Sé que me voy a meter en camisa de once varas (o más) por decir esto. Es posible que me lluevan las críticas o peor aún incluso, que se ignore todo lo que de ahora en adelante comparta de este blog mío pero no puedo permanecer callado ante lo que está sucediendo en relación a la polémica que ha suscitado la no inclusión del español en las remasterizaciones de los dos Shenmue que verán la luz, si no hay ningún contratiempo y la información que han dado en algunos sitios es correcta, a finales del mes de septiembre de este año…
Pero es que me sorprende que algo como esto haya levantado una polvareda tan grande. Lo dije en un post anterior y lo vuelvo a decir: comprendo que, máxime a estas alturas, duela que un juego no llegue al menos subtitulado a nuestro idioma y hasta cierto punto lo comparto a pesar de que tampoco se vaya a acabar el mundo si finalmente esto no ocurre pero me cuesta asumir que, habiendo como hay motivos mucho más importantes para renegar de la compra de un videojuego, muchos estén dispuestos a no adquirirlo tan solo porque no venga en castellano, al menos de inicio.
Y no solo se está protestando y amenazando con no comprarlo sino que además se ha abierto una petición en Change.org para pedir a Sega que añada los textos en español a ambos juegos antes de sacarlos al mercado. Un gesto que, pienso, demuestra por otro lado las enormes ganas que muchos tienen de jugarlos. Y es en este punto en el que comienzo a ver que algo no cuadra porque si como parece hay tantas ganas de tenerlos, de disfrutarlos, ¿qué pasa, que es más importante entonces el idioma que la historia, la jugabilidad, la ambientación y todo cuanto ofrecen estas dos joyas?
Sed sinceros y decidme si, en al menos una ocasión a lo largo de vuestra vida, alguno de vosotros no ha recurrido a la importación para conseguir ese juego que tanto os interesaba porque aquí no iba a salir y que lo habéis comprado en inglés o incluso japonés. Si entonces dicho obstáculo no fue tal, tampoco debería serlo ahora, creo yo, y con esto no defiendo a Sega y su responsabilidad al respecto pero, y lo digo como lo siento, la reacción de parte de la comunidad hacia este asunto me ha parecido como poco exagerada y, por qué no decirlo, inesperada…
¿Y por qué inesperada? Porque si por una simple cuestión como esta se arma tal revuelo, ¿a qué espera entonces la gente para iniciar una guerra abierta contra la propia industria que lleva años perpetrando auténticos abusos hacia los usuarios en forma de contenidos descargables a menudo ocultos en el propio disco, juegos a medio terminar, parches de «día uno» y/o pases de temporada? ¿Quiénes de cuantos ahora protestan por la ausencia de textos en su idioma se han levantado en alguna ocasión a lo largo de la última década en armas para movilizar a las masas contra los casos que he nombrado?
Dicho esto, añadiré que no pienso seguir este juego, es decir, que no voy a apoyar la petición de la gente de que se incluya el español entre los idiomas de texto de los Shenmue y no porque a mí no me guste la idea sino porque no me afecta en absoluto que no lo traiga. Los jugué en su momento y posteriormente siempre en inglés, un inglés dicho sea de paso bastante sencillo y puedo aseguraros que mi nivel es bajo, muy bajo pero ello no fue impedimento para que disfrutase de ellos y se convirtieran en algo muy especial para mí. No creo que suceda pero si, además de en francés, alemán y chino viniera finalmente en español pues oye, fenomenal, pero no es algo que me quite el sueño ni me impedirá hacerme con ellos cuando salgan a la venta.
Pensad en esto como en ese amigo al que tanto apreciáis pero que, de repente, hace o dice algo que no va en consonancia con vuestras creencias o principios como, por ejemplo, declarar abiertamente su inclinación política, contraria a la vuestra. ¿Renegaríais de dicha persona solo por eso? Supongo, o al menos así quiero pensarlo, que no. Mi consejo pues es que os quedéis con todo lo bueno que ofrece Shenmue (que no es poco) y olvidéis este tema del idioma que no va a llegar a ninguna parte porque estoy seguro de que, si lo hacéis, al acabar os diréis a vosotros mismos: «Qué tonto fui al querer perderme esta maravillosa experiencia solo por no estar en español…»