Grandes rivalidades

Grandes rivalidades

Competición, rivalidad, demostrar que eres el mejor en algo es lo que millones de personas tratan de hacer a lo largo de sus vidas en multitud de ámbitos. Las empresas en las que trabajan o de las que son responsables no son más que una extensión de este pensamiento, y no siempre basta con obtener beneficios que les permitan mantener la actividad sino que, además, se ha de superar al adversario para de esta manera ganar mas cuota de mercado. En el mundo del videojuego lleva siendo así más de treinta años, a pesar de algunos «gestos de amistad» que vemos en ciertas ocasiones, y en el post de hoy quiero hacer un breve repaso por esos «choques» que se han ido dando a lo largo de su historia…

El primero que yo conocí y viví no fue otro que el protagonizado por los dos ordenadores más famosos de los años 80, el Amstrad CPC y el ZX Spectrum. Ya entonces se producían enfrentamientos entre partidarios de uno y otro sistema especialmente al comparar las versiones de un mismo juego, en las que visualmente solía salir ganando la de CPC gracias a una paleta de colores más amplia (hasta 16 colores en pantalla en el «modo 0»), si bien luego la jugabilidad no siempre acompañaba. Comenzó así una «batalla», la de la supremacía gráfica, que ha perdurado en el tiempo dándose siempre entre máquinas de una misma generación.

Pero dicha rivalidad no fue nada comparada con la «gran guerra» que protagonizaron Sega y Nintendo con sus respectivas máquinas de 8 bits, Master System y NES en sobremesa o en el terreno portátil con Game Boy y Game Gear, y tiempo después con las de 16, Mega Drive y Super Nintendo. Los piques entre los jugadores a veces llegaban a cotas peligrosas pero, lejos de calmar las aguas, ambas empresas se dedicaban a lanzarse «púas» en las diversas campañas publicitarias, alimentando el enfrentamiento. Con la llegada de las consolas de 32 bits, la cosa se enfrío y finalmente terminó cuando Sega dejó de fabricar nuevo hardware, permitiendo por su nueva condición que, con el tiempo, viéramos cosas imposibles de concebir hasta entonces como por ejemplo poder jugar con Sonic, su apreciada mascota, en una consola de la antaño gran rival y que incluso comparta el protagonismo con su «enemigo» Mario.

Sin embargo, Sega tendría otro duelo durante los primeros años del 3D con otra compañía, Namco, que pugnó con ella por dos tronos, el de los juegos de lucha y el de los de carreras. Sega fue la primera en «atacar» con Virtua Racing, que pronto encontró su réplica en Ridge Racer. Pero Sega continuaría creando grandes joyas que la acabaron consagrando como la reina del género durante esos últimos años del siglo XX. A su vez, en el camino de Virtua Fighter se cruzó un Tekken que subió el listón visual de manera increíble, dando lugar a una lucha (nunca mejor dicho) más equilibrada a la que se sumaron otros actores con sus respectivos títulos, estos últimos con diversa fortuna pues mientras unos han sobrevivido hasta hoy, otros desaparecieron y han caído en el olvido.

Ya que hablamos de lucha, cómo olvidar el reinado de Capcom con su Street Fighter II años antes, disputado en dura pugna con la saga Mortal Kombat de Midway y una SNK que engendró más títulos del género de los que ninguna otra compañía ha desarrollado nunca en tan poco tiempo ni antes ni ahora. Pero Capcom también tuvo que batallar en otro frente, el de los juegos de «peleas callejeras», especialmente contra Konami, y que dio como resultado una ristra de grandes clásicos en ambas compañías que siguen siendo una delicia jugar.

Sony arrasó cuando en 1995 penetró en el mundo del videojuego con su primera PlayStation. Sega aguantó el tipo un tiempo mientras que Nintendo, al igual que en la actualidad, iba a lo suyo por lo que tuvimos que esperar a que Microsoft decidiera mover ficha para que hubiera una rival a su altura, cuya competición ha llegado hasta hoy y si bien no ha alcanzado las cotas de Sega y Nintendo en los 90, ha tenido sus episodios de confrontación más o menos directa mientras sigue abierta la «guerra» entre los seguidores más acérrimos de cada compañía.

Durante años hemos asistido a numerosos choques a la hora de juzgar los títulos multiplataforma, y también por supuesto aquellos en los que se defendía a capa y espada las virtudes de los exclusivos, sobre todo entre los pesos pesados de un mismo género (Gran Turismo y Forza Motorsport son un buen ejemplo de esto). Y en lo que a «duelos de simuladores» se refiere, otro clásico, que viene de lejos, es el protagonizado por Electronic Arts y Konami con sus respectivos juegos de fútbol, FIFA y Pro Evolution Soccer.

Habrá muchos otros, tanto antiguos como actuales, pero creo que los que he expuesto son más que suficiente para darnos cuenta de que estas «peleas» han estado y estarán siempre ahí por mucho que ahora parezca que todo el mundo «se lleva bien», al menos dentro de las compañías. ¿Calará dicha actitud en la gente de tal modo que desaparezcan esas discusiones que llevamos tanto tiempo viendo entre los jugadores, y que a menudo no acaban bien? Sinceramente, lo dudo mucho…

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