El fútbol es algo que, a día de hoy, me produce sentimientos encontrados. Por un lado como deporte me gusta, a pesar de que hace años que no lo practico. Pero me desagrada enormemente su vertiente más mediática. De hecho, hace también mucho tiempo que dejé de seguir las retransmisiones de los partidos tanto en radio como en televisión, y no me apetece volver a retomarlas. En lo que se refiere a los videojuegos, esto obviamente ha influido en mi motivación para ponerme a jugar con determinados títulos pero ello no significa que no haya ninguno que, al menos, me llame un poco la atención. Sin embargo, ha cambiado todo tanto que lo cierto es que, a día de hoy, casi ninguna de las propuestas actuales me atrae…
¿Y por qué no lo hacen, siendo como son ahora tan realistas? Precisamente por eso mismo, porque reflejan una realidad con la que, como dije antes, no me siento a gusto. No estoy para nada en contra de que algunos juegos reflejen lo que se ve en la TV, pero el problema llega cuando nos damos cuenta de que apenas existen alternativas a la simulación y que estas quedan casi siempre ensombrecidas por los actualmente dos grandes pesos pesados del género: FIFA y Pro Evolution Soccer.
Son muchos años de dominio absoluto los que ambos juegos ostentan, siendo a veces uno y a veces el otro el que reina en función de la aceptación del público de su propuesta en cada temporada. FIFA fue el referente a finales de los noventa pero se estancó y el juego de Konami pasó a ser el favorito del público hasta hace relativamente poco tiempo, en el que las tornas han vuelto a cambiar. Realmente da igual cuál de los dos sea el mejor porque, en definitiva, ambos nos ofrecen lo mismo y aunque dispongan, si es que lo hacen, de opciones de configuración que permitan «arcadizar» su planteamiento (cosa que no puedo asegurar porque no los he jugado desde hace años), en el fondo nunca serán como los juegos de antes…
Los más jóvenes conocerán algunos de estos juegos de oídas o por haberlos visto o jugado en algún emulador pero mucho antes de FIFA y Pro Evolution existió un vasto número de juegos que plasmaron el deporte rey de muy variadas formas, algunas de las cuales fueron sumamente originales como, por ejemplo, Soccer Brawl de SNK, que imaginaba un fútbol del futuro en el que los jugadores ya no serían personas sino máquinas. Y si esto os parece loco, más lo fue un juego del que guardo muy grato recuerdo por las horas de diversión que nos ofreció tanto a mí como a mis amigos en uno de los salones recreativos que solíamos frecuentar: Taito Cup Finals, un arcade repleto de graciosos guiños (se le podían bajar los pantalones a los jugadores o perder una bota al chutar que le podía dar al árbitro) y movimientos especiales imposibles pero espectaculares.
Por entonces a nadie le preocupaba en absoluto que los jugadores se parecieran o no a los reales y lo mismo puede decirse de los estadios y otros elementos. Nada de lo que hoy obsesiona a tanta gente impidió nunca que el verdadero objetivo que ha tenido siempre un videojuego, que no es otro que el de entretener y divertir, se cumpliera y con creces. La cantidad de arcades de fútbol que vieron la luz entre los años 80 y los 90 es tan grande que es imposible abarcarla en su totalidad en un único artículo. Para que os hagáis una idea, además de los dos ejemplos antes mencionados, quedaros con nombres como Tehkan World Cup, World Cup’ 90, Goal!, Goal!, Goal!, Super Sidekicks, Football Champ o Seibu Cup Soccer por mencionar solo unos pocos…
Pero no solo en los salones recreativos había variedad. También la hubo en los sistemas domésticos, y a la mente me vienen algunos clásicos como MatchDay II o Emilio Butragueño, los cuales jugué en el Amstrad CPC, World Cup Italia 90 en Mega Drive o el famoso International Superstar Soccer que tiempo después se convertiría en el Pro Evolution Soccer que conocemos. Para la máquina de 16 bits de Sega yo solo tuve FIFA International Soccer y su primera secuela, FIFA 95, y no negaré que los disfruté pero tanto uno como otro estaban muy lejos aún de ser simuladores a pesar de que su propuesta de juego en vista isométrica le daba un enfoque totalmente diferente al resto de juegos de la época. También de aquellos años es el famoso Sensible Soccer, el cuál recibió recientemente una nueva entrega que, si bien buscaba mantener el espíritu del original, no obtuvo al parecer la buena acogida que se esperaba.
Todos estos juegos tenían (y tienen) algo en común: anteponen la imaginación a la técnica, y por esa razón es por la que, incluso ahora, son capaces de enganchar. Cualquiera de los casos que he mencionado sigue siendo divertido a día de hoy porque quien lo juega no se para a ver si cada detalle está donde debe estar y es como debe ser. No, aquí solo interesa agarrar el balón y correr hacia la portería contraria en busca de ese gol que nos haga alcanzar la victoria, una premisa no del todo válida en la actualidad pues si bien es evidente que para ganar hay que marcar goles, cuenta mucho más él cómo se consiguen, es decir, el realismo del momento, y más ahora que es posible grabar lo que ocurre en cada partido para después compartirlo con todo el mundo…
A pesar de los avances técnicos, a finales de los 90 seguía habiendo sitio para los arcades de siempre, eso sí, con cada vez mejor acabado. En Saturn pude disfrutar (y lo hago todavía de vez en cuando) de joyas como International Victory Goal y Worldwide Soccer ’97, aunque este último fuera un acercamiento a la simulación en parte un poco más logrado que el del FIFA de aquel año, cuyo primer intento de crear un juego en completo 3D acabó siendo un fracaso brutal a causa de una jugabilidad horrible según la crítica de entonces. Pero al siguiente llegó Road to World Cup 98 y creo que fue a partir de ese instante cuando la gente comenzó a buscar solo la simulación a la hora de jugar a un juego de fútbol.
Me he dejado por el camino juegos como Uefa Euro ’96 England para Saturn o el posterior Uefa Dream Soccer para Dreamcast, títulos que tuve en su momento y que conservo en mi colección. No son de lo mejor que podemos encontrar dentro del género, hay que reconocerlo, pero los recuerdo con especial cariño, algo muy curioso si tenemos en cuenta mis gustos actuales pero ahí están para sí, en algún momento, me entran ganas de jugar. Del primero me llamó la atención que tuviera, por vez primera que yo recuerde en un juego de fútbol, un comentarista español, el por muchos «querido» J.J. Santos, y lo que me atrajo del segundo es que es, hasta dónde yo sé, el primero que permitió jugar partidos de chicas e incluso mixtos. Dos pioneros, hoy olvidados.
Ya no parece que haya espacio para propuestas más arcade, aunque alguna que otra ha ido apareciendo de vez en cuando pero ya con mucha menos presencia e impacto por culpa de esa obsesiva búsqueda del realismo que todavía hoy sigue viva. Yo estuve comprando varias ediciones del FIFA en los primeros años de este siglo, buscando algo que me enganchara de nuevo pero finalmente tuve que desistir de mi empeño y olvidarme de ese tipo de juegos. Actualmente permanezco atento a cualquier novedad que me encuentro pero, por desgracia y como ya dije, casi ninguna ha conseguido despertar mi interés, de modo que lo único que me queda es volver a lo que sí lo hizo una vez, aunque no lo hago muy a menudo. Y es que el fútbol, al menos en su faceta de videojuego, ya no es lo que era…