Ciencia ficción y surrealismo han ido de la mano más de una vez en ámbitos como la literatura y el cine, una curiosa pero no por ello menos interesante mezcla de la cual bebe Elea, el título que traigo hoy para su análisis.
Elea (cuyo nombre completo es River Elea Catherine Jones) es el nombre de la protagonista, una científica que a finales del siglo XXI se embarca en una misión de rescate interestelar con el fin de encontrar a su marido, desaparecido trece años antes durante el intento de colonización de un exoplaneta cercano a la Tierra con la esperanza de que la raza humana pueda sobrevivir a la extraña epidemia que ha afectado a la población infantil de todo el mundo.
Como jugadores viviremos la aventura en primera persona, recorriendo diferentes entornos en busca de información en forma de documentación o a través del dialogo con otros personajes, además de poder interaccionar con numerosos objetos. Sabremos cuáles son y qué habremos de hacer gracias al contorno que los destacará sobre el resto y al icono que el puntero central nos mostrará. Algunos se guardarán en el inventario hasta que tengamos que darles uso.
El movimiento de Elea es sumamente lento, incluso durante la carrera. Por otro lado, en el menú de opciones será posible, entre otras opciones, activar o desactivar la oscilación que se produce al caminar dado que puede llegar a marear.
El apartado visual de Elea, con una clara estética aséptica y funcional en todos sus elementos, es satisfactorio pese a no llegar al nivel de otras producciones. En ocasiones se aprecia un ligero retardo en la carga de algunas texturas, algo intrínseco al motor utilizado, el Unreal Engine. La iluminación ambiente, junto a la emitida por determinados objetos, confiere al conjunto un estilo muy particular.
Pero si en algo destaca este título es en sus escenas surrealistas, merced al empleo de efectos gráficos sumamente llamativos que, además, en varias ocasiones vendrán acompañados de una modificación temporal del control del personaje con intención de crear un mayor desconcierto en el jugador.
Elea no cuenta con voces en castellano, siendo el idioma inglés la única opción. Igual sucede con los textos aunque, en este caso, haya alternativas como el alemán o el francés. Los efectos de sonido cumplen sin más y la música que sonará en momentos puntuales consigue transmitir las sensaciones que el juego busca mostrar en cada respectiva escena.
Una obra, cuanto menos curiosa, que aporta a su manera un toque de originalidad entre tantas que apuestan por ofrecer entornos lúgubres e historias cruentas. Un relato sobre la soledad en el viaje de la vida que, más allá de la experiencia como juego en sí, no deja indiferente.
Así ha sido en mi caso al menos, tanto por una cosa como por la otra. Como videojuego tiene sus evidentes carencias si lo comparamos con títulos de mayor calibre pero hace buen uso de lo que tiene. Y como experiencia narrativa me ha parecido muy interesante aunque no ocultaré que hubiera deseado una mayor duración de ambos aspectos.
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