Hace ya un tiempo analicé la obra original, la cual ha cumplido 25 años. Ahora, con motivo de dicha efeméride, Microids rescata Amerzone: The Explorer’s Legacy para que las nuevas generaciones conozcan el que fue el primer videojuego del fallecido Benoît Sokal. Veamos qué ha cambiado y que se mantiene en esta revisión del título…

Comenzaré recordando de qué trata Amerzone: The Explorer’s Legacy. En esta aventura gráfica tomamos el papel de un joven periodista enviado a la Bretaña francesa con el objetivo de entrevistar a Alexandre Valembois, un viejo explorador que vive solo y aislado en un antiguo faro. Un trabajo en apariencia sencillo y rápido que no obstante se tuerce cuando este último, sin apenas fuerzas y exhalando su último aliento, le pide al protagonista que ocupe su lugar en una peligrosa expedición que tenía pensado realizar con destino a Amerzone.
Y así es como nos vemos embarcados en un viaje de descubrimientos en el que visitaremos diversos enclaves, siempre buscando la forma de avanzar al tiempo que vamos conociendo otras historias que, opcionalmente, podremos investigar para complementar el artículo que se nos pidió. Varios personajes harán también acto de presencia y tendremos que lidiar con ellos de una u otra forma para seguir adelante.

Como en el original, en esta versión de 2025 nos desplazaremos por cada uno de los escenarios de manera prefijada, deteniéndonos en puntos concretos que la mayoría de las veces contendrán información o algo que hacer, si bien en algunos simplemente nos limitaremos a observar el entorno durante unos segundos. La jugabilidad queda, pues, limitada a la interacción y manipulación de cuanto necesitemos, lo que incluye examinar los objetos o leer documentación que, en ocasiones, arroje pistas sobre cómo proceder a continuación. Para ello, el cursor cambiará su aspecto para indicar qué acciones podremos llevar a cabo.
De igual manera que sucediera con la saga Syberia en relación a Amerzone, también esta vez se han incluido numerosas referencias y guiños a la gran saga de aventuras de Kate Walker, en especial a su última entrega, que los seguidores de la misma reconocerán seguro de inmediato. Detalles que no estaban, por razones obvias, presentes en el juego original y refuerzan la interconexión entre ambas obras.

Metiéndonos en la parte técnica, huelga decir que lo más evidente es el enorme salto gráfico que presenta en relación a lo visto en 1999. El detalle e ilumación ambiente de cada uno de los entornos, ya sean exteriores o interiores, hacen de su contemplación toda una experiencia que podemos vivir sin agobios dado que, por la propia naturaleza del juego, el protagonista no puede morir en ningún momento. Todo se mueve, además, con mucha suavidad, siendo tan solo perceptible como punto negativo la súbita aparición de elementos lejanos en ciertos momentos del juego en los que nos dejaremos llevar sin hacer nada.
En lo sonoro se nota la mano de Inon Zur, un habitual en la saga Syberia y muchos otros juegos que en esta ocasión ha trabajado junto a Ori Zur (desconozco si comparten algo más que el apellido) para crear las diferentes melodías que ambientan la historia. Por otro lado, los diálogos vuelven a estar tanto en inglés como en francés pero los textos sí han sido traducidos a unos cuantos idiomas más, entre ellos por supuesto el español.

Como cualquier título del género, Amerzone: The Explorer’s Legacy invita a descubrir sus misterios poco a poco, a medida que resolvemos los puzzles que propone y juntamos todas las piezas de la historia. Algo que ya me encantó cuando jugué al original no hace tanto tiempo y que vuelvo a disfrutar todavía más si cabe en este 2025 gracias al estupendo trabajo realizado por la gente de Microids Studio Paris, que han firmado un juego redondo que rinde un más que merecido homenaje a su creador. Ahora solo resta saber si harán lo propio con su obra cumbre cuando alcance la misma edad, para lo cual no falta ya mucho…
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