Tecnologías del pasado: programas - Buscaminas

Tecnologías del pasado (II): programas

Hace un tiempo iniciamos la serie de artículos «Tecnologías del pasado» cuya primera entrega, que podéis leer a través de este enlace si no lo hicistéis en su momento, recordaba algunos tipos de archivo de imagen, audio y vídeo que fueron muy usados antaño, lo cual no significa que ya no sea así pero los avances técnicos en dichas materias los han dejado obsoletos. Lo mismo puede decirse de aquellos programas y servicios protagonistas de este nuevo reportaje en el que, a diferencia del anterior, incluiremos imágenes de los mismos en la medida que sea posible.

Incontables imágenes han pasado a buen seguro por este programa

Bien fuese por su propio concepto o por la temprana época en la que fueron desarrollados, las limitadas posibilidades de ciertos programas no impidieron su pronta aceptación general, siendo ampliamente utilizados y estando incluso todavía disponibles en algunos casos. Entre los más conocidos que cumplieran esta condición tenemos varias aplicaciones hasta hace poco incluidas de serie en las distintas versiones del sistema operativo Windows…

Quien no recuerda Wordpad, el cual ya mencioné de pasada al hablar del tipo de archivo DOC; el Paint, conocido en un principio como PaintBrush y, cómo no, el juego Buscaminas, un clásico entre los clásicos. Ejemplos todos ellos que casan a la perfección en este reportaje, si bien no son por descontado los únicos pero sí, posiblemente, de los más representativos en este sentido.

Poca gente no habrá usado Winamp alguna vez a lo largo de su vida para escuchar música en el ordenador

También en su momento nos centramos bastante en el audio y el vídeo por la multitud de tipos de archivo que existen en ambos medios, y los reproductores no son ni fueron una excepción. Pero hay uno que ha quedado en el inconsciente colectivo y que durante mucho tiempo fue insustituible para muchos usuarios (y no es descabellado pensar que lo siga siendo): Winamp, el seguro más famoso reproductor de MP3 que ha visto la luz en Internet y que, desde el principio, mostró una versatilidad y posibilidades que dejaban en pañales a muchos otros. Compuesto por tres módulos (reproductor, ecualizador y lista de archivos), incluso era posible aplicar un buen número de apariencias para personalizarlo por completo.

Messenger fue el Whatsapp o Telegram de muchos de quienes ya peinamos canas

Pero si algo cambió para siempre con la llegada de Internet, esto fue la comunicación. Gracias a la interconexión entre usuarios, establecer contacto para conversar y compartir ideas y opiniones se volvió mucho más fácil y rápido gracias en gran medida a los chats, de los cuales hablaré después, los foros y, también, los programas de mensajería instantánea entre los que uno reinó sobre el resto: Windows MSN Messenger, usado con asiduidad por millones de personas hasta su desaparición.

Lo que no ha desaparecido, pese a no ser ya tan usados como antaño, son como dije los chats. Pero al igual que los portales, sitios web que ofrecían un poco de todo y que estuvieron muy de moda en las postrimerías del cambio de siglo con Terra como uno de los más famosos por estos lares, poco tienen que ver hoy con lo que fueron en su momento de mayor esplendor. Y en lo tocante a las salas de chat, además de a través de la propia web se podía acceder a través de programas externos como el famoso mIRC, tanto de manera directa como aplicando algún «script» como IrCap.

Conversar con mucha gente al mismo tiempo fue toda una novedad… y supuso al tiempo más de un disgusto

Y si la comunicación sufrió una revolución gracias a la red de redes, qué decir del tráfico de archivos pese a la escasa velocidad de transferencia que posibilitaban las conexiones de entonces, además de otros aspectos que no viene al caso comentar ahora. No obstante, ello no impidió la proliferación gradual de programas y sitios web donde podíamos encontrar contenidos de nuestro interés. Pero todo tiene un inicio y, al menos hasta donde yo sé, este llegó de la mano del Napster, programa P2P para compartir archivos de audio. Más adelante llegarían Kazaa, abierto a toda clase de material que se convirtió en un foco de virus y malware de peligrosas proporciones y, finalmente, el eDonkey que evolucionaría al eMule que todos conocemos.

Por la época en la que todos estos programas circularon ya era normal disponer de lector de CD. No tanto de grabador, aunque comenzaban a extenderse y almacenar nuestras cosas en estos discos requería de software específico. Nero Burning ROM fue con casi total seguridad el más conocido y usado a pesar de no estar exento de fallos.

Primero compartimos música, luego… de todo un poco

En cuanto a la navegación, el ya desaparecido Internet Explorer de Microsoft no tuvo rival durante la mayor parte de su existencia y solo en tiempos relativamente recientes, con la aparición de los actuales Chrome, Firefox, Brave y demás, se vio obligado a ceder su trono. Sin embargo, hubo uno antes de todos estos que se atrevió a mirarle a la cara, aunque con funesto resultado: Netscape, la semilla de la que luego germinaría el mencionado Firefox.

Papel importante jugarían los primeros gestores de descarga, pues hasta entonces no era posible pausarla y volver a reiniciarla por donde había quedado. La descarga tenía que efectuarse de una sola vez y no siempre era fácil ya que dependía del tamaño del archivo, la velocidad de conexión y otros factores sobre los que no se tenía ningún control. Programas como JDownloader hicieron a este respecto la vida mucho más fácil a los usuarios de entonces.

No, Instagram, no fuiste la primera red pensada para compartir solo fotos…

No me gustaría cerrar este segundo artículo de la serie «Tecnologías del pasado» sin hablar de esas redes sociales que llegaron a nosotros hace poco menos de dos décadas sin que en ningún momento sospecháramos que lo hacían para quedarse. Pero, como en todo, hay quienes se logran adaptar y sobreviven, y quienes no. Y entre los que no lo hicieron se encuentra Fotolog, la primera red social para compartir imágenes y precursora de la primigenia Instagram que no obstante solo dejaba subir una al día. Hace pocos años se intentó resucitar esta red con su funcionamiento original pero ya os podéis imaginar el resultado.

Si no sois lo bastante mayores, es fácil que mucho de lo aquí nombrado no os suene pero para eso es que estamos creando y compartiendo esta serie de artículos que finalizará dentro de un tiempo con su tercera entrega, que dedicaremos al hardware antiguo de ordenador. Hasta entonces, como ya dije la vez pasada, seguid disfrutando de los contenidos del blog.

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