La cuarta y última entrega de la saga Monster World de Wonder Boy apareció en Mega Drive en 1994 sin que viera la luz fuera de Japón de manera oficial hasta hace unos pocos años. Ahora, de manera inesperada, recibe un remake que respeta la obra original y la adapta a los tiempos actuales. Veamos qué ofrece este Wonder Boy: Asha in Monster World…
Cuenta la leyenda que un ser diabólico y sus secuaces fueron derrotados gracias a un noble guerrero y al poder de los cuatro espíritus: Tierra, Luna, Sol y Viento que, desde entonces, han protegido el reino. Pero ahora ha regresado y, con la ayuda de un grupo de perversos magos, ha encerrado a los espíritus y se dispone a sumir al mundo en las tinieblas. Estos, desde su prisión, claman por un nuevo héroe que los libere y traiga de nuevo la paz.
Este es, a grandes rasgos, el argumento del juego en el que asumimos el papel de Asha, una joven con aspiraciones de heroína que desea demostrar a todos de lo que es capaz. Nuestras únicas armas serán una espada, un escudo, una pulsera que aumentará nuestra salud y saber utilizarlo todo lo mejor posible. Esta última podrá crecer gracias a las llamadas gotas de vida, esparcidas por todos lados y que habrá que ir reuniendo. Diez de estas gotas añadirán un nuevo punto de vida en forma de corazón.
Por supuesto, todo el equipo también podrá ser mejorado adquiriendo nuevas piezas con el oro que vayamos acumulando. Pero hacerse con las mejores no será nada fácil dado su elevado precio, si bien podremos volver a recorrer las zonas ya exploradas para buscar más oro y los tesoros que se nos hubieran pasado por alto.
Dada su magnitud, Asha no afrontará esta tarea en solitario. Otros personajes la ayudarán a lo largo del juego, entre ellos el Sabio, un anciano que nos irá guiando con sus consejos o el Espíritu de la Lampara, una especie de «genio» que nos permitirá regresar a la ciudad siempre que lo deseemos.
Pero sin duda el personaje estrella es Pepelogoo, una criatura de simpático aspecto que será nuestro fiel compañero durante la mayor parte del juego. Con ella no podremos atacar pero sí llegar a lugares inaccesibles, protegernos de ciertos elementos y activar mecanismos que nos ayuden a avanzar. Su manejo es muy sencillo: solo hay que llamarlo y dirigirlo al punto concreto en el que queramos que actúe.
Wonder Boy: Asha in Monster World se presenta visualmente con un estilo 2.5D. Es decir, con gráficos en tres dimensiones pero cuyo manejo se limita a dos, ya sea de manera horizontal o vertical, si bien en ciertos momentos sí veremos a la protagonista moverse hacia dentro o fuera.
Todo el contenido está recreado con total fidelidad. Se mantiene la estética en cada uno de los elementos, tanto en personajes como escenarios, e incluso las animaciones son exactamente las mismas. Por razones obvias, las secuencias de vídeo sí que son diferentes gracias nuevamente al uso de los gráficos tridimensionales que permiten plasmar la escena desde varios ángulos.
En cuanto al apartado sonoro, las melodías del juego original también están adaptadas y, por vez primera en la saga, se añaden voces a los personajes (en japonés). No obstante, será la reina la única que cuente con diálogos, pues en el resto de personajes (protagonista incluida) escucharemos breves efectos como «Mmm» y cosas así. Tampoco es algo que impida seguir el transcurso de la historia gracias a los subtítulos traducidos a nuestro idioma.
Es evidente que este remake se ha hecho pensando en quienes disfrutaron el original de Mega Drive, el cual por cierto viene como extra en la edición física. A pesar de ello, es un título que también tiene potencial para gustar a quienes no lo jugaron entonces o no conocen la saga. Su jugabilidad es sencilla y asequible aunque ello no va a evitar pasarlo mal, especialmente en los niveles finales.
Wonder Boy: Asha in Monster World ha recibido duras críticas desde que fuera anunciado, sobre todo por el uso de gráficos 3D. No son pocos los que habrían deseado que se siguiera la estela de títulos como Wonder Boy III: The Dragon’s Trap o Monster Boy and The Cursed Kingdom, que presentan un estilo 2D en alta resolución. Sin embargo, y pese a que de darse el caso seguramente nada habría cambiado, pienso que la elección del equipo de desarrollo ha resultado ser la más adecuada y ha dado como resultado un excelente juego de plataformas por el que no pasará el tiempo.
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