NIGHTS Into Dreams (Saturn)

NIGHTS Into Dreams (Saturn)

Todavía me acuerdo como si fuera ayer. El de 1996 fue un año de altibajos en mi vida pero, entre todas las cosas buenas que me sucedieron no olvidaré que llegó a mis manos uno de los juegos más originales que he tenido la oportunidad y el placer de disfrutar no solo en mi querida Saturn sino en cualquier otro sistema. Una experiencia única que sigue siendo muy especial incluso más de veinte años después

El aclamado (y últimamente también criticado) equipo de desarrollo Sonic Team, con Yuji Naka al frente, creó un universo repleto de lugares y personajes sumamente carismáticos y sorprendentes. Ello, unido a un concepto de juego totalmente diferente a lo que hasta ahora habíamos visto, hicieron que NIGHTS Into Dreams se convirtiera en una joya indispensable para cualquier seguidor de la compañía japonesa Sega y su máquina de 32 bits.

La historia de NIGHTS Into Dreams es la de sus dos protagonistas humanos, Claris y Elliot, dos niños de 14 años con aspiraciones y sueños propios que han de hacer frente a sus miedos en el mundo fantástico de Nightopia con la ayuda de NIGHTS, ser volador que lucha por liberar dicho mundo de las garras de un villano llamado Wizeman. Al entrar en Nightopia, tanto Claris como Elliot están rodeados de una serie de cinco esferas de diferentes colores que simbolizan diversos aspectos de su personalidad. Cuatro de ellas les serán arrebatadas por los esbirros de Wizeman, que las encerrarán en trampas que, como NIGHTS, deberemos destruir haciendo uso de las llamadas Blue Chips, esferas azules repartidas por todo el nivel que se volverán doradas una vez hayamos abierto la trampa en cada tramo del mismo. Cuando todas las esferas de personalidad estén de nuevo en nuestro poder seremos transportados a la zona del jefe final de cada nivel.

La mecánica de NIGHTS Into Dreams es, como mandan los cánones de todo buen juego, muy sencilla de aprender pero no de dominar, por lo que conseguir altas puntuaciones no será tarea sencilla. Yo os diré lo que a mí me ha funcionado para lograrlo. La trampa debe de ser destruida lo más rápidamente posible pero ello no significa que debáis pasar al siguiente tramo de inmediato. Por el contrario, hay que aprovechar el limitado tiempo que tenemos para dar vueltas y recoger todas las esferas doradas que podamos y hacer combos en el aire en el momento adecuado para obtener bonificaciones especiales.

Sin embargo, hay que decir que hacer esto con el mando normal de la consola es bastante complicado. Por eso Sega lanzó junto con el juego un mando especial llamado 3D Control Pad, el primero con stick analógico de la compañía, con el que manejar a NIGHTS se convertía en una experiencia sumamente placentera. Este mando fue después compatible con otros juegos como el arcade Manx TT Superbike e incluso tuvo una versión para Dreamcast.

Gráficamente, NIGHTS Into Dreams es un prodigio de imaginación, con un diseño tanto de personajes como de escenarios que entra por los ojos por su intenso colorido y la inmensa multitud de elementos vivos y otros detalles que conformaron un conjunto que a día de hoy sigue siendo algo único, irrepetible. Prueba de ello es el poco eco que tendría, años más tarde, la secuela que vio la luz en la Wii de Nintendo y de la que no puedo contaros apenas nada porque nunca llegué a jugarla. Lo que sí que pude disfrutar y sigo conservando es el regalo que Sega nos hizo a todos los que compramos alguno de los juegos que formaron parte de una promoción especial de la navidad de aquel año, en la que dicho regalo me vino con el Worldwide Soccer ’97

Este regalo fue Christmas NIGHTS, una suerte de «demo» que nos dejaba recorrer Spring Valley, primer nivel de Claris, con ambos protagonistas. Pero lo que más llamaba la atención además de los elementos que podíamos desbloquear, cosas tales como imágenes y melodías, mediante un simple pero adictivo minijuego de hacer parejas era que, haciendo uso del reloj interno de la consola, el programa mostraba en función del momento del año en el que nos encontrásemos una apariencia u otra. De este modo, en verano veíamos todo tal y como estaba en el juego original pero, cerca de la estación fría, los personajes vestían más de invierno y, lo mejor de todo y que da nombre a la «demo», desde mediados de diciembre a principios de enero el ambiente navideño se convertía en predominante, modificando la mayor parte de elementos gráficos y sustituyendo la música habitual por una simpática versión del famoso villancico Dulce Navidad.

Y es este aspecto, la música, uno de los puntos fuertes de este NIGHTS Into Dreams. Fue tal su impacto que su tema principal titulado Dreams, Dreams, una hermosa canción a dúo de la que se hicieron dos versiones, una de ellas cantada por niños, llegaría a ganar un premio a la mejor banda sonora en aquel año. Os dejo a continuación la versión adulta que espero que a quienes conocisteis el juego os traiga tan buenos recuerdos como a mí y os guste a quienes ahora la escucháis por primera vez…

Originalidad y belleza se dan la mano en este juego que todo poseedor de una Saturn debería tener en su colección. Pero aunque me he centrado en la versión original, para aquellos a los que los gráficos de los 32 bits les parezcan demasiado arcaicos existe (todavía, creo) la que, en formato digital, vio la luz en Xbox 360 y PlayStation 3, que ya incluye Christmas NIGHTS aunque sin el minijuego antes mencionado. Por ello yo recomiendo la primera si lo que se busca es vivir las sensaciones que a muchos de nosotros nos invadieron cuando lo jugamos en su momento. Porque, como dije, NIGHTS Into Dreams es único y, por lo tanto, lo que transmite también.

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