Últimamente se está produciendo un hecho que debería hacernos pensar sobre la conveniencia de puntuar los juegos, y es lo fácil que resulta dañar la imagen de estos sin criterio o razón alguna.
El mercadeo de lo retro ya no es lo que fue, ni despierta el mismo interés que antes. Hoy hablo de las consecuencias y atisbo el futuro que le espera...