Desengañémonos. Los videojuegos «completos» de inicio tienen los días contados. No hay más que echar un vistazo a los diversos medios para darse cuenta de que, por lo menos a nivel de compañías medianas o grandes, la tendencia de lanzar juegos que recibirán posteriormente diversos contenidos adicionales sigue en alza y no va a cambiar ya porque todos hemos aceptado que es cómo tiene que ser aunque algunos ahora, al darnos cuenta de lo que ello supone entre otras cosas en términos de preservación, critiquemos demasiado tarde esta actual forma de hacer negocio que ha venido para quedarse.
La frase con la que doy título a este artículo es habitual en, por poner un ejemplo, las carnicerías. Allí, el carnicero tiene piezas completas pero ofrece al cliente la cantidad que este demanda. Algo muy parecido sucede con muchos videojuegos actuales salvo que, en este caso, es el dueño del producto el que corta a su gusto la pieza para ofrecerla a pedacitos a sus clientes, los jugadores, los cuales en su mayoría ya hace tiempo que dejaron de cuestionar semejantes métodos porque lo único que les importa es que les den «comida» con la que seguir saciándose, y no piensan en su conservación a largo plazo porque «caducará» y hay que sacarle provecho cuanto antes.
Pocos juegos de los llamados «grandes» no reciben tiempo después de su salida una serie de extras que expanden su «vida útil», un concepto que por otra parte yo sigo sin comprender ni aceptar y del que hablaré más extensamente en el futuro. Ahí tenemos simuladores de conducción como Project Cars, Forza MotorSport o Gran Turismo, que cada cierto tiempo son ampliados con «packs» de vehículos y circuitos, o juegos de lucha como la última entrega de Street Fighter y el más reciente Dragon Ball FighterZ, que están recibiendo y recibirán continuamente una ingente cantidad de material en forma de nuevos personajes, escenarios y modos de juego. Y qué decir de los MMO, los cuales acabarían muriendo si no se hicieran expansiones y otros contenidos extra que motivasen a sus usuarios a seguir jugándolos…
De esta «moda» se salvan habitualmente esos juegos de un jugador que no llegan a convertirse en un éxito y, por razones evidentes, la inmensa mayoría de «indies» cuyos desarrolladores no poseen los medios necesarios para dar soporte a sus respectivas creaciones. No obstante, y volviendo a los juegos «grandes», lo más triste es que todo esto que se hace ahora haya sido aceptado y apoyado de pleno por la comunidad de jugadores, formada en su mayor parte por jóvenes que, como ya dije, no se preguntarán nunca si podrían existir otras maneras de obtener todo el material sin tenerlo «dividido». En consecuencia, y dado que no tiene con qué comparar puesto que no han vivido otra cosa, pasan por el aro una y otra vez, y fortalecen el sistema actual de producción y venta de videojuegos «a pedazos».
Porque hay que ser muy ingenuo para pensar, no ya en pleno 2018 sino de unos años a esta parte, que una compañía que saca un juego con el objetivo de que sea comprado y disfrutado por millones de personas, va a esperar a que el interés por dicho juego decaiga para insuflarle nueva vida gracias a una posterior expansión de contenidos. No amigos, eso era antes, al principio, cuando las mencionadas expansiones eran casi juegos aparte, dado su tamaño y horas de entretenimiento que ofrecían pero ahora, salvo alguna excepción, lo habitual es planificar todos los contenidos de un juego y decidir, antes de su salida, cuáles serán destinados a ver la luz más adelante para que el flujo continuo de beneficios no cese.
Naturalmente, no todos los contenidos adicionales son iguales. Algunos de estos, los meramente estéticos, son los más prescindibles puesto que no nos aportan nada en realidad pero por otra parte están los contenidos activos, aquellos que sí vamos a utilizar, y que son los que he descrito en este post. Muchos argumentarán que, al fin y al cabo, lo que importa es disfrutarlos y no les falta razón. No obstante ello no justifica en absoluto que, en el futuro, nos veamos con un juego con parte del mismo en un disco o tarjeta, y la otra en un disco duro. Este problema no lo tendrán, evidentemente, quienes apuestan por lo digital, y es una buena muestra de hacia dónde nos quiere llevar la industria, que quiere hacer ver que el formato físico esta obsoleto y que tiene que desaparecer.
Tampoco sugiero ni pretendo que se vuelva a los tiempos de las versiones «super» que se hacían de algunos juegos que, por lo general, resultaban ser el original con algunos cambios y añadidos, y que se volvía a poner a la venta a precio de nuevo, si bien y al igual que ahora casi ninguno pensábamos en aquellos que pagaron por el primero y debían volverlo a comprar si querían tener el contenido extra. Ejemplo de esto sería el archiconocido Street Fighter II de Super Nintendo y su posterior versión «Turbo» o, en el caso de Mega Drive, la «Champion Edition» y la «Super», que ya vería la luz en ambas consolas. Es normal que algo así sucediera pues no había, como hoy, forma alguna de añadir los contenidos al programa original, y hay que reconocer su ventaja al respecto pero también al menos entonces se tenían «completos» desde su adquisición en la tienda y así continúan estando, algo que no podemos asegurar que suceda con el método actual ya que, antes o después, los servidores donde están dichos contenidos cerrarán y, a no ser que exista una versión física que los aglutine, ¿qué sucederá con aquellos juegos de segunda mano cuyos contenidos extra ya no se encuentren disponibles? En efecto, que se quedarán tal cuál están y ya jamás podrán estar completos.
Voy a finalizar este largo post diciendo lo que es obvio para todos: que cada uno es libre de hacer lo que mejor le parezca al respecto, y si lo que quiere es que le den muchos contenidos, cuantos más mejor, y no le preocupa nada de lo que he comentado aquí pues oye, a seguir adelante con ello. Por mi parte, pienso que lo más sensato a estas alturas ya es esperar a las versiones «completas» de esos juegos predispuestos a ser «troceados» porque no por no hacerlo en su momento van a dejar de gustar ni se va a ser «peor persona» que aquellos que, llevados como dije en un post anterior sobre el ansia de llegar antes que nadie, compran estos juegos el primer día aun a sabiendas de que están «incompletos». Y si estas versiones finalmente no salen pues a otra cosa…