Una vez más, la actualidad me pone frente al teclado para expresar mi opinión acerca de un tema que está creando polémica, aunque por supuesto no es la primera vez que pasa ni será la última. En esta ocasión el damnificado es el reciente «remake» de Final Fantasy VII, que ha gustado a muchos pero no a todos. Algo normal y que le ocurre a cualquier juego, sobre todo si hablamos de uno de tanto alcance pero nuevamente asistimos a un episodio en el que las críticas vertidas no son siempre bien recibidas, ya sea porque están basadas en datos incorrectos o falsos, o bien porque parten de un punto de vista totalmente diferente. Sea como sea, esas opiniones terminan «haciendo daño» a quienes no las comparten, y de eso es lo que quiero hablar yo hoy…
Cuando un usuario critica abiertamente algo que nos gusta, nuestra primera reacción es de una incredulidad que suele ir seguida después de una incomprensión provocada por, como dije antes, el choque de perspectivas. No se trata de decir quién tiene razón, ya que cada caso es un mundo y el del juego que ha dado origen a este post solo es uno entre miles, sobre el cuál por cierto no puedo decir nada concreto ni a favor ni en contra porque nunca jugué al original y al «nuevo» tampoco voy a hacerlo. Pero he sufrido en mis carnes en varias ocasiones lo que es ver, no solo en las redes sino incluso en los medios como muchos supuestos «expertos» criticaban juegos que a mí me gustan con diferentes argumentos con los que yo no puedo estar menos de acuerdo. Eso me dolía y me sigue doliendo a día de hoy porque dichos juegos continúan siendo recordados como «de lo peor».
Por supuesto, ello no me ha impedido disfrutarlos al igual que otros harán con títulos a los que seguramente yo jamás me acercaré porque hay gustos para todo pero no obstante entiendo a quienes se quejan abiertamente de esos comentarios que por lo general no aportan nada y solo están hechos con ánimo de ofender. Pero es que incluso ante una opinión constructiva podemos sentirnos dolidos al no entenderla y/o compartirla aunque sí podamos (y debamos) respetarla.
Lo que es evidente es que es muy difícil (por no decir imposible) hacer cambiar de punto de vista a otros, y en especial a los más fanáticos, por muy buenos que sean nuestros argumentos. Yo me he «matado» tratando de hacerlo en relación a los juegos que he visto vilmente «atacados» pero todo mi esfuerzo no ha servido para nada y todavía, cuando vuelvo a ver una de estas críticas, no puedo evitar sentirme frustrado y enojado por haber «fracasado». No me queda otra que asumirlo aunque ello no me haga cambiar de opinión al respecto.
Por eso cuando veo a compañeros blogueros o a otras personas que se enfadan por lo que han dicho terceros, comprendo muy bien lo que está pasando por sus cabezas en esos instantes. La impotencia es grande porque no es posible en muchas ocasiones no ya solo aceptar sus «argumentos» (si a veces se les puede llamar así) sino siquiera entenderlos. Es decir, si fulano dice tal cosa, no entendemos por qué lo hace, al menos en un principio, pero la razón principal suele ser que estamos viendo las cosas desde dos ángulos diferentes. Luego por supuesto están los que solo buscan dar por saco pero a estos simplemente no hay que hacerles caso, incluso si su «influencia» es notoria.
Quizá lo más sensato sea simplemente ignorar a todo aquel que nos «hiera» con sus comentarios, porque lo cierto es que tampoco vamos a conseguir nada si nos enfadamos. Al final el que lo ve blanco lo seguirá viendo blanco y el que lo ve negro lo seguirá viendo negro. Dicho de otra forma, todo seguirá igual digamos lo que digamos todos y mientras unos, en apariencia al menos, se amargarán arrojando mierda sobre tal o cuál juego, otros lo disfrutarán. Ha pasado, pasa y pasará siempre porque está en nuestra naturaleza…
Es posible que os estéis preguntando a qué juegos me estaba refiriendo como experiencias personales de este sentimiento del que he hablado. Pues bien, los juegos son los siguientes: Street Fighter The Movie y Golden Axe Beast Rider, a cuyos análisis podéis acceder pinchando en los respectivos enlaces. No espero, si las leéis, que compartáis mi opinión sobre ellos pero creo que estos dos ejemplos reflejan muy bien lo que ha sido mi experiencia ante este problema, la cual ojalá os sirva a quienes lo sufrís para llevarlo mejor.
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Yo creo que cada uno deberiamos no tratar de pensar que otro punto de vista es blanco o negro si no diferente y aprender a respetar las opiniones aunque no las compartamos y no sean lo que piensa la mayoria pero bueno… Buen articulo Emilio
Eso sería lo ideal y sé que mucha gente lo hace, pero no todos por desgracia y al final se crea una corriente que, en ocasiones, termina dominando y si vas a la contra te funden socialmente…
Gracias por pasarte y comentar, Spiegel. Saludos.
Hola. He leído tu texto. No sé si fue por la que se lió la semana pasada por mi tweet, pero decirte que tampoco considero que haya que ser derrotista en este aspecto. Aunque cada uno tenga su opinión se puede ilustrar sobre las grandes virtudes o defectos de un título para que hasta un fan o un hater tenga esos datos en mente. No se trata de buscar el blanco o el negro, es buscar siempre el gris. Entender por qué alguien ama u odia algo. Aunque algunos no cedan y haya que luchar por ello.
Lo que hice en ese vídeo no fue precisamente eso, porque fue una opinión personal. Algo destructivo y visceral que me salió del alma. Eran unas impresiones en caliente que no pretendían influenciar. Más bien desahogarse. Posteriormente y con la cabeza fría, le dediqué un análisis. La reacción de la gente ha sido desproporcionada, pero no puedo negar que esa clase de contenido sobra en internet.
Hola. No he visto tu vídeo, por lo que no puedo opinar sobre el mismo pero me llegaron reacciones de otras personas y eso fue lo que me llevó a escribir este post. De todas formas, no eres el único que alguna vez ha reflejado lo que pensaba en un momento concreto aunque luego, ya en frío, se matice o modifique lo dicho. Yo creo que es mayor o menor medida, eso nos ha pasado a todos.
Por otra parte, es loable tratar de explicar el por qué de ese sentimiento que nos da un juego determinado pero siempre habrá quien no lo pueda o quiera entender. Sin embargo, lo peor no es que esa persona tenga una opinión contraria, a veces por sistema, sino que encima tratará por todos los medios de imponerla al resto y es ahí cuando surge el verdadero conflicto…
Gracias, no obstante, por pasarte por aquí y dejar tu comentario al respecto, Orgem. saludos.