Aunque sé que me repito más que el ajo, y que cansaré a más de uno, yo jamás me hartaré de proclamar a los cuatro vientos lo buenos que fueron los tiempos de los salones recreativos que, aun con sus sombras porque las había, fueron en buena medida responsables de hacernos a los jugadores lo que somos. Y fue en estos sitios donde conocí y me enganché a numerosos juegos que, poco a poco, irán apareciendo en esta sección. El primero del que quiero hablaros es el genial Rainbow Islands de Taito…
Rainbow Islands es la secuela de otro gran clásico, Bubble Bobble, la cual no se limita como hemos visto en tantas ocasiones a repetir la fórmula del éxito con escasos añadidos sino que se reinventa y mejora hasta límites casi inalcanzables, convirtiéndola en una joya de tal calibre que podría haber prescindido de cualquier lazo de unión con el original porque brilla por si misma con tal fuerza e intensidad que, en muchos aspectos, deja en pañales a una gran cantidad de juegos de su género incluso a día de hoy.
Todo en Rainbow Islands es colorido, simpático y novedoso. Nuestro objetivo en cada una de las pantallas es ascender a la parte superior a medida que acabamos con los enemigos que nos salen al paso, todo ello dentro de un tiempo límite del que se nos avisa cuando falta poco para su conclusión con el ya clásico mensaje “Hurry!!”, seguido de una masa de agua ascendente en la que moriremos si nos cubre casi por completo.
Nuestro protagonista cuenta como única arma con un rayo en forma de arcoiris, el cual deberemos potenciar con los objetos adecuados. Por fortuna, si algo abunda en Rainbow Islands son los items y demás objetos de puntuación cuya variedad es tan grande que es imposible no sorprenderse y, entre todos ellos, quiero hacer mención de unos que son realmente una parte muy, muy importante del juego: los diamantes.
Hay siete diferentes, como los colores del arcoiris, que una vez recogidos otorgan una vida extra pero su función va más allá pues, si somos capaces de recogerlos en orden, del rojo al violeta (una tarea no demasiado complicada si sabemos observar), podremos acceder a una habitación secreta en la zona del jefe final de cada isla, en la que encontraremos un item de gran tamaño junto al diamante enorme que necesitamos para avanzar. Este item, a diferencia de los normales, no lo perderemos aunque muramos y facilita, gracias a ello, nuestro avance por el juego.
Existen diez islas, aunque las tres últimas aparecerán solo si previamente hemos recogido los siete diamantes grandes. Cada una representa una temática diferente con enemigos diferentes, haciendo incluso homenaje a clásicos de la compañía como el mítico Arkanoid, fielmente representado en la quinta, y que ponen de manifiesto una vez más el enorme y fantástico trabajo que se realizó para dotar al juego de contenido.
Podría comentar muchos más detalles de este Rainbow Islands pero tampoco sería bueno extender demasiado este post por lo que creo que lo mejor es que seáis vosotros mismos los que, si no conocéis el juego y os ha llamado la atención todo lo que os he contado, lo probéis. Es posible que os parezca un poco difícil al principio, al menos hasta que le cojáis el truco a la acción de disparar y saltar al mismo tiempo, factor clave si se quiere ser rápido en pasar cada pantalla pero, como suele decirse, la práctica hace al maestro así que, ya sabéis, a darle caña.
Ahora he de finalizar, como siempre hago en los artículos de esta sección, con una palabra que defina este gran juego, y lo cierto es que no sé cuál sería la adecuada porque son tantos los adjetivos que se le pueden aplicar que quedarme con uno solo resulta más complicado que acabarse el propio juego entero pero pienso que dada su variedad, duración y capacidad de enganchar, este Rainbow Islands es para mí, sin duda, un juego sumamente completo.