Aunque lo fui durante un breve periodo de tiempo hace años, actualmente no soy jugador de PC. Ello implica no prestar mucha atención a las novedades del mundillo ni preocuparme tampoco por la potencia del hardware de mi ordenador, en lineas generales bastante escasa (es una máquina con más de 6 años). No obstante suelo dar mi opinión acerca de lo que conozco en tertulias de amigos y, cómo no, a través de los posts que escribo, opiniones a veces positivas y a veces negativas porque, como todo en esta vida, no hay nada perfecto al cien por cien. En esta ocasión toca hablar de un lado malo de los juegos multijugador masivos: su obsolescencia impuesta o, dicho de otra forma, el hecho de que sea habitual que, una vez que el juego no despierta interés en la comunidad, sea eliminado aunque ello signifique fastidiar a quienes sí desean seguir jugándolo…
Todos hemos escuchado y/o leído más de una vez aquello del cierre de servidores de tal o cuál juego y yo siempre he pensado en esas personas que, siendo obviamente minoría, se ven obligadas a decir adiós al entretenimiento que les había dado horas y horas de diversión. No importa que hubieran pagado por el juego o por su uso mediante una cuota mensual por ejemplo, pues si bien el contenido del disco es algo propio no ocurre lo mismo con las máquinas en las que se alojaba todo aquello que era necesario para hacerlo funcionar. Las compañías tienen aquí la potestad de decidir cuánto tiempo ha de estar algo en marcha y el mensaje que se les manda a los usuarios es claro: “Adelante, paga y podrás jugar… pero solo hasta que yo lo quiera”.
Por descontado, esto no es algo en lo que repara la mayoría de jugadores, a quienes preocupa subir de nivel y conseguir el tan deseado objeto legendario que casi nadie tiene bastante más que lo que les pueda durar una aventura de la que tan solo quedará el recuerdo cuando se decida desde el otro lado bajar la persiana ya que nunca se da la oportunidad, la alternativa de seguir usando ese producto que has pagado aunque no sea por la “vía oficial”. Es más, en los últimos tiempos se han conocido casos verdaderamente rastreros, que ponen en evidencia las auténticas intenciones del trato de una determinada compañía hacia sus clientes…
Aunque habrá otros, el que me viene a la mente fue el protagonizado por Blizzard y la orden de cierre que esta ejecutó sobre un servidor particular al que acudía la gente para jugar a la primera versión de su World of Warcraft. Estamos de acuerdo en que la compañía tiene todo el derecho del mundo a defender su licencia y no dejar que terceros hagan dinero con ella pero lo cierto es que la gente que jugaba a algo tan viejo lo hacía en buena medida porque no tenía la menor intención de pagar por lo actual. Sin embargo, y a tenor del aparente gran número de usuarios de dicho servidor (desconozco el dato concreto pero se ve que eran muchos), a los genios de Blizzard no solo se les ocurrió cortar cualquier vía de uso de versiones antiguas del juego sino que, viendo el éxito que parecía tener, decidieron anunciar su propio servicio, World of Warcraft Classic, con el que intentarán que esa gente les dé a ellos su dinero. Repito, es su producto y son muy dueños de él pero sigo sin comprender cómo, con esas prácticas, no los han mandado ya unos cuantos a la m…
Por fortuna, y esto es en parte el motivo que me ha llevado a escribir este artículo, no todos los estudios embarcados en este tipo de negocio son iguales. Siempre hay alguna excepción y en lo referente a los juegos online la noticia saltó ayer mismo cuando en Mojang, famosos por haber desarrollado Minecraft, anunciaron que cerraban los servidores de Scrolls, un juego de cartas coleccionables que llevaba ya casi dos años sin recibir una sola actualización. De hecho, parece que se habló de su cierre por vez primera en 2016 pero lo han aguantado hasta el próximo día 13, lo cuál es digno de elogio porque no todas las empresas están dispuestas a invertir parte de su dinero y recursos en algo que ya apenas tiene vida. Pero más loable es el paso que van a dar, dejando que los usuarios que así lo deseen puedan abrir sus propios servidores para seguir jugando al juego. Una iniciativa que a mí, sin ser jugador de PC, me parece muy, muy buena.
Y es que debería cundir el ejemplo. ¿Por qué se ha de impedir que quién lo quiera pueda continuar disfrutando de un juego concreto solo porque la mayoría pasa de él y quiere algo nuevo? Ejemplos como el que acabo de describir demuestran que con buena voluntad todo es posible pero es mucho más fácil y rentable hacer creer a la gente que aquello que jugaban ya no merece la pena y que se tienen que pasar a lo último, que “mola más”. No sé qué pensaréis vosotros al respecto pero me gustaría conocer vuestras opiniones. Saludos y hasta el próximo artículo.