega, que es lo visual. “Horizon Zero Dawn” brilla con luz propia en este apartado con un diseño increíblemente detallado y variado, con paisajes desérticos, selváticos y nevados en los que abunda la vida tanto natural como artificial, y enclaves humanos que reflejan a la perfección la extrema dureza de la época en la que está ambientado el juego y en relación a la que luego, al final del post, quiero expresar algo especial. También los elementos vivos, animales, bestias y personas están bien recreados. Y aquí no sucede como en otros juegos, en los que es fácil ver que los personajes importantes destacan sobre el resto. No, en “Horizon Zero Dawn” no sucede esto y todos los secundarios, incluso aquellos con los que no tendremos contacto nunca, están al mismo nivel (o casi) que Aloy y aquellos con los que iremos hablando a lo largo de la historia. No me gustaría, no obstante, finalizar sin hablar de la representación del paso del tiempo y las condiciones climáticas, igualmente destacables aunque, tal vez, con una transición demasiado rápida entre ellas, si bien ello no desluce para nada el conjunto.

Y si los gráficos son sublimes, el apartado sonoro no lo es menos, comenzando por un doblaje a nuestro idioma tan soberbio que nos hace sentir lo que los diversos personajes transmiten en cada linea de diálogo a la vez que nos sumerge de lleno en los acontecimientos. Las melodías que suenan tanto en aquellos instantes en los que recorremos enclaves importantes como en los momentos de lucha también cumplen con creces su cometido de ambientar el momento. Los sonidos que emiten las bestias ponen la piel de gallina y los propios de la naturaleza dan esa paz y tranquilidad necesarias para reducir el estrés que produce una batalla tras otra, especialmente contra los enemigos más poderosos.

Creo que resulta evidente que estoy disfrutando mucho este “Horizon Zero Dawn”. Y digo estoy porque, en el momento de escribir este análisis, aún no lo he terminado. De hecho llevo menos del 70%, y eso sin contar la expansión “The Frozen Wilds”, que también tendrá lo suyo y que viene incluida en la edición que estoy jugando. Tengo la intención de completarlo al 100% pero ello me llevará tiempo, y no es poco el que ya he invertido pero ojalá todo fuera para cosas tan grandiosas como esta.

Como dije cuando comencé a hablar de los gráficos, había algo especial que quería mencionar sobre “Horizon Zero Dawn” y, más en concreto, el periodo temporal en el que se ambienta. Reconozco que, al igual que me pasó con lo del manejo, tuve desde que supe de este juego ciertas reticencias al hecho de que se mezclaran conceptos como la tecnología más avanzada y el mundo primitivo en el que vive Aloy. Sin embargo, ahora que conozco más la trama, me doy cuenta de algo que no puedo pasar por alto, algo que puede que para muchos sea banal pero que no lo es para mí. “Horizon Zero Dawn” no es solo una historia de ficción sobre un posible (y sí, digo posible) futuro. Es una advertencia, una enseñanza incluso podríamos decir sobre lo perecedero de las cosas que nos rodean, sobre lo perecedero de nuestra misma sociedad. Creemos que todo será siempre igual pero no es así, y una buena prueba de ello es lo que estamos viviendo en estos últimos tiempos. Quizá deberíamos (no, quizá no, deberíamos) empezar a aprender a vivir de otra forma y dejar que poco a poco todo cambie antes de que nos consumamos a nosotros mismos…

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8 comentarios

  1. Yo es que creo que jamás le saque la moraleja que tu la verdad, a mi se me hizo un sandbox muy de esta época en los videojuegos, con una historia muy peliculera pero poco interesante, un sistema de niveles roto y una protagonista que aunque entrañable podría haber dado más de si, en los gráficos si estoy totalmente de acuerdo, en fin, buen post como siempre ^^

  2. Lo compre hace poco de segunda mano y aunque solo lo he jugado un par de horas me ha gustado mucho, el que le está sacando el jugo y lo está disfrutando es mi hijo, el cual lleva muchas más horas que yo, vamos que al final compro mas lo juegos para el que para mi.

  3. Imagino que la falta de tiempo ante las responsabilidades hace que no puedas disfrutar tanto como quisieras de los juegos pero seguro que encontrarás el momento para hacerlo. Por otro lado, y aunque no tengo experiencia propia al respecto, supongo que ver a tu hijo jugar feliz también te hace sentir bien.

    Gracias, Xisco, por pasarte y compartir tu experiencia. Saludos.

  4. Gran artículo!
    Coincido en varias cosas contigo, en otras no. A mi el juego se me volvió cansino sobre las 10 horas, y ahí lo dejé. Entre las misiones que se me hacían repetitivas, la nula I. A de los humanos y el poco carisma que me transmitía Aloy, no pude más. Por otro lado, me parece que el futuro que representa es posible en nuestro mundo. Ya que estamos atados a nuestras comodidades y estas pueden volverse en nuestra contra y obligarnos a empezar con una tabula rasa, olvidándonos de nuestras 'comodidades' anteriores.
    También te digo que después de pasarme uncharted 4, le voy a dar otra oportunidad. Y espero estar equivocado en todos mis puntos negativos 🙂
    Un saludo y sigue con estos artículos!

  5. Pues te diré algo: al final también a mí se me hizo cansino y no llegué a completarlo como dije que haría. Me centré en la historia y, una vez la terminé, lo dejé y no lo he vuelto a tocar. No obstante sigo pensando que es un muy buen juego pero no es desde luego lo que el cuerpo me pide ahora.

    Me alegra por otro lado saber que no soy el único que ve una especie de "presagio" en el futuro que se ha representado en un juego que, tal vez, vuelva a jugar algún día. Y respecto a lo que comentas, quien sabe, puede que te pase algo parecido a lo que me sucedió a mí. Es decir, que la experiencia en la primera vez no fue buena pero luego mejoró…

    Gracias por pasarte por el blog y dejar tu comentario, Retromostoleño. Saludos.

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