A nadie le amarga un dulce, se dice, aunque cuando se creó y comenzó a popularizar este refrán no se pensara en quienes tienen problemas de salud con el azúcar. Lo normal, no obstante, es querer más y eso es lo que las compañías piensan cuando deciden desarrollar programas de fidelización que ofrecen recompensas a los usuarios más activos. Una idea que no siempre funciona, como veremos a continuación.
La prueba más reciente la tenemos en el servicio PlayStation Stars de Sony, que va a sufrir ciertos cambios empezando a partir del próximo mes de julio por no admitir nuevos miembros y dejar de ofrecer campañas de obtención de puntos, paso previo a la suspensión definitiva en noviembre de 2026, tres años después de su puesta en marcha. No se sabe si esta iniciativa será sustituida por otra análoga o simplemente desaparecerá.

Por motivos que no viene al caso comentar, yo entré en ese programa mucho después de su puesta e marcha y tengo que decir que no me ha sorprendido en absoluto la noticia, de la cual me enteré por un correo previo a su publicación en los medios. Está claro que alguien en la compañía pensó que ofrecer la posibilidad de coleccionar contenidos digitales, algunos de muy difícil y/o costosa obtención, sería un buen acicate para el usuario más fiel que luego presumiría de sus logros, incitando así al resto a seguir sus pasos.
Sin embargo, ahora parece evidente que se equivocaba porque ni siquiera estos han sido capaces de sostener un sistema condenado de antemano al fracaso, dada la enorme diferencia que hay entre las recompensas ofrecidas y el coste, en tiempo y dinero, que supone alcanzarlas. Y es que para desbloquear ciertos objetos, amén de adquirir productos (juegos, demos y suscrpciones), es necesario completar no pocas campañas con objetivos diversos, casi siempre enfocados hacia títulos de relevancia destacable o recién añadidos al catálogo o servicio. Esa falta de libertad ha sido la que, en gran medida, ha propiciado el fatal devenir de esta fallida propuesta de Sony, la cual no obstante supera por mucho en calidad y cantidad de contenidos a su contrapartida en Xbox.

No se trata de tirar la casa por la ventana y regalar novedades sin ton ni son a todo el mundo, pero tampoco de tenernos atados a algo que nos reporta escaso o nulo beneficio. Tanto usuarios como compañías buscamos eso, el beneficio, y sabemos lo que pasa cuando este no llega en uno u otro sentido. La clave, pues, estaría en encontrar un equilibrio, un punto medio que dejara satisfechas a ambas partes. Una utopía a día de hoy a tenor de la actual no predisposición de los responsables de estos servicios a reducir sus objetivos a un nivel razonable.
A título personal, y aunque no me parezcan del todo una mala iniciativa, lo cierto es que no soy muy amigo de esta clase de programas de fidelización. Máxime si, como es el caso tanto de Sony con PlayStation Stars como Xbox y sus Rewards, sus respectivas recompensas no despiertan por lo general en mí el más mínimo interés. Tan solo en el de PlayStation he adquirido en alguna ocasión fondos para el monedero gracias a los puntos acumulados, lo cual voy a tener que hacer de nuevo para gastar los que tengo antes de que se pierdan. Todo lo demás no me importa en absoluto que desaparezca en el limbo digital en el que nació y donde permanecerá mientras sus responsables así lo quieran…
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