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Robocop: Rogue City

Robocop recibió hace algo más de una década una película que mostraba una versión actualizada del personaje y su historia que no me he molestado en ver porque, entre otras cosas, para quienes lo conocimos en su momento Robocop es y será siempre ese «tanque» de apariencia imponente y movimientos limitados que conserva mucho de su lado humano. Un héroe que ya en su época contó con juegos de gran factura, lo cual se repite en esta entrega más reciente que me dispongo ahora a analizar.

Robocop: Rogue City nos sitúa en un periodo posterior a la segunda película de la trilogía clásica con la potente droga Nuke como inicio de una trama con varios giros interesantes que, como es obvio, no voy a mencionar. Como el poderoso cíborg policía, perseguiremos desde una perspectiva subjetiva a delincuentes y criminales al tiempo que cumplimos otras tareas propias del oficio como investigar diversos escenarios e incluso sancionar o amonestar a cualquier ciudadano que se salte las normas. También nuestros compañeros en comisaría nos pedirán ayuda en ocasiones para llevar a cabo diversas tareas y como en el caso de las multas, será elección nuestra hacerlas o no.

Huelga decir que nos conviene quedar bien con nuestros compañeros, y no ya solo por mantener un buen ambiente de grupo. Todas las misiones, principales o secundarias, y los objetos ilegales que vayamos encontrando suman puntos de experiencia que nos servirán para ir mejorando las distintas capacidades de Robocop al término de cada fase. Por otra parte, nuestras acciones determinarán cómo nos ve la gente de Detroit y ciertos acontecimientos clave de la historia.

Aunque podemos hacer uso de un amplio arsenal de armas de fuego que por lo general cogeremos de los enemigos caídos, Robocop nunca se desprende de su flamante Auto-9, una pistola de alta cadencia y munición ilimitada que, además, será posible mejorar gracias a unas placas de chips que potenciarán diversos aspectos. Estos chips aparecen dentro de las cajas de la OCP repartidas por cada zona, casi siempre en algún rincón escondido. De inicio, dichos chips aportan un tanto por ciento de mejora bajo pero tenemos la opción de fusionar varios para obtener uno más potente, si bien el resultado de dicha fusión será aleatorio tanto en la cifra obtenida como en la forma del chip. Finalmente, si la placa elegida deja de ser de nuestro agrado, podemos extraer todos los chips que hayamos integrado en ella para usarlos en otra.

Algo que no pocos criticaron en su momento es el lento movimiento del protagonista, dado que no es capaz de correr o siquiera acelerar su caminar. Tampoco puede saltar ni agacharse aunque sí subir por algunas escalerillas que permiten acceder a zonas elevadas en puntos concretos pero es que nunca necesitaremos realizar alguna de las acciones mencionadas porque, más allá de los momentos de investigación y conversación con otros personajes, Rogue City se basa en disparar a todo lo que nos amenace sin que el daño que recibamos deba preocuparnos mucho, pues RoboCop lo aguanta bien casi todo. Por otra parte, también podremos agarrar determinados objetos y, si se tercia, a los enemigos que se pongan a nuestro alcance para a continuación lanzarlos por el aire, contra una pared e incluso otros enemigos, a menudo con un sangriento y espectacular resultado.

A nivel técnico, Robocop: Rogue City es un producto de notable factura dentro de su rango (AA), que cuenta con un apartado gráfico en lineas generales de un nivel bastante alto que, no obstante, no carece de algunos problemas que ahora comentaré. Y lo mismo se puede decir del sonoro donde a modo de guiño es Peter Weller, el mismo actor que dio vida en el cine a Robocop, quien pone su voz al protagonista en el juego. Algunas melodías están sacadas de las películas, incluido el famoso tema central, pero otras han sido creadas ex profeso para el título, entre las que yo destacaría una que se termina haciendo un poco rayante tras escucharla durante un largo rato. Como ya habréis intuido, Robocop no nos llegó doblado al castellano pero sí traducido, por lo que seguir el hilo de los acontecimientos no supone ningún problema.

Me gustaría volver sobre los gráficos para hablar sobre los problemas mencionados anteriormente. Problemas que, por fortuna, en su mayor parte no empañan la experiencia global pero están ahí: pequeños fallos en la física de los enemigos, objetos que se atraviesan y texturas que parpadean o desparecen son algo visible en diversos instantes del juego.

Otros sí son más molestos aunque no se dan siempre, por lo que parece más una cuestión de mala suerte que un problema real de programación. En concreto, y siempre refiriéndome a lo vivido por mí, un par de misiones se me buguearon en un momento concreto y no pude terminarlas, lo que me obligó a reiniciar desde el punto de control más próximo sin que volviera a suceder. Molesto como dije antes, pero tampoco demasiado importante.

Concluyendo, aunque Robocop: Rogue City no esté a la altura de los hoy considerados grandes del género de acción en primera persona, ello no significa que estemos ante un título mediocre o como mucho regular, del montón. Todo lo contrario: se trata de un muy buen juego, pensado sobre todo para los seguidores del personaje y su mundo que verán reflejado el mimo que el estudio ha puesto en multitud de detalles, con referencias que de seguro todos reconocerán de inmediato. Además, su propuesta sencilla y directa, junto a la posibilidad de volver a empezar con todas las mejoras que hubiéramos conseguido antes, lo hacen sumamente rejugable. Y no todos pueden presumir de eso.

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