Hace unos días saltaba la noticia, por llamarla de algún modo, donde un «insider» aseguraba que la Playstation 5 Pro, un nuevo modelo a priori más potente que el actual, se encuentra en desarrollo y vería la luz a finales del año 2024. No es momento de juzgar la veracidad de esta información, si bien personalmente prefiero mantener mis reservas hasta que no sea la propia Sony la que lo afirme o desmienta oficialmente, porque el objeto de este post no es otro que plasmar mi opinión sobre este movimiento y lo que puede significar de cara al futuro de la compañía e incluso del propio devenir del mundillo del videojuego.
De ser cierto, no sería tampoco algo que deba pillar por sorpresa a cualquiera que lleve en esto un tiempo, dado que no solo se han ido lanzado al mercado revisiones de la práctica totalidad de máquinas merced a la tradicional reducción de costes de fabricación sino que, ya en la pasada generación, tanto Sony como Microsoft ofrecieron modelos más potentes que los originales (PlayStation 4 Pro y Xbox One X respectivamente). Por lo tanto, la posible existencia de PlayStation 5 Pro y, tal vez, de una nueva Xbox Series es algo pues que entra dentro de lo posible, de lo esperable.
Como también lo hace el hecho de que es muy difícil (aunque no imposible) que, de llegar al mercado, lo haga en sus dos versiones, con y sin lector. Yo me inclino más bien por la posibilidad de que, de darse el caso, PlayStation 5 Pro salga únicamente en versión digital, pues pienso que sería un error por parte de Sony el seguir invirtiendo en un formato físico que, pese a que para algunos pueda parecer lo contrario, cada día interesa menos mantener dentro de la industria.
Si esta generación, a la que a causa de la crisis de los semiconductores le está costando arrancar más de lo esperado, ya tuvo de inicio su máquina sin lector y la compañía quiere incentivar y potenciar el uso de su servicio Plus, debe olvidar los discos y centrarse en el presente y futuro más inmediato.
Por otra parte, y debido a esto último que acabo de comentar, me parece igualmente improbable que PlayStation 5 Pro sea lanzada en la fecha mencionada porque los modelos originales no han tenido tiempo de asentarse y ser bien aprovechados por los desarrolladores, por lo que una revisión con más potencia se antoja a mi parecer algo inútil, al menos a corto plazo.
Lo he dicho muchas veces y no me cansaré de hacerlo: el futuro es digital y está en la Nube. Microsoft va por delante, buscando llevar su Game Pass a cuantos más dispositivos mejor, y buena prueba de ello son los contratos recientemente firmados con proveedores de esta clase de servicios, sin duda alguna con el fin de expandir sus horizontes y llevar su catálogo incluso a máquinas de la competencia, como la Switch de Nintendo. Sony no puede quedarse atrás si quiere estar a la vanguardia de esta forma de consumo y ello pasa por, insisto, dejar de invertir recursos (es decir, tiempo y dinero) en algo que, antes o después y por mucho que una parte de la comunidad se empeñe, acabará desapareciendo.
Lo aquí expuesto no deja de ser una opinión personal basada en la lógica, pues no soy ningún experto en gestión de empresas pero, si por mí fuera, esto es lo que yo haría de tener la potestad para tomar decisiones al respecto. Sin duda habrá quienes lo vean de otra forma, y su punto de vista será tan respetable como lo es el mío. Ahora el tiempo tiene la palabra y solo él dirá si finalmente acabo teniendo razón o no.