Discos ópticos

Lo último en tecnología DVD: quien mucho abarca…

Ya sabéis cómo sigue el refrán, y eso es lo que a mi juicio sucede en este caso. La tecnología avanza cada vez más rápido, en buena medida porque son muchos los que día tras día trabajan incansables en la búsqueda de nuevas posibilidades o, también, en dar una vuelta de tuerca a lo ya existente. En relación a esto último llega la noticia que pasaré a comentar a continuación al tiempo que, desde ya mismo, invito a todos los que me lean a que, como yo, mantengan los pies en la tierra y no se dejen llevar por falsas expectativas.

El avance del que no pocos medios se han hecho eco refiere al trabajo de un grupo de científicos de la universidad de Shanghai, que están desarrollando un nuevo tipo de disco óptico que, dicen, podrá almacenar hasta 125.000 gigabytes de datos, un petabit de información en la palma de la mano.

Los usos que, de llegar a materializarse, pueden darse a un formato de semejante capacidad son varios, si bien en su mayor parte creo que se limitarían a gigantescas copias de seguridad. En lo tocante a nuestro mundillo de los videojuegos, está claro que no existe ni existirá nunca un juego que precise de un disco de este calibre, amén del hecho de que tampoco sería posible instalar todo su posible contenido en un disco duro como se viene haciendo desde hace unos años.

Ello, no obstante, no va a impedir a muchos soñar con la posibilidad de que el formato óptico no haya dicho todavía su última palabra en nuestro mundillo pero, como dije al inicio, hay que tener los pies en el suelo y no dejarse llevar por euforias vanas. Y digo esto por una razón muy simple, y de la cual no se ha dicho nada: la velocidad de transmisión de los datos.

Cada disco precisa de un lector acorde a sus características, que sea capaz de mantener un flujo de datos constante. Esto lo entendemos todos, ¿no? Ahora bien, dependiendo de la tecnología del formato, la tasa de transferencia varía de uno a otro. Es por esto que la velocidad de un DVD estándar (1.35 MB/s) no es la misma que un Blu-Ray (36 MB/s) ni, por supuesto, la de su versión UHD, que aumenta en relación a su capacidad (para 50 GB doble capa: 86 MB/s, para 66 GB: 108MB/s y para los de 100 GB de triple capa: 128 MB/s).

Es, pues, de sentido común que un disco como el que están desarrollando en Shanghai requiere de un lector muy superior a cualquier otro conocido para que su hipotética aplicación a nuestro ámbito estuviera justificada. Ni qué decir tiene lo que esto, de hacerse realidad, supondría de cara al coste final del hardware que lo utilizara, algo a día de hoy absolutamente inviable para cualquier compañía y, por ende, para la mayoría de los usuarios.

Volviendo a los datos arriba dados sobre la velocidad de transferencia de los discos ópticos, la necesidad de ir más allá ha venido obligando, desde hace más de una década, a instalar los juegos en un disco duro puesto que los primeros ya no dan para más. A este respecto, un disco HDD alcanza una velocidad de 150 MB/s, que ya es mayor que la de un Blu-Ray de triple capa, pero ni siquiera eso es ya suficiente y de ahí que, en los sistemas actuales, sea imprescindible contar con unidades SSD que llegan a los 550 MB/s. Por tanto, sin un lector capaz de superar dicha velocidad, el uso de este nuevo DVD para videojuegos carece de todo sentido.

No es la primera vez, ni será la última, que alguien trabaja en pos de hallar algo que revolucione el mercado de su momento. Múltiples formatos han visto la luz a lo largo de los años y mientras que algunos han tenido lo que podríamos llamar una «buena vida», otros tuvieron una existencia más discreta y algunos, incluso, salieron muertos como sucedió, sin ir más lejos, con el que iba a ser el sucesor del DVD antes de la llegada del Blu-Ray: el HD-DVD, que incluso contó con una unidad lectora independiente en Xbox 360 de la que ya casi nadie se acuerda.

Puede como mencioné que, de materializarse, este nuevo tipo de disco se utilice para almacenar información sin la necesidad de disponer de numerosos discos duros, bien sea a nivel local o en la Nube. Pero para el grueso de personas, entre los cuales estamos obviamente los jugadores de videojuegos, no tiene ninguna utilidad. Su desarrollo probablemente no pasará de ser una mera anecdóta. Una curiosidad que, como tantas otras cosas, no llegará a ninguna parte, acabando olvidada en el fondo de un cajón.

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