Puede que alguno recuerde un artículo que escribí hace tiempo, titulado Barreras insuperables, en el que hablaba de aquellos juegos y géneros que no se me daban nada bien. Pues bien, el juego del que voy a hablaros hoy entraría perfectamente en ese grupo, ya que jamás he sido capaz no ya de acabarlo sino de pasar dos o tres pantallas seguidas sin morir. A pesar de todo tiene algo que engancha e invita a probar una vez más. ¿Será su sencilla mecánica? ¿La simpatía que desprenden sus personajes? Vamos a ver qué es lo que puede ofrecer este Ninja Kid II a quienes lo jueguen…
Ninja Kid II es un arcade de acción y plataformas en el que encarnamos, como dice el título, a un joven ninja cuya única misión es acabar con todos los enemigos que le salgan al paso. Pero llevar a cabo esta tarea supone un gran desafío pues escondido tras una apariencia simple pero simpática se halla uno de los juegos más difíciles que he jugado nunca. Más incluso que clásicos como el Ghosts & Goblins, por citar un ejemplo que todos conozcamos.
Sobre su jugabilidad poco hay que decir. Nos podemos mover de izquierda a derecha, o arriba y abajo, dependiendo del tipo de nivel en el que nos encontremos, y por supuesto dispararemos estrellas ninja contra unos enemigos que también podrán hacer lo propio, con lo que no solo tendremos que ser más rápidos que ellos disparando sino también esquivando. Hay fases en las que podremos escalar, nadar, subir rebotando en las paredes y realizar otras acciones que nos permitirán avanzar. También durante los combates será posible caer encima de los enemigos para dejarlos atontados un instante, cosa que igualmente podremos sufrir en algunos momentos y que nos dejará vendidos ante cualquier ataque.
Como ya dije, en lo visual el juego denota cierta gracia, con personajes minúsculos pero bien animados, que se mueven suavemente por los niveles. Estos son bastante variados, al menos en lo poco que yo he podido ver del juego, y presentan retos diferentes que seguro os harán sudar en múltiples ocasiones. Y respecto al apartado sonoro, el juego cuenta con escasos efectos y una simple pero pegadiza melodía que nos acompaña durante la acción. No es en lo técnico lo mejor que se podía ver en aquel lejano año 1987 pero tenía algo que llamaba la atención, que lo hacía atractivo, y que todavía puede percibirse si lo vemos en movimiento en vídeo o en un emulador.
Ninja Kid II es en definitiva uno de esos muchos juegos que no destacaron como lo hicieron otros pero que a buen seguro tuvieron su público. Hoy he querido recordarlo y darlo a conocer a quienes no hayan tenido el placer de hacerlo en su momento. Como siempre digo, darle una oportunidad cuesta poco, y menos hoy en día, y por ello os invito a probarlo para que comprobéis por vosotros mismos si lo dicho en este post encaja con lo que percibáis y sintáis al jugar. Quien sabe, incluso es posible que más de uno logre lo que yo jamás pude…
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