No tengo una clara preferencia por el género de terror en los videojuegos pero existen algunos títulos cuya propuesta acaba atrayéndome. Ese fue el caso del juego del que voy a hablaros, cuya inesperada secuela verá la luz a finales del mes de mayo y que, por descontado, acabaré comprando si mantiene la esencia del original.
Layers of Fear cuenta la historia de un atormentado pintor, hundido en el alcoholismo y obsesionado con su obra. Nosotros encarnamos a dicho personaje en un siniestro recorrido en primera persona por la vivienda familiar con el objetivo de finalizar una última obra pictórica mientras vamos conociendo (o recordando) detalles de su vida y de las de su mujer e hija.
La atmósfera que se respira en el lugar es agobiante, sobre todo por los continuos cambios de ubicación que sufren las diversas estancias de la casa, que pueden hacer que sintamos que estamos perdidos en su interior. Podremos rebuscar en cajones, armarios y vitrinas en busca de documentos, fotografías y otros objetos. He de decir que me resulta curiosa la forma en la interactuaremos con el escenario pues por ejemplo, para abrir o cerrar una puerta o un cajón deberemos pulsar el botón asignado para coger el pomo (L2 en la versión para PS4, que es la que conozco y he jugado) y, sin soltarlo, mover la palanca analógica derecha en la dirección adecuada, dando así una sensación más realista de cada acción.
Hay que mencionar que este es un viaje sin retorno. ¿Qué quiero decir con esto? Que una vez salgamos de una estancia no podremos volver a ella puesto que la puerta se cerrará. Por lo tanto debemos pensar bien lo que hacer en cada momento, en especial en esos en los que el devenir de los acontecimientos puede variar, dependiendo de nuestras decisiones. Pero esto es algo que solo descubriremos al llegar a uno de los varios finales que tiene el juego…
En lo visual, Layers of Fear es una delicia que muestra unos entornos muy bien hechos y con multitud de detalles. La iluminación también es bastante buena a mi juicio, si bien dependiendo del ajuste que le hagamos al principio puede llegar a hacerse necesario el apagar la luz de la estancia en la que estemos jugando para así poder ver mejor las zonas más oscuras.
En lo sonoro no destaca especialmente pero cumple con creces su propósito de agobiar y crear tensión en el jugador, en especial en esas escenas en las que intuimos que algo va a suceder pero de las cuales ya no podremos escapar por lo que, ya sugestionados, tendremos que pasar el mal trago que nos haya preparado el equipo de desarrollo. La voces están en inglés pero el juego viene subtitulado, eso sí, con un tamaño de letra demasiado pequeño para mi gusto pero que, por fortuna, siempre leeremos en los momentos de no acción, con lo que no nos perderemos nada por estar fijando nuestra atención sobre el texto.
Layers of Fear es un buen juego de terror psicológico que algunos por cierto comparan, no sé si con acierto o error, con aquella famosa «demo» llamada «P.T.», prólogo de un nuevo Silent Hill que al final quedó en nada. Puede que en el estudio se inspiraran en dicha demo para crear la atmósfera de Layers of Fear pero eso no es nada malo. Y si de copias hemos de hablar, más similar es ese proyecto llamado Allison’s Road, que también me llamó mucho la atención pero del que, tras una primera campaña de financiación y una posterior colaboración con un editor que acabaría abandonando, nada más se supo. Así que yo al menos, dado lo sucedido, estoy contento de tener un juego de este estilo sin que importe quien ha copiado a quien, si es que se puede afirmar tal cosa…
Layers of Fear se ha convertido en uno de mis favoritos de los últimos años por sus buenas cualidades, que espero sigan intactas en su secuela. En un género plagado de zombies y otros monstruos físicos, se agradece que de vez en cuando aparezcan propuestas diferentes que ahonden en la mente tanto de los personajes como del propio jugador.