Mutant Fighter

Mutant Fighter

Cuando hablamos de lucha 2D a todos se nos vienen siempre a la cabeza los mismos nombres: Street Fighter, Mortal Kombat, King of Fighters, etc. Se han convertido en representantes del género, en sus estandartes, pero tanto antes como después de la aparición de estos títulos hubo otros que no alcanzaron el éxito y no porque no lo merecieran sino porque, en parte, sus planteamientos eran tan diferentes al canon establecido que pocos eran los que, tras probar, volvían a echar otra moneda. Uno de los que sí tuvo cierta fama fue Mutant Fighter, un juego en el que diversos personajes mitológicos, en busca de la gloria, se ven las caras en un torneo para ver quién es el mejor de todos…

Mutant Fighter (Death Brade en su versión japonesa) es un juego de lucha atípico en muchos sentidos ya no solo por el elenco de luchadores presentes, entre los que podemos encontrar figuras tales como el hombre lobo, el minotauro, el golem, el dragón o la Hydra o serpiente de varias cabezas. El jugador, una vez ha elegido a su luchador, combatirá en un amplio «ring» por el que es posible moverse libremente por lo que, nuevamente, se rompe la regla del enfrentamiento bidimensional clásico que todos conocemos. Estos «rings» tienen, además, zonas de peligro con diferentes trampas que debemos esquivar pero que también es posible utilizar para golpear al contrario.

Todo esto, que ya de por sí convierte a Mutant Fighter en un juego particular, no es nada si lo comparamos con su más clara seña de identidad. Seguro que muchos, si os hablo de movimientos «especiales», aquellos que una vez llena la barra de turno podían al ejecutarlos darle la vuelta a la situación, pensáis de inmediato en Super Street Fighter II Turbo como precursor de los mismos pero no. Si bien no puedo decir que fuera el primero, sí me es posible afirmar que antes hubo otro juego con «especiales» o, como se llamaban aquí, «Super Throws». No era complicado realizar la combinación (idéntica en todos los personajes) pero, a causa de la jugabilidad del título, más cercana a juegos como los de lucha libre en las que el oponente ofrece cierta «resistencia» que a un Street Fighter típico, no siempre se lograban ejecutar cuando uno deseaba aunque, cuando salían, el resultado era absolutamente épico.

Y es que, visualmente, Mutant Fighter es un título muy llamativo y detallista. Cada personaje es único, completamente diferente al resto, y hasta que no los conoces no sabes qué pueden dar de sí. Yo solía cogerme a la amazona o al hombre lobo pero lo cierto es que, aunque no lo parezca, existe un gran equilibrio entre aquellos que podemos seleccionar porque, al igual que por ejemplo Street Fighter II, si logramos avanzar llegaremos a enfrentarnos a otros que no son seleccionables de inicio y que serán, sin duda, verdaderos retos superables solo por los más habilidosos. Los escenarios también gozan de un acabado muy chulo y presentan, como ya dije, diferentes superficies y peligros con los que debemos lidiar mientras tratamos de sobrevivir a los ataques continuos del oponente.

Curioseando he visto que, además de la versión arcade que hoy he comentado, hubo versiones para Super Nintendo o Sharp X68000. Es una lástima que no viera la luz en otras máquinas de la época (principios de los 90) porque habría sido genial para los poseedores de estas el poder echar unos combates sin tener que dilapidar la paga de la semana. Ahora, por fortuna, ya es posible jugarlo vía emulación y, sinceramente, si nunca antes lo habéis jugado os invito a hacerlo. Estoy seguro de que muchos repetiréis.

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