Lleva años sucediendo y poco a poco vamos viendo las consecuencias si bien parece que, una vez más, no aprendemos de la experiencia. Por contra, se vuelve a caer en el vicio de exprimir todo aquello susceptible de ofrecer beneficios hasta que deje de hacerlo. Y nada es ajeno a esta tendencia: libros, cine y, últimamente, videojuegos, ven extendidos sus respectivos universos en ámbitos que antaño les fueron extraños. Hoy me gustaría dar mi opinión al respecto, centrando el asunto en la temática del blog.
El ejemplo más famoso en estos momentos es el de Fallout, la saga de rol en mundo abierto de Bethesda cuya adaptación al formato serie ha resultado todo un éxito de crítica y audiencia. Por supuesto no es el único caso y aunque seguramente me dejaré muchos, pues no suelo prestar atención a lo que se hace en este sentido, puedo mencionar unos cuantos que ya vieron la luz, alguno en tiempos recientes, o lo harán en un futuro a corto o medio plazo.
Ahí tenemos las películas de Tomb Raider, Resident Evil, Silent Hill, Sonic, Mario o Gran Turismo y series como la mencionada Fallout o Shenmue que contó hace un par de años con una obra de animación que, hasta donde sé, solo ha tenido una temporada. Y entre las producciones que tienen que llegar están Borderlands, Syberia e incluso Golden Axe, esta última anunciada hace poco.
A ojos de los fans del ocio audiovisual en sus diversas vertientes, y en especial de quienes siguen las obras que han sido o serán adaptadas, es lógico pensar que verán todo esto como poco con complacencia, llegando a la satisfacción si el resultado es el que esperaban y, en caso contrario, al cabreo monumental. Yo creo, por contra, que se está abusando demasiado y en algún momento todo esto acabará explosionando. Será entonces cuando vengan los lamentos por parte de creadores y público, reconociendo algo que se veía venir pero a lo que, como siempre, no hicieron el menor caso.
Reconozco que no soy consumidor de películas y series, pues los videojuegos ya me ofrecen una experiencia que no solo es capaz de igualar (y superar incluso) lo que pueda hacerse en ambos medios, también permite ser parte activa de la misma. Las adaptaciones me parecen curiosas, independientemente de su grado de afinidad con la obra original, pero de un tiempo a esta parte casi se están convirtiendo en algo necesario, con lo que cualquier título que aspire a lo más alto tiene que contar.
Adaptar un cómic, por ejemplo, tiene más sentido por aquello de ver a los personajes «vivos», en movimiento. En el caso de un libro, el autor, aun aportando descripciones, tiende a dejar que sea el lector el que se haga una visión personal del mundo plasmado en el texto. Ahora bien, ¿qué sentido tiene realmente llevar un videojuego a otro formato? Un libro deja poco espacio para la imaginación si ya se conoce todo de antemano. En lo tocante al cine o la televisión, más de lo mismo con el añadido de que cualquier libertad creativa que se tomen sus responsables va a ser seguro criticada por los más puristas, tanto a nivel estético como narrativo.
Por mi parte no voy a juzgar la calidad de estas producciones pero sí que critico su excesiva presencia actual. No obstante, lo que alguien como yo piense u opine de seguro le va a importar bien poco a los miles de personas, tal vez millones, que sí disfrutan de las adaptaciones y piden cada vez más. Pese a todo, y como siempre trato de hacer, invito a la reflexión a quienes leáis este post pues creo que al menos algunos llegaréis a una conclusión muy parecida a la mía.