No sucede a menudo que las mecánicas de un juego sienten cátedra y sean luego utilizadas en títulos posteriores pero eso mismo fue lo que sucedió con Gears of War, el shooter de acción de Epic Games que sigue siendo exclusivo de sistemas Xbox en consolas. Hoy analizaré este título para ver qué es lo que lo hizo tan especial.
Gears of War comienza su historia en medio de un largo conflicto armado entre la raza humana y los Locust, unas criaturas de aspecto humanoide que viven en enormes galerías y cuevas en el subsuelo. Estos últimos combaten para eliminar a una especie que consideran invasora mientras que los humanos lo hacen únicamente por sobrevivir.
Tomamos el papel de Marcus Fénix, un bravo soldado encarcelado tiempo atrás por un delito de traición. Su mejor amigo, Dominic Santiago, le libera y lo devuelve al campo de batalla. Otros dos personajes principales se nos unirán más adelante: el cabo Damon Baird y el gigantesco August Cole «Train». Todos ellos, a excepción del propio Marcus, son solo seleccionables en los modos multijugador.
A nivel jugable no existen diferencias entre personajes y con cada uno, además de caminar y disparar cualquier tipo de arma (humana o Locust), podremos correr agachados y cubrirnos tras cualquier zona que pueda servir de barrera. Esto último es la base sobre la que se sustenta casi todo el juego.
La munición no es infinita, por lo que su consumo obligará a recargar el arma y hacerlo, además, de manera correcta para que no se atasque y conseguir que los siguientes disparos provoquen un daño mayor. Conviene igualmente tener en cuenta que la cantidad de armas que podemos equiparnos es limitada.
No obstante, en el caso de que nos quedemos sin munición podremos recurrir a alternativas más centradas en el cuerpo a cuerpo como son poder golpear con la culata del arma o, si contamos con el Lancer, activar la sierra mecánica que lleva incorporada para cortar y triturar al oponente, herramienta que también sirve para eliminar obstáculos de madera como puertas o mobiliario.
Todas estas acciones se pueden llevar a cabo en el multijugador de forma más frenética incluso que en el modo historia, el cual podremos jugar en solitario o en cooperativo. Y no pocas veces agradeceremos tener a nuestro lado a una persona real y no un bot manejado por una inteligencia artificial que, a la postre, es de todo menos inteligente dada su tendencia, sobre todo en los niveles de dificultad más altos, de ir contra el enemigo de manera suicida y sufrir unas consecuencias que acabaremos pagando nosotros al quedarnos sin ayuda en medio de la batalla.
Metiéndonos en lo técnico, Gears of War supuso un salto de calidad enorme en comparación con lo visto hasta la fecha y, pese a la evolución gráfica actual, sigue en su conjunto manteniendo un muy buen nivel tanto en el diseño de los escenarios como de los personajes, no solo ya por el enorme detalle que muestran sino por la fluidez con la que todo se mueve en pantalla, con unos efectos de partículas más que notables.
Y en lo sonoro no se queda atrás, con una épica banda sonora y una demoledora recreación del sonido de disparos y explosiones a la que hay que sumar un excelente doblaje que puede hacer pensar que estamos más ante una película que un juego. Los textos están también por completo en castellano.
Como dije al inicio, lo que logró Epic con Gears of War es algo de lo que pocos pueden presumir, pues son unos cuantos los juegos que después han utilizado el mismo sistema de cobertura y, sobre todo, la visión de cámara al hombro que tan buenos resultados ha dado hasta ahora. Un título que, de no ser por los graves fallos de la IA, habría sin duda alcanzado la excelencia más absoluta.
En su momento fue una fuente casi inagotable de adrenalina y diversión, en especial en aquellos instantes en los que la sangre cubría casi toda la pantalla tras haber convertido a un Locust en carne picada. Y bueno, qué decir del cooperativo y las risas que me eché junto a un amigo con el que jugaba de manera habitual. Solo el multijugador me echaba para atrás debido a mi falta de habilidad para sobrevivir a los ataques de otros usuarios mucho más diestros y experimentados. Un gran juego que solo fue una muestra de lo que estaba por venir…