No será necesario para la redacción de este post rebanarse la sesera tanto como hace falta para resolver los variados y no pocas veces enrevesados puzzles que nos propone Relicta, título cuyo análisis os ofrezco a continuación.
Relicta nos sitúa en pleno siglo XXII donde asumiremos el papel de Angelica Patel, una científica aislada en el interior de Chandra, una enorme base enclavada en la Luna que esconde un oscuro y temible secreto. Angelica no está sola en el lugar, pero únicamente nos podremos comunicar con el resto de miembros del equipo a través de comunicaciones establecidas gracias al sistema informático controlado por Systems, una inteligencia artificial con la que también dialogaremos a menudo.
Como dije al principio, el principal reto en Relicta está en resolver puzzles basados en este caso en fuerzas magnéticas y de gravedad que controlaremos mediante unos guantes especiales que nos permitirán añadir, variar y quitar dichas fuerzas de unos artilugios con forma de «cubo de Rubik» diseñados para su aplicación que deberemos utilizar para activar o desactivar, según sea necesario, los mecanismos que encontraremos en nuestro camino.
La exploración tiene, no obstante, también su espacio dado que será en los momentos de «paz» cuando, mientras recorremos las distintas estancias de la zona central de la base, será posible hallar información adicional siempre y cuando seamos meticulosos y busquemos por todos los rincones en busca de objetos que podremos, antes de interaccionar con ellos, distinguir gracias a un peculiar efecto de partículas que los destacará de lo demás.
En Chandra algunos cráteres, recubiertos por una enorme cúpula, están «terraformados» en mayor o menor medida. Es decir, su superficie, su atmósfera y su clima se modificaron para reproducir diferentes ambientes o hábitats. En consecuencia, pese a que la acción se desarrolla lejos del planeta Tierra, nos moveremos por entornos tales como zonas heladas, cañones áridos, bosques o playas tropicales. Sin embargo, y aunque su tamaño pueda hacer pensar lo contrario, todos estos escenarios cuentan con un recorrido cerrado cuyos límites se representan mediante un escudo invisible que se mostrará al mínimo contacto.
Dichos escenarios están recreados con bastante detalle, al contrario que la zona central de la base cuyo diseño minimalista y aséptico genera en ocasiones cierta sensación de vacío. Por otra parte, la música es más bien testimonial pues solo en momentos concretos, en especial cuando la historia avance, escucharemos alguna suave y melancólica melodía así como los diálogos, con voces en inglés pero textos traducidos a nuestro idioma.
Como otros títulos del género, Relicta bebe mucho de las aguas de Portal si bien sus mecánicas, aunque parecidas, son lo bastante distintas a cualquier cosa vista anteriormente como para que lo podamos considerar un título original, único y lo más importante, en suma entretenido gracias a su interesante historia y notable apartado técnico.
Definiría mi relación con Relicta de amor y odio puesto que, a pesar de disfrutarlo de principio a fin, también lo he padecido en no pocos momentos, siendo algunos particularmente frustrantes. Pero nunca me dejé vencer por el reto impuesto y logré superar, uno tras otro, cada puzzle del juego sin importar lo complicado que de inicio este pudiera parecer. Y es que puedo llegar a ser muy terco cuando algo se me mete en la cabeza…