Innovación y realidad, dos palabras que fueron pronunciadas por Riichiro Yamada, productor de la, ahora sí, al fin confirmada nueva entrega de la saga que fue anunciada durante la pasada gala de los Game Awards, en un directo online presentado horas más tarde y que definen muy bien lo que ha sido Virtua Fighter desde sus inicios, hace ya más de 30 años.
Aún es pronto para discenir si ambas condiciones se cumplirán en este nuevo juego, conocido por ahora como New Virtua Fighter Project, si bien algo que llama la atención es, además del cambio de logo, la ausencia del número 6. Ello da a entender que lo que se pretende es crear un reinicio, algo nuevo y diferente, y si lo visto en el trailer finalmente llega al título final, en efecto así podría ser.
Pero antes de entrar en detalles a ese respecto, vamos a hacer un breve repaso de lo que Virtua Fighter ha ofrecido en cada entrega que lo hizo especial en su momento. Es decir, cada aspecto en los que innovó buscando ser siempre la referencia, el espejo en el que se mirasen otros.
Huelga decir que la mayor innovación fue precisamente su nacimiento, pues Virtua Fighter fue el primero de su linea, el que marcó el camino a seguir, creando una nueva forma de jugar dentro de un género, el de la lucha, por entonces muy saturado de títulos 2D de lo que en gran medida SNK fue responsable gracias a su prolífico hacer.
Su nada sorprendente éxito, teniendo en cuenta el precedente de Virtua Racing, hizo que no pasase mucho tiempo para que aparecieran rivales, siendo Tekken el más destacado al ir un paso más allá del resto. Y es que es justo reconocer que los personajes planos de Virtua Fighter palidecían ante los de Tekken, mucho mejor acabados. Algo que palío en cierta medida la versión Remix, aunque sin llegar a la calidad ofrecida por Namco en su título.
Obstáculo que fue superado en Virtua Fighter 2, que mejoraba en todo a su predecesor. Fue tal su éxito en arcade y consola que contó con una versión especial subtitulada Kids que modificaba el aspecto visual de los escenarios y los personajes, dotando a estos últimos de una apariencia «super deformed» o «chibi», que no es otra cosa que una marcada desproporción entre un cuerpo muy pequeño y una cabeza enorme, caricatura muy popular en el manga y anime japoneses. También sirvió de base para, junto al elenco de Fighting Vipers y otros procedentes de varios títulos de la compañía, conformar la plantilla de Fighters Megamix, crossover que vio la luz de manera exclusiva en Saturn.
Curiosamente, una de las para mí mejores innovaciones y la más olvidada, pues nunca se ha vuelto a ver en ningún otro juego del género (que yo sepa), fue la inclusión de escenarios no horizontales en Virtua Fighter 3, alguno incluso sin límites como las dunas desérticas en las que nos enfrentábamos a Wolf. En consecuencia, los rings tradicionales dieron paso a zonas inclinadas y/o con escalones que dotaban al juego de una capa extra de estrategia y profundidad. Incluso se podían disputar los combates desde una vista en primera persona (al menos en la versión de Dreamcast), aunque dicha perspectiva no estaba muy lograda.
Por desgracia, la siguiente innovación implementada en Virtua Fighter 4 haría que la anterior fuera desechada en favor de unos escenarios acotados pero con elementos destructibles y una mejor representación de superficies como la arena o la nieve en las que el rastro queda marcado y que se ha matenido hasta la por ahora última entrega de la saga.
En consecuencia y más allá de la habitual inclusión de nuevos personajes más o menos acertados en su diseño, carisma y estilo de combate, y de las diferencias que se han ido estableciendo en aquellos de inicio similares entre sí, Virtua Fighter siempre se ha caracterizado por una puesta en escena visualmente atractiva junto a las ya mencionadas innovaciones que, además de vistosas, influían en muy diversa forma en la jugabilidad.
Volviendo a la actualidad, es lógico esperar que veamos novedades en este sentido en la próxima entrega, que no cuenta con fecha de salida y es bastante probable que no llegue el próximo año aunque a lo mismo nos sorprenden con un trabajo más avanzado de lo que se nos ha mostrado. Sea como sea, toca esperar para ver qué se traen entre manos.
A tenor de lo que se ve en el trailer del anuncio, y siempre teniendo presente que pueden cambiar muchas cosas de aquí a que vea la luz, parece que el nuevo Virtua Fighter apostará por zonas de combate abiertas en las que el entorno marcará los límites y donde habrá elementos destructibles que doten a la acción de una espectacularidad extra. Y nuevamente la técnica y la velocidad de ejecución basada en combos serán la nota predominante en términos de control, algo que viene siendo la tendencia habitual desde la cuarta entrega.
Esto último es algo que, a título personal, no termina de ser muy de mi agrado, pues en este caso sí prefiero un ritmo algo más pausado que, a su vez, sería mucho más realista. También echo de menos algunas técnicas en salto, presentes en los dos primeros juegos, si bien entonces no es que fuera muy realista que un luchador pudiera saltar alegremente por encima de otro, pero ello permitía asestar golpes que hace mucho que se perdieron. No deja de ser curioso a este respecto que Kage Maru, el ninja, sea a día de hoy el único que todavía se eleva por los aires aunque solo sea para realizar algunos de sus movimientos más característicos.
También me gustaría que se rescatasen del olvido los escenarios no horizontales vistos en Virtua Fighter 3 o algunos similares que marcarían, sin duda, la mayor diferencia en el aspecto jugable con respecto al resto de juegos de lucha del mercado actual, ofreciendo de verdad algo diferente que seguro que sorprendería a muchos usuarios, en especial a quienes se acercasen a la saga por primera vez. Por otra parte, la inclusión de un arco argumental con escenas narrativas sería, de darse el caso, una auténtica novedad en la saga pese a que, casi desde el principio, todos sus personajes cuenten con una historia propia.
Lo único claro es que Virtua Fighter vuelve para reclamar su trono y lo hace de la mano del estudio Ryu Ga Gotoku, un equipo que con su saga Yakuza (ahora Like a Dragon) y la revisión Ultimate Showdown de Virtua Fighter 5 ha demostrado de sobras su buen hacer, por lo que a buen seguro disfrutaremos de un título de gran calidad técnica. Falta ver qué enfoque le acaban dando a una saga que, en mi opinión, tiene que cambiar aspectos de su jugabilidad para evolucionar en este sentido y no sentirse como algo estancado.
¿Lo conseguirá? Madera tiene y viene avalado por su gran legado pero vivimos en un mundo que no permite dormirse en los laureles. La gloria de antaño no dura para siempre y, si se quiere estar en lo más alto, toca luchar por ello con todo y de eso Sega sabe bastante, pues con Virtua Fighter ya lleva mucho tiempo haciéndolo.
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