Si hubo una compañía que reinaba en la rama arcade del género de conducción a mediados de los 90 en los salones recreativos, esa era Sega. Primero con Virtua Racing y después con Daytona USA, los que frecuentábamos esos sitios nos dejamos no pocas monedas en cada una. Después vendrían otras como la segunda parte del ya mencionado Daytona USA, Scud Race o Manx TT Superbike pero yo quiero quedarme con un juego que, en algunos aspectos, está por encima del resto: el ya inmortal Sega Rally Championship, de cuya evolución voy a hablar en este artículo.
Sega Rally es un clásico que sigue siendo sumamente divertido a día de hoy. Aquí el concepto de juego presenta varias diferencias respecto al de otros arcades de la compañía, pues no elegimos un circuito en función de nuestra habilidad y tratamos de ganar la carrera en él sino que podemos participar en todos, si somos lo bastante buenos como para llegar a meta dentro del límite de tiempo. Esta fórmula alargaba mucho la partida y fue muy bien recibida por los jugadores, siendo replicada en otro juego genial, Sega Touring Car, al igual que el uso de vehículos reales. Su versión doméstica para Saturn es, al menos para mí, el mejor juego de carreras de la consola.
Años después, Sega repitió la fórmula en su secuela, Sega Rally 2, que también contaría con su versión doméstica, en este caso para Dreamcast. De nuevo, el objetivo del juego sería el de completar todos los circuitos dentro del tiempo marcado a la vez que adelantábamos a cuantos coches nos salieran al paso. Puede que no tuviera el impacto del original pero fue también un gran éxito, y la ya mencionada versión para consola también estuvo a la altura, aunque algunos opinen lo contrario, sobre todo por ese modo estrella en el que podíamos disputar hasta un máximo de diez temporadas, desbloqueando un vehículo extra al final de cada una si conseguíamos la victoria.
Y como no hay dos sin tres, la tercera entrega acabaría llegando a los por entonces casi extintos salones recreativos allá por 2008. Pero antes de hablar de ella me gustaría hacer hincapié en la versión que vio la luz en 2006 para PlayStation 2 y que no salió de tierras japonesas. He de decir que, al igual que sucede con el mencionado Sega Rally 3, no conozco apenas nada del juego para la consola de Sony y tampoco he tenido ocasión de jugarlo, por lo que mi experiencia con el mismo es sencillamente ninguna, pero lo poco que he visto me ha gustado porque sigue la linea marcada por el clásico, cosa que también haría el arcade pero que, por razones que se me escapan, no pasaría con las hasta ahora últimas entregas de la saga…
Porque para Sega Rally Revo y Sega Rally Online Arcade (una versión posterior del mismo juego que solo salió en formato digital y que desapareció hace tiempo de las tiendas), títulos que salieron para la pasada generación, se tomaron muchos elementos de Sega Rally 3 pero se cambió la idea del juego original y se incluyeron en su lugar carreras individuales de seis vehículos que claramente rompían con la esencia de lo que siempre había sido un Sega Rally. Como juegos malos no son, si bien yo prefiero la versión “Revo” por culpa de unos cambios que hicieron para la otra y que no me gustan nada, pero no son en absoluto lo que dicen ser. Sega Rally está asociado a un estilo muy concreto, con una esencia y un alma propias y pienso que cambiarlo, si no se hace bien, implica matar ambas por completo.
Se pueden hacer cambios, claro que sí, y la propia Sega lo ha demostrado una y otra vez, la última con el Daytona USA 3, el cual a muchos nos encantaría ver convertido a consola. Sin embargo, con una de sus más queridas licencias no han sabido hacerlo y, poco a poco, ese espíritu que tenía y tiene el original se ha ido diluyendo. No creo que volvamos a ver una nueva entrega de la saga, ni a corto ni a largo plazo. Sega Rally quedará como hijo de su tiempo en el recuerdo de quienes lo conocimos y disfrutamos. Tal vez sea mejor así.