Aunque ha sido en tiempos recientes cuando se ha hecho más evidente, esto se viene dando desde que la pasada generación vio la luz con la Xbox 360 a finales de 2005 porque, a diferencia de los sistemas anteriores de los que solo debíamos conservar en la consola o tarjeta de memoria los archivos de las partidas, fue entonces cuando se nos comenzó a ofrecer (en consola) la posibilidad de descargar juegos completos, si bien los primeros fueron bastante ligeros pero era cuestión de tiempo que la cosa fuera a más…
Pronto se hizo evidente que esos 20 Gbs que traía la consola de Microsoft de serie se quedaban cortos y lo mismo para los, creo recordar, 40 de PlayStation 3. En consecuencia se fueron lanzando sucesivas tiradas con discos duros de más capacidad para satisfacer la cada vez mayor demanda de espacio. Sin embargo, años después y en esta actual generación, a la que no le queda tampoco mucho tiempo, el problema persiste no solo por la inmensa cantidad de títulos que salen al mercado sino por el tamaño de algunos de estos.
Son varios juegos los que, para su instalación, precisan de cerca de 100GB, cifra que en breve se va a ver superada por “Red Dead Redemption 2”, que ocupará 105. No podemos hablar de casos aislados pues con el requerimiento de calidad gráfica (los famosos 4K) y el propio tamaño de los juegos en sí, cada vez mayor, harán inevitable que la cifra de juegos que ocupen más de 100GB aumente de cara a la próxima generación.
Esto supone un problema ya no solo por la existencia de un formato como el óptico, que hace necesaria la instalación al no dar más de sí y que debería, en mi opinión, cambiar. También los discos duros serán inútiles si se sigue la tendencia de ofrecer un espacio ya limitado de serie. Es cierto que la posibilidad de conectar otros dispositivos de almacenamiento externos existe pero ello no deja de ser un parche (algo ya muy natural en la industria actual) que obliga al usuario a gastar más dinero sin solucionar realmente nada.
No obstante, yo creo que lo que subyace a todo esto no es otra cosa que el deseo de la industria de que, más pronto que tarde, los usuarios demos el salto definitivo al juego por streaming. Por ello se limita el hardware de manera intencionada a la vez que se lanzan mensajes contando las bondades de esta no ya tan futura forma de disfrutar los videojuegos, la cual no requiere descarga y/o instalación alguna de los mismos. En otras palabras, nos están guiando para que pasemos por el aro si es que deseamos seguir al día en el mundillo.
Habrá que esperar de todas formas a que tanto Sony como Microsoft anuncien oficialmente las nuevas máquinas y sus especificaciones, cosa que con casi total seguridad sucederá en el próximo E3 2019 pero ya os auguro que nos encontraremos de nuevo con una capacidad de almacenamiento físico escasa y que será la Nube la primera opción que nos marcarán para que empecemos a acostumbrarnos a la idea…