Todos los que estamos al día de las grandes noticias de la industria del videojuego hemos asistido, con mayor o menor sorpresa e incluso incredulidad, al último movimiento realizado por Microsoft en relación a su servicio Game Pass de Xbox. No obstante, y por si quedara algún despistado que no lo sepa, basta decir que a partir de septiembre habrá cambios en todos los paquetes, incluyendo la eliminación del básico en consola para nuevos usuarios que, en su lugar, podrán adquirir uno nuevo, «Estándar», algo más limitado. Además, tanto este como el resto subirán de precio.
En GAMALT nos gusta ir más allá, siempre dentro de nuestras posibilidades y capacidades. Por ello no nos vamos a quedar en la mera crítica, positiva o negativa, y vamos a tratar de analizar las razones que han llevado a los de Redmond a dar este paso. El motivo principal es evidente: ganar dinero, y la llegada para esas fechas del nuevo Call of Duty al servicio es, a tenor de la inmensa fama del título de Activision, un argumento con suficiente peso. Por algo, además del resto de licencias del estudio, Microsoft hizo el mayor desembolso económico de la historia del videojuego, el cual bien sabemos la de trámites que tuvo que pasar para ser visto con buenos ojos por los diversos mercados.
En la compañía a buen seguro han estudiado a fondo las más que posibles repercusiones y prevén un aluvión de nuevos usuarios que, como ya hemos comentado, al menos en consola no podrán acceder al juego el primer día si optan por el paquete básico («Estandar»), lo que les obligará a elegir a la opción «Últimate», la más cara pero también más completa que, además, permite el juego en la nube. Microsoft cree y confía, no sin motivo, que al menos una gran parte seguirá este guión, lo que sin duda redundará, al menos a corto plazo, en unos beneficios más cuantiosos que los que tendrían de no haber tocado los planes de servicio actuales.
Por supuesto, la subida de precios ha generado cierto descontento y malestar entre los usuarios activos. Pese a todo, creemos que solo unos pocos cumplirán su «amenaza» y dejarán el servicio al sentirse defraudados, engañados o incluso estafados. Ahora bien, estas cosas ya las hemos visto antes y bastará con que aparezca algo que sea de su interés para que, más pronto que tarde, acaben volviendo al redil. Todos recordamos la «espantada» sucedida en Twitter cuando Elon Musk adquirió la red social y cómo, no mucho tiempo después, no pocos regresaron al ver que en las alternativas no tenían nada de lo que habían dejado atrás…
Sea como sea, Microsoft ya ha hecho su apuesta y será el paso del tiempo el que diga si les ha salido bien o mal la jugada. Dado el tirón que tiene entre los videojugadores la saga Call of Duty, cuesta creer que la balanza no se incline hacia el lado positivo desde el primer momento y todo lo que hemos visto desde que Activision entró a formar parte del ecosistema verde gira principalmente en torno a su título estrella. En Xbox llevan bastante tiempo preparándose para una guerra a la que apenas le quedan tres meses para dar comienzo (la nueva entrega verá la luz el próximo 25 de octubre), y lucharán con todo lo que tienen por sacar la mayor tajada posible de dicha contienda.
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Todo lo mueve el dinero, con el nuevo Call of Duty, ya me veo reservado en cuanto salga porque a mí hijo le encanta. Gracias por compartirlo
Y como él muchos más, sin contar los que lo jugarán a través del servicio online. La verdad es que no deja de sorprender que, pese a la cantidad de juegos que tiene la saga, la gente lo sigue pidiendo, jugando y disfrutando. Pocos títulos hay que tengan tanta influencia…
Gracias a ti como siempre por pasarte y comentar, Nuria. Saludos.