Vuelvo a los mundos postapocalípticos de la mano de Submerged: Hidden Depths, un juego de “mar abierto” con una historia sencilla pero emotiva, contada de una forma muy particular, y no pocas novedades respecto a su anterior y primera entrega.
La historia nos sitúa en un momento en el que Taku, curado de la enfermedad que padecía en el primer juego, acompaña a su hermana Miku a nuevos enclaves, ayudando a todo aquel que lo necesita. Pero durante uno de esos viajes, una oscura esencia conocida como La Masa, que está acabando con toda forma de vida, alcanza a la joven. Sin embargo, en vez de la muerte, Miku recibe un don que decide aprovechar para sanar los lugares invadidos por esta plaga, sin tener en cuenta las posibles consecuencias.
Como su predecesor, Submerged: Hidden Depths brinda una propuesta basada principalmente en la exploración, bien sea a bordo de la barca o recorriendo aquellas ruinas a las que es posible acceder y por las que podremos movernos a través de diversos puntos tanto con Miku como con su hermano. Ello, no obstante, no implica que podamos elegir personaje de manera libre sino que será el propio juego el que nos pondrá en la piel de uno u otro dependiendo de la zona a explorar sin que existan diferencias entre ambos en su manejo y habilidades.
El objetivo principal es hallar unas semillas luminosas que hemos de liberar antes de llevarlas a sus respectivas “flores”. Por el camino es posible encontrar fragmentos de la historia de ciudad, así como otros coleccionables con los que editar la apariencia de Miku e incluso la de la barca que ambos usan y que, al igual que en el primer juego, cuenta con un sistema de propulsión cuya duración irá aumentando con las piezas que hallemos dispersas por el océano. Finalmente, y de nuevo como en el título anterior, también podremos como actividad adicional prestar atención a la fauna y a lugares concretos.
Podemos decir que, en términos de jugabilidad, Hidden Depths sigue la linea establecida por la obra original, aportando eso sí más contenido que enriquece el mundo que nos presenta. Como novedad cabe mencionar que el camino a seguir dentro de las ruinas está ahora guiado por zonas marcadas con un color que destaca sobre el resto y que podemos cambiar desde el menú de opciones. Avanzar sigue siendo una tarea elemental, pues solo hay que mover al personaje en la dirección adecuada para que lleve a cabo cada acción sin riesgo alguno de fallo.
En lo técnico tampoco hay grandes cambios. Volvemos pues a disfrutar de un entorno acuático vivo sembrado de edificios ruinosos, muy bien recreado en su conjunto y por cuyo oleaje la barca se desliza con suavidad. Las diversas especies animales son perfectamente reconocibles en su forma aunque su representación sea, por motivos del propio mundo y su argumento, totalmente ficticia.
Lo mismo sucede con las entidades humanoides que iremos encontrando y con las que no será posible interactuar en ningún momento. En cuanto a los dos protagonistas, estos destacan sobre el resto tanto por su apariencia, que nuevamente rompe con la estética realista imperante en el entorno, como por sus sencillas pero correctas animaciones y la definida expresividad con la que comunican lo que sienten en cada momento a pesar de la casi total ausencia de diálogos.
En consecuencia, más allá de las escasas frases en lengua inventada que ambos pronuncian en momentos concretos, el apartado sonoro queda limitado a los efectos empleados y a la música que ambienta nuestro periplo y que cumple con creces su cometido. Eso sí, a diferencia de lo visto en el juego original, en Hidden Depths es ahora algo más sencillo seguir el resumen de la historia que se nos narra mediante dibujos gracias a la inclusión de subtítulos, si bien estos solo serán visibles en el momento en el que completemos una fila de imágenes.
Submerged: Hidden Depths es un más que digno sucesor de su primera entrega, por lo que si os gustó en su momento es muy difícil que no vayáis a hacerlo con esta puesto que son en esencia lo mismo. Si por el contrario Submerged no fue de vuestro agrado os tocará mirar para otro lado aunque, como dije en su momento, experiencias como la que ofrecen, alejadas de la tensión que predomina en muchos juegos actuales, siempre son de agradecer.
Me gustó en su día Submerged y vuelve a gustarme esta nueva entrega que no he podido jugar hasta hace unos días. Ambos logran, con sus propuestas, generar en mí esa mezcla entre paz, soledad y melancolía tan propia de los entornos postapocalípticos que invita a imaginar su, tal vez, lejano pasado. Ambientes en los que, como ya he comentado en alguna ocasión, me gusta “submergirme”.