Se dice de muchos juegos (y otras cosas) que, por su condición y/o características, «o lo amas o lo odias». Este Bruce Lee: Quest of the Dragon, exclusivo de la primera Xbox, encaja perfectamente en esto pues, a pesar de que de primeras os pueda echar para atrás debido a diversos factores que pasaré a comentar a continuación, si le dais una oportunidad puede ser tan entretenido y divertido como cualquier otro título de su género…
Sobra decir a quien encarnamos en este juego pero sí os contaré de qué va la historia: un objeto de gran valor conocido como la Reliquia Dorada ha sido robado del templo en el que vive y entrena Bruce, el cuál parte en busca de los responsables, una organización llamada Loto Negro que, además, ha secuestrado a su padre, por lo que el maestro en artes marciales tiene un doble motivo por el que luchar contra ellos. Llegar hasta su líder no es tarea fácil, y os puedo decir que la cosa no acaba ahí…
Quest of the Dragon es un título de peleas callejeras en el que haremos uso de una gran parte del arsenal de movimientos de Bruce Lee, tanto con puñetazos y patadas como con los «nunchakus» en momentos puntuales. O eso es a priori lo que permite porque después la realidad será muy diferente y me explico: no es que no exista una amplia variedad de ataques sino que, en su mayoría, son tan complejos de ejecutar que lo habitual será no molestarse siquiera en intentarlo, con lo que el abanico termina reducido a poco más allá de lo básico. También hay momentos de lucha clásica «1 contra 1» contra rivales más poderosos.
A medida que vamos avanzando y derrotando rivales, estos soltarán monedas de dos clases que servirán para ir subiendo de nivel y desbloquear nuevos movimientos pero, como ya dije, pocos serán los que utilicemos debido a su complejidad. A pesar de todo, la opción está ahí y siempre se puede asumir el reto de tratar de dominarlos todos (cosa que yo no hice, ya os lo digo). Pero tiene su gracia ver a nuestro protagonista ejecutar cada una de las técnicas, que fueron representadas con cierto nivel de fidelidad, y esto me da pie para hablar de los aspectos técnicos del título, empezando por el visual.
Parece que el equipo centró todos sus esfuerzos en Bruce Lee y olvidó todo lo demás a tenor de lo que uno se encuentra cuando va recorriendo los diferentes niveles y se enfrenta a los miembros del Loto Negro. Bruce es la única figura salvable de todo el conjunto, y eso que su diseño no es de lo mejor que se podía ver en aquellos años, pero destaca enormemente sobre otros personajes pobremente modelados y texturizados que a duras penas cumplen su función. Es casi como si se hubiera cogido al personaje de un juego para meterlo en otro de peor calidad. Los escenarios también son bastante sobrios en contenido y detalles, cuya interacción no va más allá de los objetos que podremos romper para obtener «items» que nos ayuden a avanzar.
Como detalle curioso comentaré que, por alguna razón que desconozco, hay un leve cambio en el vestuario de Bruce Lee entre versiones. No es posible elegir libremente qué vestimenta utilizar pero, según el nivel en el que nos encontremos, veremos al protagonista lucir unas prendas u otras. Y el cambio se da en el mundialmente conocido mono de una pieza que lució en su última película, de color amarillo con una franja negra y zapatillas a juego, que a nosotros extrañamente nos llegó con otro dibujo y a dos colores, gris y un tono azulado. No afecta a la experiencia pero no deja de ser algo extraño, sin aparente explicación…
Volviendo al tema, Quest of the Dragon en lo sonoro está algo más trabajado, con alguna melodía pegadiza y los continuos gritos que Bruce hacía cada vez que lanzaba un golpe y que tanto le identifican. Lo mejor para nosotros es que llegó completamente traducido y doblado aunque, eso sí, no esperéis tampoco un trabajo de película en este sentido pero creo que cumple su cometido y eso es suficiente para destacar este apartado en un título que no lo hace por desgracia igualmente en todo lo demás.
Como os podéis imaginar y seguro recordarán quienes vivieron su salida, la crítica fue especialmente sangrienta con él y lo cierto es que razones para ello no faltaban. En su momento pensé en la posibilidad de meterlo en ese «club» de títulos injustamente machacados en mi opinión como lo fueron otros de los que ya he hablado en más de una ocasión pero vaya la verdad por delante y el reconocimiento de las carencias, que no son pocas, de este Quest of the Dragon que no obstante no me cansaré de decir que, con todo, tiene su capacidad para hacer pasar un rato entretenido a quien, alejándose de prejuicios, se acerque a él y decida darle una oportunidad. Yo le dediqué muchas horas y lo terminé varias veces, gracias a la posibilidad de volverlo a empezar con todo lo ya conseguido en la partida anterior.
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Me hiciste recordar un altercado que tuve con un Youtuber (aunque no lo consideria como tal) con juego que a mi me parece una porqueria (y a la mayoria de la critica tambien)pero que al susodicho le encanto. Es simplemente cuestion de gustos. Pero el meollo del asunto es que él lo tomo a mal, recibiendo yo una lluvia de ataques e insultos, solo por el hecho de opinar diferente. A mi juegos que me han gustado pero que son muy modestos, no me pongo furioso si me dicen que es una porqueria. Al fin y al cabo, es solo un juego y soy consiente que muchos van a decir que no sirve, pero lo importante es que a mi me gusta. Por cierto, el juego motivo de la disputa fue el Shinobi de Play2. Ya cada quien que opine lo que quiera de este juego, pero para mi (mi opinión) es una basura.
Por cierto, te recomiendo tambien el Bruce Lee de Gameboy Advance. Me sorprendio gratamente. Puede que te guste como puede que no. XD
En efecto es cuestión de cómo percibe uno aquello que tiene delante, de cómo se adapta (o no) a sus preferencias y/o habilidades. Tú me hablas del "Shinobi" de PS2, juego que por cierto yo también he jugado y tampoco me gustó, especialmente por su enorme dificultad, pero podría nombrar otros que a la mayoría de la gente les encanta y sin embargo a mí no me dicen nada. Ya ofenderse por opiniones contrarias a la personal pues tampoco debería suceder, pero no todo el mundo se toma igual las críticas. Los hay que las soportamos bien o simplemente no nos importa y luego están los más sensibles, que sí les afecta, y eso es algo que va con la persona y no se puede evitar…
Gracis, Volfir, como siempre por pasarte y comentar tu experiencia. Saludos.