De Street Fighter II se ha dicho todo, incluso lo que voy yo a comentar en este post. Ello ha hecho que me pensara si escribir o no sobre el tema pero, como no todo el mundo tiene por qué conocerlo todo sobre el juego que fue durante largo tiempo la joya de la corona de Capcom, al final me he decidido y voy a hablar un poco por encima sobre esas versiones extrañas que muchos de nosotros encontramos en alguna ocasión en los salones recreativos…
Pero, en primer lugar, ¿por qué aparecieron dichas versiones? Es evidente que el enorme éxito del juego tuvo mucho que ver en ello pero no deja de ser algo curioso que ni hasta entonces ni desde entonces se haya dado, que yo sepa, un caso igual en toda la historia. Aunque he nombrado a Street Fighter II, fue realmente su versión Champion Edition la que sufrió esta plaga de versiones «bootleg» con más fuerza. Las que voy a comentar son las que se modificaron para ofrecer más espectacularidad en detrimento de ese equilibrio original de los luchadores. Hay que decir que estas versiones no fueron bien recibidas en general. Y es normal que así fuera puesto que rompían la experiencia original pero no es menos cierto que, para quienes buscaban algo más, seguro que suponían un nuevo e interesante reto.
La primera que nombraré es Accelerator!, la cual, como su nombre indica, acelera la acción pero de un modo mucho mayor que la versión Turbo oficial. No presenta otras diferencias pero llegar lejos en esta versión solo está al alcance de los más rápidos. Y por otro lado está la Playmark, que no es más que la mezcla de los sprites de los personajes del Street Fighter II normal con los escenarios de la Champion Edition, eso sí, con ciertos problemas de rendimiento que lastran la experiencia.
La versión Hung Hsi fue distribuida en Taiwan por dicha compañía, y aquí ya nos encontramos cambios que afectan a la jugabilidad. Que yo haya podido ver (porque tampoco he jugado mucho a cada una de estas versiones), en este caso las «magias» son mucho más rápidas de lo normal, al igual que luchadores como Honda o Blanka cuando se lanzan hacia el oponente. Aun así el equilibro se mantiene hasta cierto punto, al contrario de lo que ocurre con las que son, sin la menor duda, las más famosas dentro de este grupo de «entregas alternativas».
Comencemos por Rainbow. Desplazamiento y movimientos ultrarrápidos, posibilidad de hacer uso de las «magias» en el aire o ver que han sido añadidas a personajes que no las tenían en su repertorio, y el cambio de personaje que se produce a medida que la barra de vida se va consumiendo son solo algunas de las características de esta versión que puede llegar a ser sumamente compleja de jugar. Pero no más que Red Wave, que además sube la dificultad de una manera asombrosa, por lo que se convertiría en una verdadera prueba que yo diría que (casi) nadie fue capaz de superar.
Y si todavía os parece poca cosa, terminaré con la versión Xiang Long, que lleva el concepto a un grado máximo, desequilibrando como ninguna otra la plantilla de luchadores en favor de los más carismáticos o utilizados. Hay más versiones pero creo que con las aquí descritas hay más que suficiente para ver que esta entrega de Street Fighter II nos ha legado algo más que la revisión de un gran juego. A día de hoy, y gracias a la emulación, es posible acceder a todas estas versiones pirata y, por supuesto, ello también me ha permitido a mí elaborar este artículo que espero que os haya gustado.
¿Qué experiencias guardáis vosotros acerca de las susodichas versiones del clásico? ¿Llegasteis a jugar a alguna de ellas en su época o no las conocíais hasta ahora?
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