Los más jóvenes todavía tienen la fortuna de conocerlas aunque en buena medida, sobre todo entre los usuarios de juegos de ordenador, estas hayan ido perdiendo poco a poco presencia hasta su casi total desaparición. Os hablo de las cajas de videojuegos, un elemento desde siempre asociado a los mismos pero que ahora, debido al auge del mercado digital, poco significa para mucha gente más allá de un estorbo del que se puede prescindir.
Pero para quienes somos fieles a la antigua filosofía, las cajas y los manuales de los que ya hablé no hace mucho en otro artículo pueden ser casi tan importantes como los propios juegos. Estas han tenido, en función de cada sistema, los más variados tamaños, apariencias y calidades. Hoy haré un breve recorrido por buena parte de los diversos modelos de cajas que la industria nos ha dado a lo largo de los años y para ello lo mejor será comenzar por el principio…
En la década de los 70 llegaron los primeros sistemas de videojuegos domésticos, primero la Magnavox Odyssey (y su versión «española» Overkal), y poco después la Atari 2600. Más tarde, a principios de los años 80 haría su aparición la SG-1000, primera consola de Sega y, ya a mediados de la década, la Famicom de Nintendo (que aquí sería conocida como NES). Todas estas consolas, además de algunos sistemas posteriores que luego mencionaré, compartieron un elemento común: la elección del cartón como material de embalaje de sus juegos.
Por lo habitual había dos piezas. Una era la caja propiamente dicha y la otra servía para inmovilizar el cartucho o tarjeta del juego en su interior de manera que no se pudiera mover hacia ningún lado, si bien en la NES se cambió por una funda de plástico que protegía el juego mucho mejor que el cartón. Nintendo estaría usando el cartón hasta la Nintendo 64 en consolas de sobremesa y Game Boy Advance en portátiles. Por otra parte, muchos juegos de PC de la época llegaron también en una caja de cartón de gran tamaño pero, a diferencia de los sistemas mencionados anteriormente, en este caso no se solía hacer uso de pieza interior alguna para sujetar los disquettes o el CD.
En los años 80 la exitosa cinta de cassette fue también usada como soporte para videojuegos y no era extraño, en sistemas como Spectrum o Amstrad, verlas en las clásicas cajas de plástico de la época. No obstante, también se hicieron cosas específicas como estuches de plástico, similares en forma a los de las primeras cintas de vídeo e incluso cajas de cartón de dos piezas y gran tamaño para las ediciones especiales, precursoras de las «de coleccionista» que tanto gustan hoy. Más adelante salieron algunos juegos en cajas un poco más pequeñas y finas, las cuales no se caracterizaron precisamente por su durabilidad y son muy difíciles de ver en buen estado hoy día.
A finales de los 80 fue Sega la primera en dejar de lado el cartón para crear recios estuches de plástico de color negro con el fin de diferenciarse de la competencia, y tanto la Master System como la Mega Drive gozaron del que todavía a día de hoy es uno de los mejores ejemplos de caja de videojuegos que yo he conocido pues son sólidas y muy resistentes, además de atractivas. Me pregunto por qué no hicieron lo mismo con la 32X y la Game Gear, que se tuvieron que conformar con la típica caja de cartón aunque, eso sí, afortunadamente incluirían en esta última un fino estuche transparente para salvaguardar el cartucho. Otra que usó también estuche en su momento fue SNK para los juegos de Neo-Geo, sustituidos ahora por reproducciones en cartón muy bien elaboradas por gente que sabe del tema bastante más que yo…
Llegaron los 90 y con ellos el formato óptico, adoptado por todas las compañías excepto Nintendo. Pero usar un mismo soporte no implica hacer lo propio con su caja y prueba de ello es la diversidad que podemos encontrar en este periodo. El CD-i de Phillips hizo uso de la clásica caja fina de CD, Sony por su parte hizo una variante de esta, algo más gruesa para su PlayStation, Atari siguió para su Jaguar la estela de Nintendo y Sega volvió a hacer uso de un formato propio que tendría diversas variantes a lo largo de los poco más de tres años que estuvo la Saturn en el mercado.
Pero donde Sega rizó el rizo en cuanto a diseño de caja fue con la que creó para su Dreamcast aquí en Europa. De un bonito color azul a juego con la espiral del logo (en Japón y USA es naranja), la caja se podía abrir por cualquiera de los dos lados y contaba con una zona central en la que se podía poner el disco en ambos. Por desgracia, su belleza era tan grande como su fragilidad, y un leve golpe o una caída podían hacerla trizas de inmediato.
Y llegó el siglo XXI. Nuevo siglo, nuevo formato. El DVD, prolongación del CD con mayor capacidad y calidad, trajo consigo también nuevo diseño en sus cajas. En esta ocasión, ni siquiera Nintendo pudo resistirse a la comodidad y elegancia del mismo porque hablamos de un estuche de plástico de tamaño medio y escaso grosor, pues el disco en sí apenas ocupa nada y con que hubiera espacio para el manual era suficiente. Fue por tanto el escogido para Game Cube por parte de Nintendo, para la PlayStation 2 de Sony, creadora del formato y para una recién llegada, la Xbox de Microsoft. Como detalle curioso diré que Sony incluyó en el interior de las cajas para PS2 un «slot» en el que fijar la tarjeta de memoria para poder así llevarla junto al juego. Todo un detalle, sin duda.
Una prueba de que este formato ha triunfado donde otros fracasaron es que, con variantes de tamaño y leves retoques, ha perdurado hasta hoy. Microsoft usó el mismo sistema para su Xbox 360, mientras que Sony fabricaría una versión algo más pequeña para PlayStation 3 y Nintendo lo adoptó también para sus consolas Wii y Wii U, además de para DS y 3DS, reduciendo obviamente su tamaño. En la actualidad se usan versiones reducidas para PS4, One y Switch aunque, en esta última, el tamaño realmente podría ser todavía mucho más pequeño si quisieran, dado el formato de juego que utiliza la consola…
Antes mencioné el caso de SNK y sus cajas «repro» como se las llama en el argot del mundillo. Por supuesto este no es el único ejemplo y consolas como la NES o la Super Nintendo también las tienen, puesto que el cartón no es un material que dure intacto mucho tiempo, lo que, dicho sea de paso, también ha disparado su cotización en el mercado de segunda mano. Ahora son muchos los que, con buen criterio, no están por la labor de pasar por el aro de los especuladores y recurren a esta opción.
Como habéis visto, las cajas de videojuegos tienen también su historia y evolución propias. Por desgracia, estas están cerca de ver su final si la tendencia a lo digital continúa como parece que así será a tenor de lo que se puede ver en el día a día de esta industria. Nosotros, los amantes de lo «retro», las mantendremos con vida todo lo que nos sea posible pero es un hecho que, al menos en lo que se refiere a sistemas actuales, más pronto que tarde dejarán de existir. Que sirva, pues, este extenso artículo de homenaje a estos objetos que todavía preservan en su interior horas y horas de emoción, diversión e ilusión.
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