Incontables son las historias que se han relatado a lo largo del tiempo acerca de personas con el don (o maldición, según se mire) de ser capaces de contactar e incluso interactuar con ese otro lado, el mundo espiritual o de los muertos que incluso a día de hoy, a pesar de nuestros muchos avances, continúa causando ese miedo e inquietud ante lo desconocido que siempre ha morado en lo más profundo de nuestro ser. La que se narra en The Medium es una más que profundiza en este concepto y nos pone en la piel de alguien que aprende a vivir con esta condición y sus consecuencias. De ello y los aspectos técnicos habituales toca hablar en este nuevo análisis.
Ese alguien es una joven llamada Marianne, que no ha tenido para nada una vida fácil y se ve de pronto envuelta en un oscuro misterio a raíz de la llamada de un desconocido que, desesperado, le pide ayuda, lo que la conduce a un viejo hotel abandonado, perdido en medio de un tenebroso bosque, en el que le aguardan numerosos desafíos y peligros.
Como Marianne, nos adentramos en el lugar en busca de respuestas que se encuentran tanto en el mundo material como en el espiritual, al cual entramos bien en momentos determinados por la propia trama o de manera voluntaria. Y si bien en ocasiones transitaremos por uno u otro de manera independiente, mayormente nos moveremos por ambos al mismo tiempo. Esto último se da sobre todo a la hora de enfrentarnos a ciertos puzzles que debemos resolver para abrirnos camino y avanzar, pudiendo incluso realizar viajes astrales por un espacio de tiempo limitado.
En lo referente al enfrentamiento y pese a sus extraordinarias capacidades, Marianne no es una persona que cuente con habilidades para el combate pero eso no significa que esté indefensa. En su forma alternativa, puede cargar su brazo izquierdo con energía espiritual, útil para activar mecanismos suministrando electricidad pero también para crear un «escudo» en forma de esfera, necesario para cruzar aquellas zonas infestadas de enormes polillas que, sin dicha protección, la devorarían. Por otro lado, hay determinados momentos en los que se hace necesario el sigilo e incluso contener la respiración. Y cuando nada de esto es posible, solo queda una opción: correr.
Nuestro objetivo es descubrir no solo a la misteriosa persona que nos ha llevado hasta ese sitio sino toda la historia que hay detrás, lo que hace de la exploración de los escenarios una tarea sumamente importante. En ellos hallaremos documentación variada pero también objetos «con alma», que revelarán momentos del pasado si hacemos uso de nuestra capacidad de percepción.
The Medium es un juego que si bien en algunos aspectos se inspira claramente en clásicos como Resident Evil o Silent Hill, también presenta una perspectiva propia que lo desmarca de estos y otros títulos del género. Y es correcto hablar de perspectiva, pues lo que lo hace original (o poco común al menos) es la posibilidad de jugar con el mismo personaje en, como ya he mencionado, dos entornos diferentes al mismo tiempo. Para ello, el título nos mostrará la acción a pantalla partida, habitualmente en vertical. En aquellos momentos en los que debamos examinar algo concreto podremos destacar levemente un lado dándole un poco más de espacio en pantalla al mover el mando de dirección en un sentido u otro.
A nivel visual, aparte de lo dicho, el diseño de los escenarios tanto del mundo material como del espiritual presentan, cada uno con sus elementos propios, mucho detalle y un muy buen uso de la iluminación ambiente. Los personajes también lucen un gran acabado, aunque ligeramente más sencillo. Algo que se percibe particularmente en algunas de sus animaciones, sobre todo las faciales, que aún así están a un nivel bastante alto.
En lo sonoro no está menos cuidado. Ya de entrada, el juego recomiendo el uso de auriculares pero se puede disfrutar igualmente sin ellos gracias a lo inquietante de sus melodías y a los ecos del pasado que, como el resto de diálogos del juego, no han sido doblados. Pero, como siempre, la traducción de los textos compensa en buena medida este hecho.
Un gran apartado gráfico y sonoro, unido a una historia absorbente y unos personajes muy bien diseñados hacen de The Medium uno de las mejores títulos del género que se pueden encontrar en la actualidad, demostrando una vez más que no es necesario recurrir a la acción para crear experiencias inmersivas e interesantes. Y en eso Bloober Team tiene experiencia.
Nuevamente vuelvo a disfrutar de un juego de terror psicológico gracias a una cuidada historia con abundantes e inesperados giros argumentales que han mantenido vivo mi interés de inicio a fin, a lo que sumaré lo atractivo de su acabado, tanto a nivel gráfico como sonoro, junto a una mecánica de juego que me ha parecido de lo más original que he visto en mucho tiempo. Por ello no descarto, como en otros casos, regresar a The Medium en el futuro para experimentar, una vez más, las buenas sensaciones que me ha dejado.
