Charon’s Staircase

Tras el infame Anthology of Fear, no dejo de lado el género de terror para traeros el análisis de Charon’s Staircase. Una experiencia que me ha provocado sentimientos encontrados, aunque de ello hablaré como siempre al final, cuando exponga mi valoración personal. Pero ahora lo que toca es conocer el juego en sí, lo que objetivamente ofrece al usuario que decida adentrarse en él.

En Charon’s Staircase encarnamos a Desmond, agente de un régimen autoritario conocido como El Ministerio, que ha recibido el encargo de su gobierno de recuperar una serie de documentos secretos de una vieja mansión. Pero, como suele suceder, el protagonista acabará descubriendo más de lo que esperaba…

A través de diversas localizaciones y desde una perspectiva en primera persona, Desmond irá narrando su historia a medida que esta avanza, para lo cual habrá que explorar cada estancia y resolver numerosos puzzles al tiempo que hallamos documentación variada que arroje luz sobre algunos hechos acaecidos tiempo atrás. Parte de la misma, junto a otros objetos, conformará nuestro inventario.

Desmond no va armado, pero ello no significa que no debamos enfrentar ciertos peligros en momentos concretos. Cómo salir indemne de esas situaciones es algo que el jugador tendrá que descubrir por sí mismo, lo que seguramente suponga morir en una o varias ocasiones hasta dar con la manera correcta de progresar.

Quizá lo descrito en los párrafos anteriores invite a sumergirse en su historia pero no lo hace, desde luego, su apartado técnico, en especial el gráfico. Charon’s Staircase presenta escenarios que, si bien en su diseño como conjunto no están del todo mal realizados, ya a nivel individual muchos de los objetos adolecen de un modelado sumamente pobre para los tiempos que corren. Únicamente un uso muy justo pero decente de la iluminación y el texturizado salvan un poco este aspecto, y no en todos los casos.

Pese a todo, la ambientación está bien lograda, dentro de las limitaciones mencionadas, claro está. Y ello es así gracias a una suave música de piano que nos acompañará en los momentos clave junto a la voz, doblada al español entre otros idiomas, del protagonista. También los textos están traducidos en su mayor parte, incluso en los propios documentos pero, y aquí tenemos nuevos problemas, no solo algunos no aparecen como deberían sino que su lectura directa será imposible bien por un tamaño de letra demasiado pequeño o, casi siempre, por un excesivo y muy molesto efecto de luminosidad que, como a todo lo que podemos examinar, se ha aplicado durante este proceso. Por fortuna, es posible activar una lectura más clara mediante el botón correspondiente.

Es complicado valorar objetivamente juegos como Charon’s Staircase. Por su propuesta es un título correcto, con una historia interesante, que engancha, y una jugabilidad sencilla aunque suficiente pero en lo técnico, al menos en lo visual, palidece enormemente. Supongo que lo más adecuado, dado que hay que verlo todo en conjunto, sea establecer un punto medio que le dé un aprobado raspado.

¿Recordáis lo que dije al principio sobre mis sentimientos acerca de Charon’s Staircase? Pues os voy a explicar a qué me refería. Creo que todos nos hemos encontrado en más de una ocasión con juegos que, pese a sus defectos, lograron que disfrutáramos del tiempo invertido en ellos. El que he analizado hoy es el último ejemplo personal en este sentido, si bien ello no debe nublar mi juicio e impedir que valore cada apartado como toca.

No obstante, va a ser difícil que vuelva a jugarlo tanto por el tipo de experiencia como por los múltiples puntos negativos con los que cuenta. Su duración, más bien corta, puede que me lleve a ello en algún momento futuro, mientras aguardo algo mejor. Al menos, al momento de escribir estas lineas dispongo de algo de material que hará más llevadera la espera.