Una reciente noticia ha referido al desarrollo, por parte de Samsung, de una nueva tarjeta SD de 256 GB basada en tecnología SD Express cuyo destinatario podría ser Nintendo, que la utilizaría en la futura sucesora de Switch. No voy a opinar sobre la posible veracidad de esta información porque pienso que puede ser más interesante hablar sobre lo que supondría usar este formato, sus pros y sus contras.
Sin duda, lo más relevante es, según dicen desde la compañía, que esta nueva tarjeta promete alcanzar una velocidad de transferencia de datos de 985 MB/s, casi el doble de lo que ofrece un SSD. Resulta curioso que a colación de mi anterior artículo, en el que toqué este tema, no hace mucho hablaba con un amigo acerca de una hipotética utilización de memorias USB 3.0 (hasta 600 MB/s) o superior como soporte físico para videojuegos. Algo quizá factible pero que, visto el devenir de la industria, parece muy poco o nada probable.
Cualquier avance en este sentido es positivo por cuanto puede suponer en relación a los todavía necesarios y, en multitud de casos, visibles tiempos de carga, pues la mayor velocidad de esta tarjeta SD Express permitiría ejecutar cargas en segundo plano de manera continuada sin que el usuario fuera consciente de ello en ningún momento. Es cierto que algunos juegos ya lo hacen con los soportes actuales pero con esta tecnología debería ser un recurso más habitual y sencillo de implementar.
Por desgracia, no todo es bueno y si algo nos ha enseñado la evolución de la electrónica y la informática es que las novedades no son para todo el mundo. Solo pasado el tiempo, tras una fabricación y posterior distribución masiva de un producto, sus costes se reducen lo suficiente como para hacerlo asequible para la mayoría. Puede no obstante, y siempre asumiendo que la noticia que ha dado pie a este post sea cierta, que en Samsung logren ajustar su precio inicial con el fin de que no encarezca demasiado tanto la próxima máquina de Nintendo como sus juegos. Y no solo de cara al usuario.
Lo digo porque este aspecto seguro se ha considerado en la compañía japonesa tras lo vivido con Switch donde, en no pocas ocasiones, diversas editoras optaron por lanzar sus títulos en formato físico de manera incompleta, dejando una parte del código en descarga obligatoria debido al sobrecoste que les suponía utilizar tarjetas de mayor tamaño, lo que me hace pensar que podría darse una situación similar si finalmente, repito, la noticia es real y Nintendo apuesta por estas nuevas SD Express de 256 GB para su futura consola.
Sin embargo, y dejando a un lado detalles técnicos como la necesidad de disponer de un lector capaz de aprovechar al máximo estas nuevas tarjetas (que no será barato) o hallar un equilibrio en el hardware que evite «cuellos de botella», lo más importante para los jugadores es que ni siquiera el tremendo potencial de dicha tecnología puede eliminar algo con lo que ya desde hace muchos años nos hemos acostumbrado a convivir quienes estamos en el mundillo: el contenido adicional lanzado a posteriori, bien se trate de añadidos (personajes, mapas, cosméticos, etc) o parches y actualizaciones, todo ello disponible por separado solo de manera digital.
Una tarjeta SD Express podrá ser muy rápida pero seguirá siendo un formato cerrado a no ser que las propias compañías permitan lo contrario, lo cual si bien es técnicamente posible dado que una tarjeta SD no es un disco óptico, dejaría abierta una puerta que invitaría a cualquiera con conocimientos del tema a trastear e incluso piratear los juegos con aún más facilidad. Y teniendo en cuenta la política proteccionista de Nintendo (que ha denunciado a los creadores de cierto emulador de Switch por, dicen, fomentar dicha práctica y lucrarse con ello), parece claro que eso no va a ocurrir.
En resumidas cuentas y pese al avance que supondrán, en mi opinión estas nuevas tarjetas no van a cambiar nada dentro de este mundo de los videjuegos. Para que ocurriese lo contrario, tendrían que ser adoptadas también por Sony y Microsoft, algo que no veremos jamás porque una se encuentra muy a gusto con los discos ópticos (por ahora) y la otra, por mucho que den a entender lo contrario, hace tiempo que se quiere quitar de encima cualquier elemento físico que implique costes de desarrollo y distribución. Nintendo, como siempre, seguirá a lo suyo. Y así se mantendrá mientras le vaya bien.
Fuente de la noticia: Vandal