Declive lucha 3D

Lucha 3D: el declive de un subgénero

El tiempo pasa, todo cambia muy rápido, y con ello las tendencias que se siguen. Hubo un periodo, una época, ya muy lejana dada la evolución de este mundo de los videojuegos, en el que los títulos de lucha 3D coparon buena parte de la atención de los usuarios. Sin embargo, a tenor de lo que puede verse en la actualidad, parece que sus días de gloria quedaron atrás y, salvo excepciones, apenas interesan ya. En este artículo exploraremos un poco del pasado, presente y posible futuro de esta vertiente del género…

Su origen se remonta a los primeros años de la década de los 90 del pasado siglo XX con la irrupción, en los salones recreativos, de Virtua Fighter. El clásico de Sega, siguiendo en lo técnico la senda establecida por el no menos genial Virtua Racing, impactó por su novedosa propuesta de combates con luchadores y entornos tridimensionales (limitando esto último en exclusiva al ring), siendo poco después llevada aún más lejos por Namco y su primer Tekken merced a una jugabilidad más compleja y un apartado gráfico enriquecido con un mejor trabajo en texturas respecto a su rival.

No fueron pocos los títulos que irían llegando después, en medio de la fiebre desatada por los antes nombrados. Soul Edge (que pasaría a llamarse Soul Calibur en sus entregas posteriores), Dead or Alive o Battle Arena Toshinden fueron algunos de los más conocidos. Incluso sagas consagradas en las 2D como Street Fighter y Mortal Kombat tuvieron sus correspondientes versiones en 3D, si bien estas últimas no llegarían a las cotas de calidad y éxito de las que marcaron el camino.

Pero llegado el siglo XXI la fórmula comenzó a dar signos de agotamiento, dado que en lo que llevamos de centuria apenas han aparecido nuevos títulos originales dentro de este subgénero y, los que hasta ahora aguantaban, poco a poco han ido desapareciendo de escena. A día de hoy, y a la espera de ver si finalmente el tan rumoreado Virtua Fighter 6 ve la luz, tan solo Tekken se mantiene fuerte dentro de un mercado copado por la acción bidimensional en entornos 3D donde, como si de un ciclo se tratara, reinan quienes ya lo hicieran en el pasado: Street Fighter y Mortal Kombat, dos sagas que han sabido reinventarse y ganar con ello nuevos adeptos, manteniendo al mismo tiempo la leadtad de gran parte de sus antiguos seguidores. Lo mismo puede decirse, aunque en menor medida, de las sagas clásicas de SNK que han seguido el mismo camino: King of Fighters, Samurai Shodown y, de aquí a no mucho, Fatal Fury con su nueva entrega City of the Wolves.

La conocida como lucha “2.5D” (personajes y escenarios 3D con acción bidimiensional (lateral) clásica es el estilo que más impera en el género actualmente.

Caben pocas dudas de que va a ser muy difícil que veamos en el futuro nuevas entregas de sagas como Soul Calibur o Dead or Alive, por poner los casos más recientes, y ni qué decir de aquellos que dejaron de existir hace tanto tiempo. Por otra parte, y debido en gran medida al coste que debe suponer desarrollar esta clase de títulos, no parece que haya nadie lo bastante valiente y osado como para meterse de lleno en esta lucha (valga la redundancia) y busque su hueco en una industria que ya no ve ese material con los ojos de antaño.

Y es que los usuarios actuales han dictado sentencia y, en lineas generales, prefieren el estilo marcado por las últimas entregas de Street Fighter y Mortal Kombat, el cual ha sido secundado, además de los ya citados de SNK, por títulos de éxito como Dragon Ball FighterZ. No obstante, a este respecto hay que decir que el pŕoximo juego de lucha de la saga de Goku y compañía, Sparking Zero, el cual ofrece una jugabilidad similar a los añorados Budokai Tenkaichi (de hecho, todos se refieren al mismo como la cuarta entrega de la saga), parece demostrar que todavía hay esperanza de rescatar antiguas fórmulas jugables, hoy prácticamente olvidadas.

Si podría suceder algo similar con la lucha totalmente 3D que reinó a finales de los 90 solo será posible averiguarlo si aparecen en el mercado más juegos de dicho estilo pero me da a mí que, visto lo visto, no parece que vayamos a obtener una respuesta positiva en ese sentido, al menos a corto plazo…

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