Cuando se habla de motores de videojuegos, los que somos jugadores nos imaginamos motores del tamaño y la complejidad de Unreal, IdTech, CryEngine o Unity pero esta vez quiero echar la mirada a un motor mucho más sencillo y sin pretensiones, un motor que lo que busca es poner al alcance de los más pequeños la capacidad de realizar su propio videojuego y, lo que es más importante, aprender a programar. Estoy hablando del Scratch, un motor de videojuegos desarrollado, nada más y nada menos que por el MIT como una herramienta asequible para que todo el mundo pueda iniciarse en el mundo de la programación.
En un principio se desarrolló como una aplicación de escritorio donde cada uno lo descargaba a su ordenador, lo instalaba y comenzaba a trastear con él. Pero los tiempos cambian y cada vez son menos las aplicaciones de escritorio y más las aplicaciones web y es por ello que para usar Scratch hoy en día no necesitas, si no quieres, descargar nada, con solo el navegador podrás comenzar a utilizarlo.
El motor ya trae una serie de recursos en forma de imágenes, tanto para usar sprites como para utilizar como fondo, aun así nosotros podemos añadir tantas imágenes como necesitemos en nuestro juego. Su funcionamiento es muy simple y para cada objeto del juego tendremos su galería de imágenes y su zona de programación. No hay un código principal en el cual se programen todas la secciones sino que es cada objeto del juego el que tiene su propio código y el que se comunicará con el resto a través de mensajes. Quizá este punto es el que más puede confundir y liar pero en cuanto nos acostumbremos y aprendamos a utilizar veremos como enseguida se nos ocurren mil ideas que desarrollar.
El sistema de programación es completamente visual y estructurado de una manera que permite la rápida adquisición de la programación estructurada. Cada instrucción es un bloque que encaja, como si de un puzzle se tratara, con las instrucciones que con él pueden interactuar. Cada bloque está organizado en grupos de colores que los diferencia por su funcionalidad, por ejemplo los bloques de color morado son los relacionados con la imagen del objeto y los bloques de color marrón claro son los relacionados con el control y sus estructuras condicionales.
En muchas ocasiones me sorprendí pensando en utilizarlo para hacer ese prototipo que aun no había comenzado a desarrollar con un motor “serio”. Ya no solo he visto su utilidad de acercar la programación a los más pequeños sino que, dada su simpleza y rapidez, lo he visto como una opción real para trabajar el prototipado de algunos juegos. Yo comencé a utilizarlo con mi hijo y, tanto él como yo estamos encantados. Enseguida vi cómo se le llenaba la cabeza de nuevas ideas que añadir a su propio juego y era yo el que lo tenía que ir reconduciendo y bajándolo a la tierra. Empezó a comprender pronto las bases de la programación: los bucles, condicionales, variables, etc…
Si alguno tiene niños, quiere realizar un juego sencillo y rápido que tiene en la cabeza o quiere iniciarse en la programación sin tediosos libros sobre código le recomiendo que pruebe el motor Scratch, igual encuentra la herramienta adecuada para sus fines.
Enlace a la herramienta Scratch