Y no solo eso: también está disponible desde el mismo momento de su anuncio, que tuvo lugar ayer por la tarde, en las tiendas digitales de PlayStation y Xbox, estando además como era de esperar en esta última en el servicio Game Pass (que es donde yo lo voy a jugar). Así concluye una larga historia de rumores y filtraciones que, hasta hace bien poco, habían arrojado más sombras que luz sobre la existencia real de esta nueva versión de The Elder Scrolls IV: Oblivion a la que se le ha añadido la coletilla Remastered, aunque a tenor de lo visto tal vez no fuera la adecuada pero de ello hablaré después…
Veamos antes qué ofrece esta nueva versión del juego. Lo más evidente es su apartado gráfico, que ha recibido un potente lavado de cara para adecuarlo a los tiempos actuales. Lo mismo ha sucedido al parecer con algunas mecánicas, lo cual ya constataré cuando lo juegue y (tal vez) exponga mi opinión al respecto. Finalmente, decir que The Elder Scrolls IV: Oblivion Remastered nos llega con todos los añadidios oficiales del original en su versión estándar, quedando las dos expansiones («Caballeros de los Nueve» y «Shivering Isles») para la edición Deluxe junto a nuevos contenidos creados para la ocasión.
Poco más puedo decir por ahora más allá de lo que dejé caer al principio sobre esta condición de «remasterización» que se le ha dado y que personalmente creo que no merece, teniendo en cuenta el enorme trabajo realizado para rehacer, entre otras cosas, todo su apartado visual. Podríamos entrar en debate sobre el tema pero bueno, en Virtuos (el estudio encargado de llevar a cabo esta versión) han considerado que debía ser así y ya está.
Dejemos a un lado dicha cuestión para centrarnos en lo que de verdad importa: el juego y su disfrute. Porque, como alguien que exprimió el título original como ningún otro en su momento, es mi deseo volver a hacer lo propio con esta entrega, si bien no ocultaré que los cambios introducidos en el aspecto jugable no me inspiran plena confianza aunque espero disipar dudas cuando me ponga con él. No creo que llegue a analizar este The Elder Scrolls IV: Oblivion Remastered dada su magnitud pero, como dije antes, sí que es posible que en un futuro comente dichos cambios. El tiempo lo dirá pero, por ahora, lo que toca es volver a pisar la tierra de Cyrodiil, sus montañas, lagos, bosques, cuevas y ciudades que tan bien llegué a conocer y que, espero, mantengan toda su esencia.
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