No soy de un género concreto. Es decir, no tengo predilección por un tipo de juego pero hubo un tiempo, años ha, en el que me atraían especialmente los títulos de conducción. Así, he disfrutado de clásicos como Out Run, World Rally o Spy Hunter por mencionar los que mejor recuerdo. Luego llegaron los gráficos tridimensionales y, con ellos, los grandes clásicos arcade de la Sega de los 90 que tantas veces he nombrado. Pero todos estos juegos tenían algo en común: eran distintos entre sí. Sin embargo, esas diferencias se han ido difuminando con el tiempo, especialmente en el caso de los simuladores.
La imagen que he preparado como cabecera así lo demuestra, pues solo el ojo experto sabrá reconocer a qué título pertenece cada uno de los coches que en ella aparecen pero, para la mayoría, podríamos estar hablando de varias tomas de un mismo juego, y eso sucede porque el realismo visual que se ha alcanzado es tal que ya cuesta mucho diferenciar unos títulos de otros en este aspecto.
Hablo de los simuladores porque, por su naturaleza, están obligados a mostrarse así pero no es un problema de enfoque de estilo de juego sino meramente visual, pues muchos títulos actuales de corte “arcade” muestran igualmente unos gráficos sumamente realistas que a la postre pueden ser confundidos con sus “hermanos de género”.
Se argumentará que, incluso dentro de los simuladores, estos son diferentes porque las sensaciones al control de un mismo vehículo lo son en cada uno. Ello me lleva a pensar que algunos de estos títulos no logran simular bien este apartado. Por lo tanto, si varios no lo hacen, lo más probable es que ninguno lo haga aunque haya quien se aproxime más que los demás. Pero ni siquiera estas diferencias, más sutiles que evidentes, consiguen erradicar ese primer sentimiento de estar ante “más de lo mismo” que se produce al contemplar esta clase de juegos. Y no solo los gráficos lo provocan, ya que encontramos un buen número de vehículos y circuitos que se repiten en todos ellos, reafirmando lo dicho.
A quien los disfrute posiblemente no le importe esto que estoy comentando. En mi caso no es así porque tengo la sensación antes mencionada incluso sin haberlos jugado, y por eso busco alternativas que realmente sean diferentes, tanto a la vista como en su propuesta jugable. A día de hoy, además de los viejos arcades que aún sigo jugando ocasionalmente, Horizon Chase Turbo (del cuál ya he hablado aquí) ha sido hasta la fecha lo que más me ha divertido dentro del género de conducción. Tengo otros títulos en el punto de mira, como por ejemplo la remasterización (o port directo, ya veremos que hacen) del genial Star Wars Episode I: Racer y el arcade Hotshot Racing, que toma el testigo del desaparecido Racing Apex…
No tengo nada en contra de los avances gráficos pero llevo un tiempo percatándome de esto y sé que irá a peor a medida que la tecnología rompa las pocas barreras que todavía separan lo virtual de lo real. Se podrán hacer diversos tipos de juegos, simuladores o arcade, pero ello no impedirá que la primera impresión que se tenga, esa que causa la visión de las imágenes y/o vídeos de un título concreto, haga pensar que eso ya se ha visto antes si se opta por una representación realista y no por otro estilo que, buscando sobresalir, se desmarque de esa corriente.
Ciertamente todos los simuladores que podríamos llamar serios tienen más o menos el mismo objetivo en su "propuesta jugable". Esto es, ofrecer un comportamiento tanto de las físicas de tu coche como el del comportamiento general de tus rivales CPU lo más aproximado posible a la realidad. Siendo así están mucho más limitados en la propuesta que los arcades, que pueden incluir cualquier mecánica más propia de incluso un Mario Bros que del automovilismo propiamente dicho.
Mi punto de vista sobre este asunto es que cualquier fantasía arcade incluida en un juego racing lo que hace es reducir el % de conducción propiamente dicha del juego y acercarlo a esa propuesta nebulosa acción-plataformas-aventura-puzzle-etc. más popular que ofrecen la mayoría de juegos más consoleros. Quiero decir que por ejemplo un OutRun se parece más a un Sonic que a conducir un coche. Le llamamos racing por que hay el sprite de un coche y poco más… Me da a mí la impresión.
Me he dado cuenta que esa propuesta "nebulosa arcade" está diseñada para ser más adictiva, porque incorpora efectos visuales y de sonido y música, recompensas instantáneas, una dificultad muy medida, fuegos artificiales en general, etc. Todo ello con el fin de atrapar al jugador dándole justo todo lo que busca, que se sienta un crack y que desee saltar al próximo nivel. Esto es posible gracias a estudios psicológicos, motrices e incluso psicosociales, es evidente.
Muchos simuladores están prácticamente limpios de estas manipulaciones psicológicas y por lo tanto pueden resultar más aburridos e indeseables, pero tienen ese puntito de notar que estás "realmente" aprendiendo a pilotar un fórmula o un fighter, y entendiendo las físicas relacionadas, lo que al menos a mí me proporciona un tipo de adicción menos inmediata que la de los más arcade pero más duradera. O algo así. O sea, reconozco que son un poco "secos", incluso a veces me parece que no estás haciendo nada divertido si no más bien trabajando (de alguna manera).
Lo que dices que son casi todos iguales digo yo que debe ser cierto, y me imagino que la decisión de tirarte más a uno o a otro dependerá de cosas como la comunidad online y otros asuntos menores.
Es así. Los arcade son diversión inmediata, mientras que en los simuladores la recompensa va llegando poco a poco, a medida que progresas, pero es un proceso a menudo bastante lento y tedioso en según qué momentos, al menos para mí. Tuve mi época, pero no es lo que el cuerpo me pide actualmente.
Y en parte es porque tengo la sensación, antes mencionada, de que jugar a uno o a otro poco importa porque no solo el objetivo sino también el modo de lograrlo es el mismo en todos ellos. Se diferencian en detalles pero en su conjunto, en esencia, son algo idéntico, y de ahí que cuando veo uno no me sorprenda ni me apetezca siquiera probarlo.
Gracias, Bin Loading, por pasarte por el blog para expresar tu opinión a este respecto. Saludos.
He probado algún que otro simulador y estoy en las mismas que tu, prefiero la conducción simple y directa que te aportan los arcade, en cuestión de gráficos no me meto, porque aunque sean todos muy parecidos, lo importante en estos juegos es más la conducción y las sensaciones que te da…
Cierto, y eso es algo que menciono, aunque no profundizo en ello porque no era el tema del post. Sin embargo, sería interesante analizar las sensaciones de conducir un mismo coche en una misma pista en varios juegos diferentes, pues estoy como digo seguro de que no serían las mismas en todos ellos y eso nos lleva a una conclusión: que o bien uno acierta y los otros fallan en la simulación o, lo más probable, que fallen todos en distinta medida. A fin de cuentas, no dejan tampoco de ser juegos, ¿verdad?
Gracias como siempre, Spiegel, por pasarte y comentar. Saludos.
La tecnología y el poder de las consolas han llegado a un punto extraordinario. Es innegable que este tipo de juegos se ven idénticos debido al realismo que han alcanzado (y lo que les falta), pero supongo que la principal diferencia entre estos títulos debe ser la jugabilidad y sus físicas. No soy entendido del género ni mucho menos, pero si lo llevo al fútbol, para muchos FIFA y PES son lo mismo, pero como dice, el que está entrado sabe bien sus diferencias. 👍🏻
En los simuladores de fútbol todavía no se ha llegado a un punto en el que no se pueda distinguir un juego de otro porque existen ciertas diferencias de modelado y texturizado reconocibles pero es cuestión de tiempo que también en estos se alcance la paridad gráfica, con lo que solo los diferenciará su jugabilidad. En los de coches la cosa es más difícil porque no se pueden establecer muchas diferencias a la hora de manejar un vehículo, pues sea en el juego que sea siempre hay que hacer lo mismo a diferencia de un partido de fútbol en el que se puede jugar de muy diversas maneras…
Gracias, Diego Zazueta, por pasarte y dejar tu opinión. Saludos.
Imagino que mucho tiene que ver que actualmente en los grandes juegos hay mucho dinero invertido con mucha gente detrás trabajando y habrá mucha presión ganar o al menos no perder dinero. Por lo que hacer algo distinto es muy arriesgado para esas compañias por si sale mal.De ahí que muchos juegos arcade se vean igual unos a otros e intenten abarcar al mayor número de usuarios posible.
Más bien es en los simuladores donde se da esa igualdad mientras que los arcade tienen más libertad al no tener que verse atados a una visión concreta, dado que sería a día de hoy inconcebible que un juego que presuma de ofrecer simulación se mostrara con gráficos de dibujos animados (por poner un posible ejemplo). En cuanto al coste de su desarrollo, algo tendrá que ver pero todos los que tengan como objetivo una representación gráfica realista van a tratar de ir, con sus respectivos medios y salvando pequeños detalles, a parar a un mismo resultado final…
Gracias, Israel, por pasarte y dejar tu comentario. Saludos.
Muy de acuerdo con el articulo. El unico juego de simulacion que me gusto fue el Sega GT de Dreamcast. Aparte de eso, llegue a jugar los Forza, Gran Turismo, etc; y todos me parecieron aburridos.
En cambio en los 80, 90 y principios del 2000, los juegos mostraban bastantes diferencias entre si. Recuerdo, por mencionar alguno, el Auto Modellista de Capcom.
Y te recuerdo el 80's Overdrive que esta en Switch.
Yo disfruté mucho dos: el Sega GT 2002, que es la secuela del que nombras y que salió solo en Xbox y, previamente, el Gran Turismo 3 en PS2. De ahí en adelante todo lo que he jugado, si bien me ha entretenido al principio, ha terminado por aburrirme porque está visto que soy hijo de mi tiempo, y mi tiempo fueron los 80 y los 90, que es donde más disfruté del género especialmente con los arcades de Sega. Y sí, el 80's Overdrive está pendiente…
Gracias por pasarte y comentar, Volfir. Saludos.