Shenmue III (PlayStation 4)

Shenmue III (PlayStation 4)

Empecé lentamente, observando todo a mi alrededor, y así continué hasta que llegué a un punto en el que me dije: «Venga, vamos a centrarnos, que ya habrá tiempo de recrearse…». Y es que conocer más de la historia de Ryo Hazuki ha sido un deseo demasiado fuerte como para reprimirlo en pos del disfrute de todo lo que podemos hacer en Shenmue III y que os iré contando a lo largo de este artículo. Pero comencemos por el principio…

Como bien sabéis, hemos estado esperando mucho tiempo a que este juego se hiciera realidad y ahora, por fin, podemos jugarlo y disfrutarlo. Yo lo he estado haciendo durante los últimos días y todavía me quedan muchas horas más por delante para seguir pero, ahora que lo he terminado, ya estoy en condiciones de hablar de lo que os encontraréis en esta que es para mí, lo adelanto ya, la mejor entrega de la saga. Y eso, tratándose de algo como Shenmue, es poner el listón muy, muy alto.

En el papel de Ryo, nuestro principal cometido será ir descubriendo pistas que nos lleven hasta Lan Di con un único fin, el de acabar con él. Para ello habremos de ir preguntando a los lugareños en función de aquello que andemos buscando en cada momento. Esto nos permitirá también llevar a cabo tareas secundarias a las que, por supuesto, no estamos obligados pero claro, si queremos ser bien recibidos pues lo suyo es ayudar a quien nos los pida, ¿verdad?

También en ciertos momentos tendremos que esperar para poder avanzar, si bien el juego da la opción de hacer pasar el tiempo hasta cuando lo necesitemos. Personalmente no la he usado porque es más divertido explorar otras actividades como recolectar plantas, jugar en el salón recreativo o zonas de apuestas, conseguir juguetes, pescar o mejorar nuestro nivel de kung fu. Esto último es especialmente útil puesto que nos sirve para aumentar la fuerza de los golpes y el número de esferas de vida del protagonista. Hay que tener muy en cuenta, y esta es una de las novedades de esta entrega con respecto a las anteriores, que Ryo va gastando energías a medida que se mueve, por lo que habrá que ir reponiéndolas con comida siempre que sea necesario.

Por otro lado, podremos vender todos los objetos que vayamos encontrando, siempre que no sean vitales para la historia, claro está, o cambiarlos por otros en determinados casos. Pormenorizar en esta cuestión alargaría demasiado el artículo pero lo que sí os puedo decir es que la economía es un pilar fundamental en Shenmue III. Todo está entrelazado y nunca nos encontraremos desprotegidos por falta de dinero, pues siempre habrá una manera de conseguirlo. Un ejemplo de esto lo tenemos al ganar en uno de los juegos de apuestas, donde se nos invita a canjear las fichas de juego por premios con los que luego es posible comerciar en las casas de empeño.

Hablemos ahora de otra de las novedades, el sistema de combate. Los juegos anteriores utilizaban el motor de Virtua Fighter, lo que hacía que también el control fuera el mismo que en la saga de lucha de Sega, pero para Shenmue III en cambio se ha creado un sistema nuevo, bastante más complejo a pesar de la imposibilidad de realizar agarres. Y es que si antes usábamos un botón para golpes de puño, otro para patadas y un tercero para protegernos, ahora se ha asignado un botón para cada extremidad (algo similar a lo que se hace en Tekken) y es la combinación de estos lo que nos permitirá ejecutar la larga lista de técnicas disponibles y que, en buena medida, deberemos entrenar para mejorarlas después de haber adquirido los respectivos manuscritos.

El juego, como podéis ver, tiene mucho que ofrecer a quienes os acerquéis a él. Pero tal vez todo esto no sea suficiente para los amantes de los gráficos punteros que vemos en algunos títulos, y que puede que no hallen aquí ese extremo realismo del que hiciera gala en su época la primera entrega en relación a lo que había por entonces en el mercado. Sin embargo, el conjunto se muestra bastante sólido y es una delicia contemplar los variados entornos en diferentes horas del día o hacerlo tanto en condiciones de seco como en mojado, como también lo es ser conscientes de la ingente cantidad de detalles que veremos tanto en el exterior como en el interior de las casas y locales en los que entremos.

Por supuesto, Shenmue III no es un juego perfecto y tiene sus carencias o, más bien, limitaciones, centradas sobre todo en las animaciones faciales de los personajes, pero ello no empaña en absoluto la experiencia global que brinda el juego. Una experiencia que, como es habitual, viene adornada por una hermosa banda sonora que cuenta con melodías que pronto, al igual que ocurriera tiempo atrás, los fans nos acabaremos aprendiendo de memoria. En cuanto a los diálogos, las voces están tanto en inglés como en japonés y los textos de los mismos, además del resto de contenido (menús, descripciones, etc) vienen en varios idiomas, entre ellos el español.

Mentiría si os dijera, ya para finalizar, que poco más puedo decir acerca de este juego porque lo cierto es que se podría hablar largo y tendido de cada uno de los elementos descritos aquí y de todos aquellos que he decidido omitir para que, si os decidís a darle una oportunidad, seáis vosotros mismos los que los vayáis descubriendo. Y lo hagáis además muy poco a poco porque la premisa de Shenmue es precisamente la de tomarse el tiempo necesario para cada cosa, pararse a admirar los detalles y llegar a conocer el mundo en el que nos movemos como si fuera nuestro propio hogar. Hacerlo la primera vez es algo imposible, ya que los acontecimientos nos empujan a querer descubrir más cosas pero una vez completéis la historia será cuando, de verdad, disfrutaréis si así lo queréis de todo lo que YsNet, con Yu Suzuki a la cabeza, nos ha legado en un título que ojalá vaya bien en cuanto a ventas para que no tengamos que esperar otros casi veinte años a la siguiente entrega.

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2 Comments

  1. Buena review, llevo tiempo escuchando sobre esta saga. Habrá que hacerse con las primeras entregas para conocer la historia de primera mano. Saludos.

  2. Hace un tiempo la cosa estaba complicada, ya que solo estaban disponibles en su sistema original, la Dreamcast, aunque siempre se puede tirar de emulación, claro está. Ahora por suerte se pueden jugar tanto en PS4 como en Xbox One, además de en PC, con lo que es más fácil acceder a ellas de una manera, digamos, legal. Además, salieron a bajo precio y han ido bajando más desde que están en el mercado, así que es un buen momento para hacerse con ellas…

    Si finalmente las juegas, espero tus impresiones. Muchas gracias por pasarte por el blog y comentar. Saludos.

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