En base al pensamiento actual, una promoción como la que se sacó de la manga la antigua Panrico hoy sería muy difícil de llevar a cabo. Pero a principios de los años 90 del pasado siglo las cosas eran muy distintas, de ahí que esto de lo que voy a hablar viera la luz. Dos de mis pasiones de aquellos lejanos tiempos, Sega y el famoso Bollycao, unidas por el destino.
Era la época en la que la Mega Drive de Sega todavía llevaba poco tiempo en el mercado, si bien no recuerdo la fecha exacta en la que, dentro de cada Bollycao, comenzaron a aparecer curiosas pegatinas que plasmaban las carátulas de numerosos juegos de dicha consola junto a algunas de Master System y Game Gear.
Según el «álbum» en el que se podían pegar, un total de 60 cromos conformaban la colección y, dado que era bastante difícil que no saliera alguno repetido, parece claro que había que devorar al menos la misma cantidad de Bollycaos para conseguirlos todos. Una promoción sana, sin duda, de ahí lo que dije al inicio. Además, para incentivar al consumidor se ofreció la posibilidad a su vez de entrar, mediante un sistema de puntos (que ahora mismo no sé deciros cómo iba), en el sorteo de una Game Gear. Por supuesto y como siempre, a más puntos se enviasen, mayores posibilidades de llevarse el premio.
Pese a ser por aquel entonces un asiduo devorador de Bollycaos, jamás logré completar la colección ni tampoco llegué a participar en el mencionado sorteo pero guardo grato recuerdo de unas pegatinas que, por desgracia y como tantas cosas de antaño, acabé perdiendo. El «álbum» tampoco lo tuve, ya que me gustaba más conservarlas sueltas y sin usar. Además, algo que me gustó es que me permitieron conocer muchos juegos de Mega Drive, algunos de los cuales pude jugar posteriormente.
Aunque ha pasado mucho tiempo, esta y otras promociones de Bollycao pueden encontrarse como artículos de coleccionismo en círculos especializados. Por supuesto, hacerse ahora con algo de este material supone un desembolso considerable en no pocos casos pero tampoco es que en su momento, si echamos cuentas, saliera barato tenerlo todo, si bien el gasto era mucho más llevadero y, de paso, también se disfrutaba el bollo.
Promociones como esta ya no se ven, o yo al menos no las veo. Parece claro el por qué, pues ninguna compañía quiere ver su imagen empañada por unir una actividad sedentaria como es jugar a videojuegos con un producto tan, a priori, poco saludable en términos de nutrición. Y eso que el Bollycao actual tiene poco que ver con el original tanto en su tamaño como en su sabor. Y no hablemos ya de su composición, teniendo en cuenta lo que habrá cambiado la normativa en este ámbito desde entonces.
Mentiría si dijese que no me siento afortunado por haber vivido todo aquello pero a día de hoy no sería capaz de engancharme a una promoción semejante. Eso lo tengo claro.
Madre mía qué recuerdos!!! Cómo suele decirse, ¡que tiempos aquellos!
Gran artículo. Un abrazo
Es lo que tiene la infancia o juventud, que las experiencias (buenas o malas) se nos quedan grabadas. Ahora lo piensas y ves que no era tan bueno desde el punto de vista saludable pero oye, en su momento lo disfrutamos y nos tenemos que quedar con eso.
Gracias por pasarte y comentar, Nuria. Saludos.
Una Game Gear no, serían más .
A mí me tocó una, verídico.
Todavía recuerdo al cartero que llegó una tarde a casa con una cata certificada, el sorteo ante notario.