Es difícil ser original en algo tan manido como los mundos de fantasía. Y Stray Blade, el juego protagonista de este análisis, no es una excepción. Eso no significa que su propuesta no sea merecedora de atención y espero despertar vuestra curiosidad con lo que diga sobre un título que guarda mucho más de lo que parece.
Stray Blade nos pone en la piel de Farren West, un personaje ávido de experiencias nuevas que, tras recorrer todo el mundo, visita el último enclave que le queda por explorar: el valle de Acrea, un lugar desconocido repleto de secretos que tendrá que descubrir si quiere salir de allí, pues después de un suceso que casi acaba con su vida, dicho valle se convertirá en su prisión.
Pero Farren no estará a solas ya que otro ser le seguirá en su periplo, aunque por otros motivos. Boji, una especie de lobo enano antropomorfo que domina las artes mágicas, se convertirá en nuestro guía, siendo ayuda esencial a la hora de abrir nuevos caminos y entender las historias que han hecho de Acrea el lugar que es ahora.
Tal ves os hayáis percatado de que no he hecho referencia alguna al sexo de Farren, y la razón es que seremos nosotros, al comenzar el juego, los que elijamos si será hombre o mujer. Una vez lo hagamos, en buena lógica no podremos cambiarlo en ningún momento durante la partida.
Farren irá subiendo de nivel a medida que alcance objetivos y acabe con cuantos enemigos se encuentre, lo que le otorgará puntos de habilidad que usaremos para mejorar sus atributos de vida, energía y fuerza de los ataques (débiles, fuertes y especiales) entre otros. En el caso de Boji serán los puntos de historia lo que necesitaremos para activar y usar su habilidades especiales, además de las runas que nos otorgarán ciertas ventajas temporales.
Muchos de los atributos requerirán que dominemos antes cada una de las armas del juego. Armas que no habrá que buscar sino fabricar en una forja con los recursos que encontremos, siempre y cuando dispongamos del plano adecuado primero, como sucede con las armaduras. Una vez creadas, podemos personalizar unas y otras variando sus colores a nuestro gusto.
Hay armas y armaduras de todo tipo, cada una con sus propias características de alcance, daño, velocidad y control en el caso de las armas, y protección y capacidad de esquiva en el de las armaduras. Algunas vendrán acompañadas con un escudo que, aunque solo nos protegerá de los impactos frontales, será de vital importancia si no conseguimos dominar el particular sistema de combate de Stray Blade, basado en contrarrestar los ataques enemigos en el momento justo.
Los ataques se pueden esquivar o bloquear salvo aquellos que el rival nos lance envuelto en un resplandor rojo, que son imparables. Si lo hacemos bien, recobraremos energía (la barra verde), la cual se gasta con ambas acciones y hay que esperar a que se recargue. Además, al bloquear (con el arma, el escudo no sirve) dejaremos a nuestro rival indefenso un instante, reduciendo su barra de aturdimiento (la de color blanco). Si logramos vaciarla, tendremos la posibilidad de asestar un golpe de remate sin importar cuanta vida le quede.
Saber luchar es importante en Stray Blade pero explorar no lo es menos pues, como dije antes, el valle de Acrea está lleno de secretos ocultos. Algunos no serán alcanzables al carecer de inicio de ciertas habilidades pero, entre los que sí lo son, el más importante sin duda es el Santuario de la vida acreo (o del Renacer) que nos permitirá resucitar en el que esté más próximo siempre que lo hayamos activado previamente, sirviendo a su vez como punto manual de guardado.
A nivel técnico y empezando como siempre por el apartado gráfico, Stray Blade nos brinda con Acrea un mundo semi abierto, dado que no todas las zonas están interconectadas directamente, de considerable tamaño, no siendo posible viajar rápido entre unas y otras de manera libre. Para ello habrá que hallar enclaves específicos si no queremos movernos a pie por unos coloridos y variados paisajes recreados con un estilo visual a medio camino entre el «cartoon» y el realismo, más o menos detallado según la zona. El paso del tiempo permite apreciar el ciclo día/noche dinámico aplicado al título.
Las animaciones de los personajes se muestran suaves y fluidas, tanto durante la exploración como en los combates. Sin embargo, dependiendo de las circunstancias no será extraño ver cómo atravesamos elementos del escenario durante las secuencias en las que Farren remata a sus enemigos. No es el único defecto de Stray Blade en este sentido, puesto que también los enemigos visibles que estén a cierta distancia se moverán de forma extraña debido a una menor tasa de frames en su animación, a lo que hay que sumar la súbita aparición de algunos objetos en base a la misma situación.
Del sonido, poco hay que decir sobre las melodias que escucharemos durante la partida más allá de que cumplen su cometido. De las voces tampoco habría que destacar nada si no fuera por un hecho que me he guardado para este momento, aunque no he podido comprobar si puede darse o no el caso. A la hora de crear a Farren, podemos como dije elegir su sexo y lo normal sería pensar que su voz se asociará al mismo, por lo que resulta extraño que deje elegir también esta a continuación cuando solo hay una opción en cada sentido. ¿Os imagináis a un hombre con voz de mujer y viceversa? Insisto, no se si se podrá hacer pero de ser así, bueno… prefiero no pensar en el resultado.
Pese a todo no es algo que no tenga arreglo, al igual que los problemas gráficos mencionados antes o fallos de texto tales como la presencia, en algunos diálogos y pantallas de carga, de código interno que no debería verse o la, de vez en cuando, no desaparición de las frases de los soldados caídos. Problemas apenas importantes que no empañan la experiencia pero están ahí. Stray Blade se escucha en inglés pero todos los textos (diálogos, descripciones y menús) están traducidos al español.
Stray Blade no es un juego perfecto. Ninguno lo es aunque algunos se acerquen más que otros, pero a pesar de sus mínimos problemas ofrece una experiencia sólida y disfrutable, siempre y cuando no caigamos en la frustración si su sistema de combate supera nuestra destreza con el mando de control. Un juego muy recomendable para los amantes del género de las aventuras en el que se enmarca.
Aunque me gustó desde el principio, los primeros momentos con este Stray Blade no fueron los mejores y fue a medida que iba conociendo el juego y me desenvolvía cada vez mejor que le fui cogiendo más aprecio, si bien tampoco puedo decir que me haya emocionado profundamente. Pero hacía tiempo que un título de esta índole no me tenía tan entretenido y siempre lo recordaré con sumo agrado en su conjunto.
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