Qué bonito sería poder dedicar este o cualquier otro blog de videojuegos a eso mismo, los juegos, sin tener que preocuparse por otras cosas pero no podemos ignorar el enorme gasto que supone, en según que condiciones, comprar lo necesario para poder disfrutarlos plenamente. Montar un ordenador con los componentes más avanzados del mercado es algo que solo está al alcance de quienes disponen de una capacidad económica grande. Lleva siendo así desde hace mucho pero las consolas, con un menor coste y algún que otro sacrificio técnico, han sido siempre la perfecta alternativa para el común de los mortales pero eso podría estar a punto de cambiar a tenor de las últimas noticias…
Tanto Sony como Microsoft han optado para sus respectivas máquinas de nueva generación por una tecnología avanzada con la que sea posible crear los juegos más realistas jamás vistos. Sin embargo, dicho objetivo tiene un precio (nunca mejor dicho), que se refleja en las carencias que, de inicio, ya presentan ambas en términos de capacidad de almacenamiento. Dicho de otro modo, tanto PlayStation 5 como Xbox Series carecen de la memoria necesaria para garantizar, incluso a medio plazo, la instalación y guardado de una gran cantidad de títulos, en especial si hablamos de grandes producciones.
¿Cómo sino podemos explicar que, ante un futuro en el que será cada vez más habitual encontrar juegos que ocupen más de 100 Gb, se nos vendan sistemas cuya capacidad REAL estimada (es decir, sin contar lo que ocupan sus respectivos S.O.) es de poco más de 800 en el caso de Xbox Series X (habrá que ver en cuánto se queda Series S, cuyo total son 512) y menos de 700 en el de PlayStation 5? Podemos pensar en un fallo de diseño no en cuanto al hardware en sí mismo pero sí a la hora de buscar el equilibrio justo entre prestaciones y coste de fabricación, pues resulta obvio que el precio habría sido más alto si se hubiera tomado la decisión de dotar de una memoria mayor desde el principio, lo que a buen seguro habría afectado las ventas iniciales sobre todo en los tiempos que corren.
Ante este panorama, y sabiendo lo que ahora se sabe, dos cosas parecen evidentes. La primera es que ambas compañías son, desde el primer día, conscientes de este problema y la segunda es que dicha tesitura les brinda la oportunidad de hacer caja mediante su asociación con aquellas empresas que se encargarán de ahora en adelante de fabricar y distribuir las correspondientes ampliaciones de memoria SSD, el tipo necesario para almacenar y ejecutar los juegos propios de cada consola ya que para los más antiguos que sean retrocompatibles bastará con un disco duro estándar.
Estas ampliaciones no se aplican de la misma manera en ambas plataformas y mientras que en Xbox Series se ha optado por una expansión externa, en el caso de PlayStation se hace necesario abrir la consola, si bien el proceso no parece complicado. Pero donde si encontramos similitudes es en que adquirir una de estas memorias adicionales no será algo barato y dependerá, obviamente, de la capacidad de estas pero los primeros precios dados en este caso por Western Digital, que es la compañía que suministrará las ampliaciones de PlayStation 5, son para echarse a temblar y es fácil que las creadas por Seagate para Xbox Series cuesten prácticamente lo mismo. Hablamos de unos 150 euros para el modelo de 500 Gb, 270 para el de 1 Tb y más de 520 para el de 2 Tb lo que supone, en este último caso, pagar prácticamente lo mismo que cuesta la propia máquina.
Como siempre ya es cada uno quien debe juzgar si le merece o no la pena realizar dicha inversión. Lo que está claro es que dar el salto a la nueva generación va a ser, si se tienen perspectivas de comprar una gran cantidad de juegos, mucho más caro de lo previsto hace tan solo unas semanas porque, como dije antes, sabiendo que el tamaño de estos va a ser cada vez mayor, las memorias adicionales se convierten casi desde el principio en un elemento indispensable. Por otra parte, es previsible que con el tiempo dichos componentes bajen de manera progresiva su precio al tiempo que las propias máquinas lleguen al mercado con mejores prestaciones en este sentido. La solución pasa pues, si no se está dispuesto a gastar un dineral, por esperar a que pase la novedad y las aguas se calmen…
La verdad es que concuerdo con tu opinión, sin embargo esta en la mano del jugador medio, caer o no, en estas practicas que comentas, porque si se empiezan a buscar alternativas para colocar otro tipo de HDD o SD a las maquinas que no sean los previstos por Sony o Microsoft, ahí estara la jugada. Eso y por supuesto no consumir ningun tipo de almacenamiento externo directamente, cosa que entorpecera un poco, pero aliviara la cartera y obligara un poco a las empresa a hacer modelos «mejorados» con almacenamiento superior, cosa que por ejemplo ha pasado en las generaciones anteriores, aunque claro, todo es verlo…
Gran articulo, Emilio 😀
Por el momento no existen alternativas ni creo que las haya a corto plazo, más que nada porque las compañías no van a permitirlo. En un futuro ya se verá. Lo otro es más viable aunque implica ciertos sacrificios para el jugador y si, por ello, surgen nuevos modelos con más capacidad no sé yo si la gente hará el cambio aunque, para entonces, si los precios de las memorias han caído como suele suceder con (casi) todo aquello que lleva un tiempo en el mercado, será más fácil ampliar espacio.
De momento, esto es lo que habrá de inicio y a eso habrán de plegarse los usuarios, guste o no. Gracias por pasarte por el blog y comentar sobre este tema, Spiegel. Saludos.