Juegos como servicio. Una idea a la que hay que ir acostumbrándose porque, guste más o menos (o aunque no guste nada), es lo que depara parte de nuestro presente y el futuro más próximo. Hace años que se ve venir que todo el material acabará en la Nube antes o después, siendo distribuido directamente por las propias compañías dueñas del mismo. Una perspectiva atractiva para la mayoría de usuarios pero no para quienes todavía viven de su comercio y distribución física, y ya se empiezan a escuchar algunas voces que lamentan lo que puede suceder de aquí a relativamente poco tiempo…
Todo viene a raíz de una serie de cambios que se han implementado o implementarán en Xbox Game Pass, el nuevo servicio de juegos por suscripción de Microsoft, siendo el de la aparición de todos los juegos que lleven su sello el mismo día de su salida el que ha causado esta situación que muchas tiendas no ven con buenos ojos y no sin razón, pues no es lo mismo pagar 60 o 70 euros por una novedad que 10 al mes y poder disfrutarla junto a muchos otros juegos. En consecuencia, y siendo conscientes de la segura pérdida de beneficios, las reacciones negativas al paso dado por Microsoft no han tardado en llegar.
La primera de la que se tuvo noticia fue Gameware, una cadena de tiendas austriaca que se ha negado de pleno a seguir vendiendo material de Xbox One. El argumento es claro: «Si no vamos a obtener beneficios de la venta de juegos para One, no queremos nada de ellos aquí. Que sigan adelante solos». Como usuario se puede estar o no de acuerdo con esta reacción, tal vez algo precipitada porque sí, los juegos se verán afectados pero aún queda el hardware. Quizá por esto en otros comercios se está optando por la prudencia y aunque lamentan el daño evidente que les va a hacer la nueva política de Microsoft, no se han cerrado en banda… aún.
Es curioso que grandes franquicias como GAME o Gamestop entre otras no se hayan pronunciado al respecto siendo un tema que les afecta en buena medida. Es posible que estén esperando a ver la verdadera repercusión en el mercado tradicional de esta nueva tendencia pero no hay que ser un experto para saber que va a tener un serio impacto que puede ser todavía mayor si, como ha venido sucediendo durante los últimos años con muchas otras cosas, las demás compañías se suben al carro en algún momento del futuro ya que si ha sucedido con el juego online de pago, ¿quién nos dice que no pasará lo mismo con esto?
Esta perspectiva es lo que más inquieta a los comerciantes. ¿Qué sentido tiene llevar un negocio en el que tu presencia es inútil? Esto ya ocurrió en el pasado con los añorados salones recreativos y, tiempo después, con los videoclubs, que fueron sustituidos por los sistemas domésticos y por Internet. Las tiendas de videojuegos, tal y cómo las conocemos ahora, tienen los días contados y ellos lo saben porque está claro que Xbox Game Pass, conocido también como «el Netflix de los videojuegos», no solo ha venido para quedarse sino que solo es el primer paso de otros que seguro se darán en la misma dirección.
Por mi parte, y lo he dicho muchas veces, sigo prefiriendo el formato físico y no contemplo la posibilidad de jugar en la Nube ni ahora ni en el futuro. ¿Qué haré si finalmente los servicios como Xbox Game Pass ganan la partida y las tiendas de venta física comienzan a desaparecer? A día de hoy no puedo decirlo porque tampoco sé si seguiré jugando mucho más tiempo a tenor de mi actual interés general por lo que hay ahora mismo en el mercado. No queda pues otro remedio que esperar a ver qué pasa y decidir entonces, según sea el panorama, qué camino seguir…
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