Cuando el merchandising llamó a la puerta…

0
(0)

Todos sabemos lo que es el merchandising, ¿verdad? Está en todas partes y cuando nos encontramos con algo relacionado con aquella serie, película, libro, personaje público o videojuego que tanto nos gusta, nos abraza con sus largos y poderosos tentáculos y nos arrastra irremisiblemente hacia su compra. Da igual que se trate de un pin, un llavero, una taza, una camiseta estampada o una figura porque cualquier cosa vale como recuerdo o pieza de colección…

Pero no siempre fue así. Al menos no para mí y quienes me acompañaron durante mis primeros años en el mundillo de los videojuegos. En aquel tiempo, entre los años 80 y 90, conseguir ciertos objetos de merchandising podía llegar a ser muy difícil, por no decir imposible. No existía la cultura que hoy tenemos del mismo ni teníamos los medios para importar algo de fuera. En consecuencia, poseer algo de este tipo era poco menos que tener un tesoro.

¿A qué jugador veterano no le habría gustado haber podido comprar cualquier cosa relacionada con alguno de los muchos clásicos de los salones recreativos de entonces, o de uno de consola u ordenador? Imaginad que hubiera existido en el mercado lo que ahora tenemos al alcance de la mano: tazas, gorras o camisetas de los grandes arcades de Sega, Capcom o Konami (por citar algunos), o que incluso figuras POP, articuladas o de resina fueran una realidad. Es cierto que, gracias al auge de lo “retro”, algunas cosas hay pero carecen del impacto que habrían tenido de ser algo contemporáneo de estos videojuegos.

En este sentido vivimos en un periodo que muchos, no hace tanto, jamás habríamos imaginado que llegaríamos a disfrutar. Incluso la importación de ciertos artículos es hoy sumamente sencilla gracias a Internet, y ello ha permitido que surjan comercios especializados en este tipo de productos que hacen las delicias de los fans.

En el mundo de los videojuegos existen además desde hace tiempo las llamadas ediciones especiales o de coleccionista, algunas solo al alcance de los más pudientes. Es una faceta más dentro del negocio que ha demostrado sobradamente su potencial, pues no son pocos los que no se lo piensan dos veces a la hora de invertir su dinero en una pieza que con el tiempo, y debido a su cada vez más limitada disponibilidad, puede ver crecer su valor hasta niveles casi prohibitivos.

Sin embargo se está produciendo algo curioso y no muy del agrado de muchos usuarios, y es el hecho de que algunas de estas ediciones traigan de todo (libro de arte, música, figura), pero no el juego en sí mismo, siendo este sustituido por un código de descarga. Como ejemplo más o menos reciente me viene a la memoria el “Sonic Mania”, pero seguro que hay otros. A pesar de todo, y como pasa con tantas otras cosas, si se siguen haciendo estas ediciones es porque la gente las compra…

Por otro lado están los famosos “amiibo” de Nintendo, que cumplen una doble función pues no solo pueden ser usados como objeto decorativo sino que sirven para desbloquear contenidos concretos en muchos juegos de la compañía. Podemos encontrar algo similar en “Skylanders” o “Lego Dimensions”, si bien este último parece que ha seguido el mismo camino que tomó en su día “Disney Infinity” y aunque sea Nintendo la única que todavía se mantenga viva al respecto no hay duda de que la conjunción videojuego/juguete es algo que creo que continuaremos viendo durante algún tiempo.

El merchandising, tal como es entendido hoy, está inevitablemente asociado al producto que representa desde el principio. Quizá siempre fue así pero no ha sido hasta hace relativamente poco cuando se ha desatado un verdadero “boom” por estos artículos. Ahora, nada más salir al mercado algo que se piensa que será un éxito, es habitual que llegue acompañado de toda una serie de “complementos” de muy diversa índole para alegría de los fans y, por supuesto, de las compañías que harán caja con su venta.

Yo he sido y sigo siendo, aunque en casos contados y siempre dentro de mis posibilidades, comprador más o menos asiduo de merchandising. ¿Y vosotros? ¿También os “morís” por ese preciado objeto que tanto os gusta por lo que representa o sois de los que piensan que es un despilfarro gastar dinero en esto? Espero vuestros comentarios. Saludos y hasta el próximo post.

¿Te ha gustado este artículo?

¡Haz clic en una estrella para puntuar!

Promedio de puntuación 0 / 5. Recuento de votos: 0

Sé el primero en puntuar este contenido.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *