Hace ya tiempo que dejó de ser una posibilidad para convertirse en una realidad tangible, palpable, que se percibe a simple vista. Pese a la resistencia de una pequeña parte de los usuarios -y de esos medios que todavía se posicionan en el mismo sentido, a menudo sin mucha sutilidad-, el formato digital se sigue imponiendo a día de hoy y lo hará aún más en un futuro cercano. Y yo hoy he dado el último paso, el definitivo, el que me aleja ya para siempre de lo físico y me centra por completo en lo digital. Este post es para contar a qué me refiero… y algo más.
Puede que ya no se recuerde pero hubo un momento en la historia del blog en el que dediqué un espacio a asuntos más personales. Y en uno de aquellos artículos hablé precisamente de lo mismo que hago ahora, solo que haciendo una excepción: los juegos de la saga Syberia seguirían llegando en formato físico…
Pero hoy he roto esa regla. Syberia Remastered, el siguiente título de la saga al que le faltan menos de dos semanas para ver la luz, no continuará esa «tradición». Su lugar lo ocupa ya la versión digital, que ya tengo pre adquirida después de haber ido a la tienda Game a cancelar la reserva de la edición limitada en físico que hice a finales de agosto.
Ello me privará del libro de arte que venía con el juego, además de otro «regalo» que nunca sabré de qué se trataba porque no lo decían en el mensaje que recibí al respecto. No pasa nada, ya tengo mucho material similar de compras previas y me importa más mirar hacia adelante, de ahí este movimiento que rondaba en mi cabeza ya un tiempo y que al fin me he decidido a llevar a cabo.
No tengo intención de conservar mi PlayStation 5, la cual convertiré en mi puerta de entrada a la siguiente generación llegado el momento. Y esta llegará, con toda probabilidad, sin opción alguna de ejecutar juegos en disco, lo que me impedirá volver a disfrutar de lo que tengo en físico.
La solución pasa por, como he hecho, hacerme con las versiones digitales y ese ha sido el caso del Syberia Remastered y el de otros títulos que he visto de oferta y que han seguido el mismo camino. Tampoco es algo que vaya a hacer con todo, puesto que tengo juegos que seguramente no vuelva a tocar ya. Pero si quiero hacerlo, siguen a la venta y están a buen precio, por qué no. De este modo podré seguir accediendo a todo el contenido que tenga en mi biblioteca mientras sea compatible.
Y es que es así. Actualmente, la única vía para acceder a material de una generación anterior -o más- es, si no se quiere conservar las máquinas originales de cada sistema, tirar hacia lo digital. A título personal lo considero una enorme ventaja -menos trastos enchufados y cajas de plástico en las estanterías- pero elegir o no este camino es decisión propia de cada uno/a, que debe juzgar si le compensa o no.
A mí sí, y mucho. Y solo es una ventaja más de las muchas que tiene. También hay defectos o carencias, por supuesto, pero el formato físico no es ajeno a esto pues de igual forma tiene su lado bueno y su lado malo. Por otra parte, estar al día en este mundillo de los videojuegos implica aceptar los cambios en las tendencias y los hábitos de consumo, gusten o no.
Yo he defendido a capa y espada lo que hasta ese momento conocía y valoraba, y arremetí en un principio contra todo lo nuevo. Sin embargo, tras reflexionar sobre ello fríamente, me di cuenta de que ni lo físico ni lo digital eran como siempre había creído.
Dicho cambio de pensamiento se puede percibir en muchos de los artículos de este blog, y no me arrepiento un ápice de lo que dije entonces y digo ahora porque ambos puntos de vista reflejan cada uno un tiempo y circunstancias concretos. Son, en definitiva, etapas de la vida por las que he pasado y de las que he aprendido algo en el proceso.
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