Cuando un juego, debido a su éxito, se convierte en saga lo que siempre se espera es que cada nueva entrega mejore la anterior pero eso no siempre sucede. En lo referente al género de conducción hace un tiempo hablé del caso de Sega Rally (podéis ver el artículo aquí) y hoy quiero centrarme en otro título que comenzó muy bien pero que terminó tan mal que hasta el propio estudio de desarrollo sufrió las consecuencias. Hoy hablaré de la saga Project Gotham Racing y su periplo desde las cimas del éxito, pasando por su decadencia hasta su total desaparición…
Pero no podemos hablar de Project Gotham Racing sin hacerlo antes de sus orígenes, pues el juego que vería la luz a principios de la existencia de la primera Xbox no es sino una adaptación de otro título que se convirtió en bandera del género en la añorada Dreamcast de Sega: Metropolis Street Racer, del cual algún día haré una reseña más profunda pero para hoy basta decir que fue, como digo, el mejor juego de coches de dicha consola y sigue siendo, a pesar del paso del tiempo, una excelente opción para disfrutar de la conducción con estilo en entornos urbanos.
Lo suyo habría sido llamar a su continuación Metropolis Street Racer 2 pero supongo que, aunque el juego era obra de Bizarre Creations, los derechos del nombre pertenecerían a Sega por lo que no tuvieron más remedio que cambiarlo por el que todos conocemos. Project Gotham Racing fue un juego obviamente continuista, que tomó el trabajo ya hecho y lo mejoró aprovechando la mayor potencia de Xbox e incluyendo la ciudad de Nueva York que se unió a las anteriores Tokio, Londres y San Francisco. El sistema de Kudos, los puntos otorgados al hacer maniobras como derrapar o adelantar sin tropezar con nada ni nadie se mantuvieron y potenciaron porque eran la seña de identidad de esta saga y deberían haber seguido siéndolo en las sucesivas entregas pero, como luego explicaré, en cierto momento las cosas cambiaron y, como podéis imaginar, no para bien precisamente.
Tiempo después Bizarre lanzó una nueva entrega en la misma consola y aquí fue donde pienso que comenzó la decadencia de la saga a pesar de que, para muchos, se trate de la mejor de todas. Sin embargo, y a pesar de que mejoraron cosas con respecto al anterior juego, otras como el framerate empeoraron al pasar bruscamente de las sesenta imágenes por segundo a la mitad en pos de un mayor detalle gráfico en coches y escenarios. Por otro lado, el aumento del número de localizaciones hizo que cada una tuviera menos circuitos y la dificultad, que ya de por sí es alta si se busca la máxima puntuación, fue al parecer aumentada. Este último dato, no obstante, me llegó de gente que me lo ha comentado y, dado que yo solo lo probé por encima en su momento, no puedo saber a ciencia cierta hasta qué punto era realmente difícil lograr obtener todas las medallas de platino.
Pero llegó la siguiente generación y aquí sí, sin discusión posible, la saga tocó fondo. Project Gotham Racing 3 fue juego de lanzamiento de Xbox 360 y seguramente por esa condición se pudo ver que era un juego sí, brutal en lo visual para lo que estábamos acostumbrados en aquellos años pero sin pulir, con escaso contenido y una pésima programación debida con total seguridad a las prisas que desde Microsoft les meterían para tener el título listo para la fecha deseada (¿quién no recuerda esas largas esperas que sufríamos incluso al reiniciar una misma carrera cargada con anterioridad?). Además, muchos de los coches de gama media y baja presentes en las anteriores entregas fueron eliminados para dar paso a superdeportivos con los que disputar las carreras en entornos vallados con público repartido a pie de pista y en numerosas gradas situadas a lo largo del trazado. Atrás quedaba, pues, esa sensación de estar moviéndose por una ciudad y no por un circuito de carreras.
Y eso no fue lo peor. Antes mencioné los Kudos como la seña de identidad de la saga pero en Project Gotham Racing 3 dicho sistema que antaño permitiera la progresión lógica dentro del juego, invitando al jugador a llegar a un mínimo con el que desbloquear el siguiente coche fue totalmente destruido debido a la para mí innecesaria inclusión de «créditos» que permitían la compra de vehículos en cualquier momento. En consecuencia, todos los jugadores (yo también, por supuesto) hicimos lo que os estáis imaginando: ahorrar lo suficiente para adquirir el coche más caro y jugar siempre con él en todas las pruebas, haciendo de Project Gotham Racing 3 un juego monótono, soso y aburrido. Los famosos Kudos, que fueran un día el centro del juego, quedaron como un mero añadido al final de cada prueba que nada aportaba al progreso del jugador.
Una tendencia que se mantuvo en su cuarta y última entrega. Ahora sí, con más tiempo para pulir determinados aspectos, los chicos de Bizarre Creations volvieron a introducir elementos como las variantes climatológicas, ausentes en la anterior y consiguieron detalles gráficos muy chulos como el de las gotas sobre la carrocería de los coches, si bien la novedad más destacable fue la presencia de motocicletas de gran cilindrada (de hecho, algunas corrían más que los coches). La cagada vino al permitir que coches y motos compitieran juntos en las carreras, pues aquí las segundas tenían todas las de perder (quizá por esto decidieron que corrieran más, para tratar de equilibrarlo) porque si ya en el 3 era habitual que otros jugadores fastidiaran a los que tenían delante al voltear sus coches tras empujarlos, en el caso de las motos la cosa era peor porque terminabas en el suelo y el tiempo perdido era mayor. Lo mismo pasaba si tenías algún accidente, cosa que el que llevaba coche no sufría.
Pasó el tiempo y Bizarre ya no levantó cabeza. Tuvo un último intento con Blur, que fue al parecer una mezcla entre su saga estrella y las carreras con items que vemos en juegos como Mario Kart y similares. Este juego pasó sin pena ni gloria y el estudio terminaría desapareciendo de la escena, y aunque los derechos de Project Gotham Racing siguen en manos de Microsoft y alguna vez se ha insinuado una posible continuación, parece claro que no entra en sus planes el resucitar una saga que comenzó muy bien allá por el 2000 pero que, ahora mismo, está muy bien muerta y enterrada. Y es que para hacer lo que hicieron, más vale que no vuelva a ver la luz.
La historia de las grandes sagas que nacen y no son capaces de sobrevivir su propio hype. Excelente artículo. No soy de juegos de carreras pero esta historia de decadencia me recordó mucho a otra saga: Silent Hill. Saludos.
No he jugado nunca a un "Silent Hill", por lo que no puedo hablar sobre el tema pero sí, hay sagas que acaban muriendo porque pierden su identidad y acaban convertidas en otra cosa diferente que, si bien a veces mejora el original, lo normal es que sea al revés…
Gracias por comentar, Güevonadas. Saludos.
Bueno, no lo he jugado pero a mi me han dicho que Blur es muy bueno.
No puedo decir si es cierto o no. Supongo que como con cualquier otro juego, habrá gente que lo disfrutara y gente que no, pero la realidad es que fue el último juego del estudio antes de desaparecer…
Gracias por pasarte y comentar, Volfir. Saludos.