Black Myth: Wukong

Mono por el Rey Mono

Black Myth: Wukong es un nombre que, desde hace unos días, parece estar en boca de todo el mundo. No es para menos si nos atenemos a las últimas noticias que hablan de este título de rol y acción al cual se refieren como el último gran fenómeno a escala mundial, si bien donde parece estar pegando más fuerte es en China, su tierra natal. Desde luego, el tópico de que los chinos lo hacen todo a lo grande se cumple una vez más, aunque sea en mi opinión más para mal que para bien.

¿A qué me refiero? Pues, y siempre tomando como ciertas las recientes informaciones, cosa que yo no puedo corroborar fácilmente: las diez millones de unidades vendidas en 3 días, muchas de las cuales habrán sido en China; el número de jugadores simultáneos que llegó a tener el juego en Steam (más de dos millones, aunque más tarde decayera de manera estrepitosa); el agotamiento en el país de PS5 a raíz de la versión del título para dicha consola y, por si fuera poco, la noticia que habla de una empresa que incluso regala el título y da días libres para jugarlo. Esto último, no obstante, yo lo cojo con pinzas pues bien podría ser una mera maniobra de marketing dentro de las muchas que, seguro, se han llevado a cabo para promocionar Black Myth: Wukong.

El caso es que se ha generado una fiebre por este juego que llega a cotas ciertamente preocupantes. Por supuesto, no ha sido el primero ni será el último en protagonizar su respectiva moda pasajera porque creo que está claro que, como ya pasara por ejemplo con Palworld (el famoso «Pokémon con pistolas») del que, tras el estruendo medíatico que generó su llegada, ya apenas se habla, Black Myth: Wukong disfruta de una gloria que no tiene visos de durar mucho, dada la rapidez con la que ha llegado. Y lo que sube deprisa, suele también caer igual.

No quiero decir con esto que el juego adolezca de calidad. La tiene, a juzgar por los vídeos que he visto, ya que no puedo hablar de una experiencia jugable que no he tenido ocasión de tener. Pero no se trata de si Black Myth: Wukong es o no merecedor de los halagos que está recibiendo sino de la medida de estos últimos, a todas luces exagerada y carente de sentido.

Todos tenemos nuestros fetiches, un producto que destaca por encima del resto, que sobresale y lo hace algo muy especial. Puede ser un libro, una película o, tirando hacia este mundillo, un videojuego que nos encanta. No obstante, por mucho que algo pueda gustar hay que saber en mi opinión tener los pies en el suelo. Las cosas se pueden y deben disfrutar, pero siempre con cabeza para no dejarse arrastrar por la corriente más irracional como, parece, está pasando con Black Myth: Wukong. Un hecho que, dicho sea de paso, genera en mí el efecto contrario. Es decir, que a medida que más veo o escucho hablar de él, menos ganas le tengo. Eso va en mi personalidad, por lo que no es algo de lo que tenga que renegar aunque me lleve a dejar de lado cosas buenas.

Resumiendo, Black Myth: Wukong no es para tanto, independientemente de sí mismo como juego. Pero ni este ni ninguno, e incluyo mis propias preferencias que, a lo largo de los años, he tenido y/o tengo en un pedestal. Ahora bien, de ahí a volverme loco por ellas hay un gran trecho que, sin embargo, se ha convertido en una linea muy delgada para millones de personas, especialmente en el país asiático.

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