Hace poco menos de un mes que hice la que dije que iba a ser la primera de las reseñas de tres juegos que fueron en mi opinión injustamente castigados en su momento, la cual dediqué a esa joya llamada Cobra’s Arc en su versión para Amstrad CPC. Esta segunda va a ser para un título que todavía, más de veinte años después, sigue siendo considerado como el peor de su saga tanto por los medios como por mucha gente. Hoy no obstante quiero demostraros que no es cierto que sea tan malo como lo pintan…
Street Fighter The Movie es, como su nombre indica, la entrega basada en la película homónima que en su día protagonizara el famoso actor Jean Claude Van Damme, que hacía el papel del coronel Guile. No voy a entrar en un debate sobre la calidad de la cinta, ya sea como película en sí o como adaptación del juego porque lo que toca es hablar del mismo y lo haré de una manera hasta donde pueda objetiva, contando sus virtudes (que no son pocas) y sus defectos.
Este juego vio la luz en el año 1995 en las, por entonces, flamantes nuevas consolas de 32 bits, la Saturn de Sega y la primera PlayStation de Sony. Ahora mismo desconozco si salió para más plataformas pero poco importa, y dado que en las dos nombradas era idéntico y que es la de Saturn la que yo he jugado y conservo, será esta la que reseñaré. No suelo comenzar hablando del apartado técnico pero, en este caso, es lo primero que llama la atención a quien se acerca a él por primera vez y es que, a diferencia de lo hasta entonces visto en la saga, y siguiendo la estela de uno de sus principales rivales, Capcom optó por usar gráficos digitalizados en vez de los clásicos sprites.
Y tenía una razón de peso para hacerlo, pues son los propios actores (a excepción de Raúl Juliá, fallecido poco después de terminar el rodaje) los que aparecen en el juego, encarnando cada uno a su respectivo personaje de la forma más fiel posible en relación al Super Street Fighter II Turbo, que es la versión en la que se basa. Los escenarios están sacados directamente de la película, por lo que los reconoceremos enseguida. Hay que decir, no obstante, que la calidad de las digitalizaciones es (o a mí me lo parece) un poco baja pero ello no empaña el resultado final.
Pasemos a lo que nos ofrece el juego en sí. En Street Fighter The Movie tenemos los clásicos modos de cualquier juego de lucha. El modo «Street Battle» sería el toda la vida, en el cual nos enfrentamos a un número concreto de oponentes antes de vernos las caras con el jefe final. Tenemos también un modo «Versus» para jugar con los amigos y un modo «Trial» para entrenar nuestras habilidades además de las típicas opciones de configuración y un «Back Up» en el que podremos acceder a cierto contenido que se desbloqueará al finalizar el modo estrella del juego, el llamado «Movie Battle»…
En «Movie Battle» no escogeremos personaje sino que nos pondremos en la piel de Guile y viviremos los acontecimientos vistos en el film. Sin embargo tras cada combate tendremos, en base a lo que Cammy nos vaya indicando, que tomar una serie de decisiones que nos llevarán por un camino u otro, haciendo que la historia se alargue. Y esto puede representar un problema puesto que disponemos de un tiempo finito para llegar al enfrentamiento final con Bison, lo que añade un toque de tensión extra cuando nos atascamos contra algún rival. «Movie Battle» es sin duda una buena forma de romper con ese esquema habitual de los juegos de lucha, en especial en Street Fighter y es, para mí, de lo mejor de todo el juego (sobre todo por el contenido extra).
Y hasta aquí llegó la objetividad porque, ante una injusticia como la que se ha cometido con este juego, me es imposible ser totalmente imparcial. Como ya he dicho, Street Fighter The Movie no es otra cosa que el ya mencionado Super Street Fighter II Turbo, solo que con un aspecto diferente puesto que se juega exactamente de la misma forma. Porque eso es lo que más me indigna de lo referente al trato que se ha dado a este juego y no comprendo como, ante dos juegos idénticos en su propuesta, uno puede ser considerado una joya y el otro la mayor basura parida por un equipo de desarrollo de videojuegos. No hay diferencia alguna entre personajes de uno y de otro más allá de lo visual y, por tanto, pienso que no debería existir semejante distancia en la forma de ver y disfrutar ambos.
No olvidemos que estamos hablando del juego para consola que poco tiene que ver con el arcade que Capcom lanzó en los salones recreativos al mismo tiempo, y que sí presenta notables diferencias no solo en lo visual sino en el propio manejo de los personajes. No obstante, mi experiencia con esta versión es bastante limitada, ya que habré jugado un par de veces a lo sumo vía emulador y mi impresión en este caso fue bastante diferente. No me parecía estar jugando a un Street Fighter y la verdad es que no me gustó mucho, si bien eso no lo hace ser un mal juego…
Yo no sé en qué momento comenzó a rodar la bola de nieve que hizo, al igual que en el tercer y último caso que reseñaré dentro de un tiempo, que todo el mundo empezase a odiar tan profundamente esta entrega de la saga. Es posible que la propia película tuviera algo que ver en ello porque yo no encuentro otro motivo que haga que a un juego que es tan bueno como cualquier otro Street Fighter de la época le haya pasado esto. Si no lo habéis jugado nunca (y si lo habéis hecho da igual, hacedlo también), yo os recomiendo que liberéis vuestra mente de prejuicios e ideas preconcebidas y os acerquéis a él como lo haríais con otro juego de lucha, con la simple pretensión de pasar un rato entretenido. Estoy seguro de que no seréis pocos los que acabaréis satisfechos y comprenderéis que no se merece la etiqueta que la comunidad le ha endosado.
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